Es tiempo de vendimia, los trabajos en las bodegas se han intensificado tras la molienda en los lagares. Gerardo Córdoba es presidente de Della Toffola Argentina, empresa que pronto cumplirá tres décadas en el país y que asoció su prestigio al desarrollo de nuestra industria madre. Después de un año tan particular, signado por los efectos de la pandemia y la nueva normalidad, el Enólogo nos cuenta cómo será el inicio de este nuevo ciclo para un sector fortalecido.
El año pasado las bodegas intensificaron sus tareas de mantenimiento, lo que se vio reflejado con un alza del 75% en la demanda técnica que ofrece la firma a principios de año; pero también hubo espacio para la recuperación de las ventas de maquinaria y equipos, ya que las condiciones económicas y las propias del mercado apuraron las operaciones de negocio. “El año pasado se tonificaron las inversiones del sector vitivinícola, sobre todo a partir del mes de junio. A mitad de año se produjo un alza de las inversiones que fue creciendo hacia fines de 2020”, cuenta Córdoba. “Fue un movimiento importante y nosotros llegamos a triplicar la facturación de venta de maquinaria y equipos”, agregó.
-¿Hubo bodegas “llave en mano” en 2020?
-Logramos entregar algunas bodegas “llave en mano”. No son emprendimientos de un gran tamaño, son bodegas boutique en la búsqueda de elaborar vinos de muy alta calidad. Una de ellas está emplazada en la zona de Mar del Plata y enfocada en la elaboración de espumantes. Estamos muy comprometidos con esos proyectos, acompañándolos.
-¿Cuánto se recuperó la provisión de equipamiento en Mendoza?
-Importamos equipos desde Italia y fabricamos tanques de acero inoxidable. Si tuviésemos que hacer un porcentaje de equipos que importamos desde Europa respecto a 2019, estaríamos hablando de un crecimiento en el orden del 200%. Fue muy grande la recuperación de ventas en maquinaria. En tanques ocurrió lo mismo, con un crecimiento entre el 150% y 200%, aunque con algunas dificultades. Muchas empresas proveedoras de insumos –a causa de la pandemia y del aislamiento de personal- no estuvieron trabajando a pleno, lo que ha provocado algunos colapsos en las entregas.
Se está manejando la entrega de los insumos para las empresas de nuestra industria relacionadas con el sector vitivinícola. Algo similar también vivió el sector que elabora botellas, porque aumentar el consumo también tuvo su crisis con respecto a la entrega de botellas a las bodegas.
-El año pasado creció la facturación de servicios de posventa respecto a 2019, ¿qué motivó el alza?
-Creció la facturación de servicios de posventa respecto al 2019, porque tenemos la ventaja -o preparación- de un servicio técnico muy completo. Las bodegas necesitan, también por muchos consejos que nosotros damos, mantener los equipos; cuando se hace una inversión y sobre todo si ésta es importante, hacer el mantenimiento. Cada año se va incrementando esa demanda porque muchas bodegas y empresas han entendido que en sus procesos debe haber un buen mantenimiento de las máquinas, para tenerlas siempre en producción y no tener problemas.
-¿Cómo los afecta las restricciones a la importación de materiales?
-Las restricciones a las importaciones de materiales, sobre todo repuestos e insumos, nos afecta mucho. Hay que hacer magia y tener mucha paciencia. Hay que estar preparados con algún stock para evitar las demoras al cliente, en lo particular esa es nuestra estrategia, eso implica un costo financiero importante, porque hay que tener el producto en la estantería esperando su venta.
El problema es que en vendimia es muy difícil explicarle al cliente que no tenemos el repuesto o que no logramos nacionalizarlo, que aduana no nos autoriza su ingreso. Es difícil porque la uva madura y hay que cosecharla sin demoras. Las restricciones a las importaciones nos afectan porque la tecnología necesita de los repuestos originales y estos se fabrican afuera; la situación es problemática y nos hace sufrir bastante. Siempre estamos buscando soluciones para dejar en funcionamiento y en régimen todos los equipos de nuestros clientes.
–En su cartera de clientes, han provisto empresas de Asia y Oceanía. ¿Qué perspectivas tienen para la exportación?
