La 41° edición de la Fiesta Nacional de la Ganadería de Zonas Áridas, que se desarrollará en General Alvear del 4 al 8 de mayo, se da en un contexto de varios motivos para celebrar. Por un parte, las diferentes actividades de este encuentro volverán a ser presenciales, después de dos años marcados por la pandemia; por otra, el sector está atravesando un buen momento, ya que el clima ha favorecido que haya abundantes pasturas y el precio del ganado está en niveles favorables.
Jorge Noguerol, presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear, indicó que el clima ha acompañado –el año pasado llovió bastante por encima de la media, lo que favoreció que haya buenas pasturas- y el precio del ganado, si bien no alcanza el máximo histórico, “permite trabajar”.
Pese a eso, planteó que desde la entidad siempre reclaman ciertas cuestiones, como la mejora de los caminos ganaderos y el acceso a financiamiento para tecnificación. Es que indicó que no hay créditos internacionales y, por otra parte, los productores son reacios a tomar un préstamo en dólares, lo que frena las posibilidades de inversión. Pese a eso, sostuvo que la actividad sigue creciendo y que hay ganaderos que tienen campos en San Luis o La Pampa, que vienen a Mendoza a hacer cría.
Se debe recordar que la provincia se ha especializado en la cría de ganado vacuno en las zonas de secano y que, cuando los terneros alcanzan un cierto peso, son llevados para su engorde a otras partes del país donde se cultivan forrajes y cereales. Sin embargo, de modo paulatino se ha ido produciendo una reconversión de cultivos agrícolas como vid y frutales a especies para alimentar al ganado, en las tierras con acceso a riego.
En este sentido, el secretario de Desarrollo Económico y Promoción Departamental, Carlos Ponce, comentó que los alvearenses han pasado de tener campos a ser productores ganaderos, no sólo por avanzar en la recría de animales, sino también por empezar a aplicar paquetes tecnológicos que han ido profesionalizando la actividad. Asimismo, señaló que se vienen incrementando las cabezas de ganado, que están en el orden de las 50 mil.
El intendente de General Alvear, Walther Marcolini, sumó que hace más de dos décadas que se observa un corrimiento de la frontera agropecuaria hacia el oeste del país, producto del avance del cultivo de soja y maíz, lo que ha empujado la ganadería a zonas que antes eran marginales y permitido que hoy se consiga alimento para el ganado en localidades más cercanas.
Y si bien Mendoza tiene un gran potencial para la cría, indicó que el desafío sigue siendo la recría y engorde. Pero planteó que se ha ido avanzando, con inversión en tecnología para mejorar la genética de los animales. Y que el acueducto Bowen-Canalejas, que tiene 600 kilómetros de extensión, aseguró la llegada de agua de buena calidad para que beba el ganado en casi un millón de hectáreas de campos.
El desafío para 2030, planteó, es que el departamento complete la cadena de producción de carne vacuna, para lo que resulta clave tener un matadero y frigorífico de ganado mayor con tránsito federal. General Alvear ya tiene uno municipal para ganado menor y ha desarrollado un proyecto de otro de fase 1, en el que se podría faenar, enfriar la media res y despostarla para armar las cajas de exportación en un mismo establecimiento, con un túnel de frío. Esto es algo que demandan algunos mercados internacionales, como China.
Sobre el estado de la iniciativa, Ponce explicó que ha sido bien aceptada por los diferentes actores, pero las condiciones macroeconómicas son poco propicias para que se concrete una inversión que supera los U$S 3 millones. Es que sería obra de inversores privados, aunque los gobiernos municipal y provincial acompañarían en la búsqueda de financiamiento; algo que también se ha visto frenado por las dificultades para acceder al crédito.
Uno de los mayores desafíos para que el sector ganadero siga creciendo es el acceso al agua. De hecho, el Día de Campo, la presentación oficial de la Fiesta de la Ganadería, se realizó este año en un predio de la familia Sáenz, donde se utiliza un sistema de pivot central para regar 200 hectáreas cultivadas con maíz y sorgo. Esto les permitió pasar de sólo criar terneros a engordarlos.
Noguerol indicó que, por una cuestión de superficie, sería difícil aumentar mucho el número de cabezas de ganado vacuno en el departamento, pero que sí se puede casi duplicar la cantidad de kilos de carne producidos en la provincia con la ganadería bajo riego, de la mano de la tecnificación. Y resaltó que hay margen para hacerlo, porque en Mendoza se produce apenas el 11% de la carne que se consume.