Leonardo Romano, dueño de la reconocida marca Billiken durante una entrevista en el Podcast La Fábrica, sostiene que en Argentina se ha comenzado a observar una leve recuperación económica, y para él, un indicador clave es el mercado de las golosinas. Romano compartió su análisis de la situación económica actual y cómo las ventas de este sector reflejan un posible cambio en la tendencia.
“Fue bastante fuerte la caída. Arriba del 30 y pico por ciento”, aseguró Romano, refiriéndose al desplome en las ventas de golosinas en el último año. Explicó que esta caída se debe, en gran parte, a la tendencia de sobrecomprar por parte de los minoristas, un comportamiento que estuvo impulsado por la inflación. “El año pasado estábamos todos sobrecomprando. Vos necesitabas 10 para tu mes de trabajo y comprabas 12 o 15″, detalló. Según su perspectiva, la necesidad de los comerciantes de mantener su stock lleno para protegerse de la devaluación de los pesos generó un exceso de inventario, afectando temporalmente las ventas actuales.
El empresario también resaltó cómo las golosinas históricamente han funcionado como un termómetro de la economía. “La golosina históricamente fue el primero en caer en las crisis y cuando levantan, el primero en levantar”, afirmó Romano. Explicó que, en tiempos de crisis, las familias suelen recortar en productos no esenciales, como las golosinas, para priorizar necesidades básicas. “Si no tenés para comprar el puchero, no comprás el Yummy”, comentó.
Sin embargo, desde su experiencia, cuando la economía empieza a mejorar, este sector es uno de los primeros en mostrar señales de recuperación. “Cuando la economía empieza a levantar, te empieza a sobrar ese mango que no te sirve para mucho más que un alfajor, una gomita, un turrón. Entonces es el primer mercado en levantar”, señaló.
Romano destacó que, tras la caída, las ventas parecen haberse estabilizado. “Hoy la caída se frenó. Ya la venta que estamos teniendo este mes o quizás el mes anterior, entiendo que es genuina, o sea que ya todo ese sobrestock se consumió”, dijo, sugiriendo que el sector ha alcanzado una meseta que podría ser el piso de la recuperación.
Respecto a las expectativas para los próximos meses, Romano expresó su deseo de que la situación mejore: “Espero que sea piso. No sé si es una expresión de deseo o una lectura de realidad”, admitió, reconociendo la dificultad de predecir el rumbo de la economía en el contexto actual.
En cuanto a la estrategia empresarial, Romano fue claro: “Nosotros como empresa siempre funcionamos así, es que de las crisis económicas se sale facturando”. Para Billiken, la clave está en seguir innovando y ofreciendo nuevos productos, incluso en tiempos de adversidad. “Sacamos punch, sacamos un regalito de 75 gramos, sacamos dos, sacamos sumibotellita o X producto. Para mí de las crisis siempre se salió por arriba”, concluyó.
Romano subrayó la importancia de evitar la contracción en momentos de incertidumbre: “Si nosotros empezamos a achicarnos, a la larga nos metemos en un círculo vicioso”. Su enfoque se basa en la idea de que, aun en un escenario desafiante, mantenerse activos y continuar ofreciendo opciones a los consumidores es la manera de superar la crisis.
¿Qué es el ciclo de inventarios?: cómo afecta a la economía
Federico Sturzenegger, actual ministro de Desregulación y Transformación del Estado, explicó recientemente en TN cómo el ciclo de inventarios está afectando la economía argentina, en un contexto marcado por los cambios políticos que ha traído la llegada de Javier Milei al gobierno. Según Sturzenegger, este fenómeno no es nuevo y se ha observado en ocasiones anteriores, como durante la administración de Mauricio Macri en 2016.
“Es cierto que cuando vos tenés un proceso de cambio político tan fuerte como el que representa Javier Milei, y también ocurrió cuando vino Mauricio Macri, vos tenés un fenómeno que se llama el ciclo de inventarios”, afirmó el ministro, refiriéndose a la reacción natural de los actores económicos ante la incertidumbre. Según Sturzenegger, este ciclo es predecible y responde a las expectativas que se generan cuando se espera un cambio significativo en las políticas económicas.
El ciclo de inventarios se desencadena cuando las empresas y consumidores, anticipando posibles fluctuaciones en los precios o la disponibilidad de productos, deciden acumular stock. “Imaginate, por ejemplo, cuando Macri estaba haciendo campaña diciendo ‘abro el cepo’. Entonces, la gente, ¿qué hace? Se stokea”, ejemplificó Sturzenegger. Este comportamiento de acumular más bienes de lo habitual se refleja en un aumento temporal en la demanda, seguido de una caída una vez que se han acumulado suficientes inventarios.
“Por ejemplo, una persona que me contaba, un vendedor de celulares, que vendía 40 en octubre y noviembre, vendía 80. Entonces, ¿qué va a pasar en diciembre, enero, febrero? Voy a vender menos”, explicó el ministro. Esta acumulación excesiva durante la segunda mitad del 2023 hizo que, en los primeros meses del 2024, la demanda de nuevas mercaderías disminuyera notablemente, ya que los comercios y consumidores ya contaban con stock suficiente.
Sturzenegger también comparó esta situación con lo ocurrido en 2016, cuando la economía experimentó una fuerte caída en el primer año de la administración de Macri debido a la reducción en los inventarios. “Toda la caída de Macri del primer año se explica por la caída en inventarios”, enfatizó, dejando en claro que este fenómeno se repite en ciclos similares.
El ministro destacó que este ciclo tiene un punto de inflexión: “Esa caída en la demanda porque vos acumulaste stock, ¿cuánto te dura? Hasta que bajaste los stocks de vuelta. Hasta que terminaste de vender”. A medida que la economía se normaliza y los inventarios se reducen, la demanda vuelve a estabilizarse, lo que lleva a una nueva etapa en la cual se reactivan las compras para reponer stock.