-Como Della Toffola Argentina no proveemos a mercados como el de Asia o Oceanía porque hay filiales allí que se encargan de esas áreas, pero sí hemos exportado. El grupo de la filial argentina es muy importante, porque fabricamos tanques de acero inoxidable y muchas veces hemos enviado equipos a Sudáfrica. Nueva Zelanda y China. Nosotros exportamos tanques -sobre todo- a Chile, Bolivia, Brasil, Perú, Paraguay, Colombia y a los Estados Unidos. Estamos siempre atentos a esas posibilidades del mercado.
–El nombre de la empresa se asocia al mundo del vino, ¿cuánto ha crecido en la región la industria del queso y qué productos les ofrecen?
-El holding, hace unos años, compró una empresa que se llama Priamo, que se especializa en equipamiento para el sector de lácteo. Genera maquinaria para la producción de ricota, de quesos, también desnatadoras, pasteurizadoras, homogeneizadoras, prensas y quesos, entre otros productos. Año a año estamos creciendo en el sector lácteo. Es verdad que la marca Della Toffola está muy asociada al sector vitivinícola, por eso estamos trabajando mucho en asociarla a los otros sectores de líquidos alimenticios (gaseosas, cerveza, aceites, leche). Estamos haciendo marketing y brindando información.
-Hablando de productos, ¿cuáles fueron los más demandados el año pasado por las bodegas?
-El producto más demandado en el último año fueron los filtros tangenciales, porque es una tecnología extraordinaria que elimina el problema de tratamiento de afluentes; dado que al no utilizar ningún coayudante, como el uso de tierras filtrantes, permite un proceso más eficiente. Es un pasaje del vino por una membrana cerámica y se produce la filtración por diferencia de presión, con lo cual pasó a ser una herramienta de trabajo fundamental en el sector vitivinícola. Con este proceso se puede evitar una contaminación de cualquier intensidad, consiguiendo la mejor limpidez y la máxima recuperación de producto. Por eso esta máquina fue la más demandada el año pasado y en el presente también.
-Desde su mirada de enólogo, ¿qué posibilidades de crecimiento tendrá el cabernet mendocino en el mercado internacional y cuáles son sus notas distintivas?
-El cabernet de Mendoza sigue creciendo año tras año. A las bodegas les vas a costar poder imponerlo en el mundo porque hay caldos provenientes de Francia, Chile y Australia que están muy afianzados; pero tenemos esa predisposición natural a insistir y a demostrar las cosas que se están logrando, además de una característica importantes, como lo es el famoso terroir. Se va a lograr imponer en el mundo el cabernet mendocino o el argentino, de eso estoy seguro, por como están trabajando las nuevas generaciones de enólogos; ellos son fantásticos y realmente están haciendo cosas maravillosas con el vino.
-¿Cómo ha logrado consolidarse la marca a través de los años?
-Nuestro estilo de liderazgo como marca se impone porque generamos confianza; nuestro lema es la confianza y seguridad en lo que decimos. No nos gusta mentir, nos gusta explicar y asesorar bien antes de vender. Muchas veces las bodegas han comprado equipos gigantes pensando que era la solución para sus necesidades y lamentablemente, porque hubo mercaderes en el mundo comercial de equipamientos, han generado grandes inversiones que no han tenido el rendimiento esperado.
Nos gusta generar una relación fuerte, de confianza en el equipo, en lo que uno le explica al enólogo o al propietario del establecimiento, porque necesitamos acompañarlos en sus distintas etapas de crecimiento. Nos gusta permanecer, estar y acompañar. La seguridad y la confianza son dos banderas muy importantes de nuestra gestión.
PERFIL
Gerardo Córdoba desde hace 28 años preside la sucursal argentina de la empresa italiana Della Toffola, firma que abastece y da soporte técnico de posventa a bodegas y otras firmas del sector alimenticio líquido. Bajo su gestión exportaron tanques de acero inoxidable a Sudáfrica, China, Nueva Zelanda, Chile y Perú.
Es Enólogo y Licenciado en Ciencias de la Comunicación, además de obtener las maestrías en Liderazgo, Marketing y en Desarrollos gerenciales. “Mi estilo de conducción es acompañar, brindar seguridad y confianza”, confiesa.