El impacto de la inflación en el poder adquisitivo está mostrando su peor cara en el comienzo del 2024. La suba de combustibles y el consecuente arrastre que eso provoca afectando la cadena de valor de la mayoría de los productos, más la suba de impuestos y servicios, forman el cóctel perfecto para un marco inflacionario donde los bolsillos están cada vez más flacos, lo que provoca que los argentinos empiecen a recortar en sus consumos.
El último relevamiento de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) da cuenta de ello, ya que en enero, se registró una disminución del 30% en la facturación del sector Pyme, medida a precios constantes en comparación con el mismo mes del año anterior.
Lo cierto es que el vino no está ajeno a esta crisis. Ya que si bien, sobre finales del 2023 había mostrado un leve repunte en el consumo, un informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), tiró por tierra lo conseguido, revelando que el mes de enero de este año mostró una sustancial baja, en lo que a mercado interno se refiere.
Si vamos a los números, la caída según la comparación interanual, esto es, entre enero del 2023 y enero del 2024, fue del -9,4% en los vinos fraccionados según comunicó el organismo en su informe preliminar. En un despiece, agregó, que la comercialización medida en hectolitros de vinos varietales fue de 143.882hl, mientras que en enero del 2024 fue de 121.046hl, evidenciando una fuerte retracción del 15,9%.
Desde el sector vitivinícola, revelaron tener cierta incertidumbre sobre lo que vendrá para la industria, pero coincidieron a grandes rasgos en el diagnóstico sobre las razones que provocan esta caída en el consumo.
Mauro Sosa, Director Ejecutivo del Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, fue muy descriptivo en el análisis del panorama para el sector vitivinícola. “La causa primera sin dudas es la caída en el poder adquisitivo del consumidor y además, influye en este momento la capacidad de sustituir una bebida por otra, más económica, en este sentido es clave remarcar que el vino tiene mucha competencia de bebidas que por ahí no tienen el control que tiene el vino, y actúan como bebidas sustitutas por precio y por dilución, estos son dos factores que inciden en la merma”.
Además, Sosa, subrayó que esa caída en el consumo impacta en el hecho de que los clientes compradores de vino en bodega para venta directa, disminuyen también la demanda lo que provoca que a las bodegas se les extienda el plazo de reposición. “Y como si esto fuera poco, está además el tema de los exorbitantes aumentos del flete que han crecido en su cuota de participación en las estructuras de las empresas”, configurando de esta manera el combo completo que de alguna manera explica la baja en el consumo, expresó Sosa.
En el mismo sentido, Walter Bressia, presidente de Bodegas de Argentina, desojo la margarita en cuanto las razones que han llevado a la caída de la comercialización de vino en el mercado interno. “Son múltiples factores, pero lo que más incide es un tema de precios, es un tema del bolsillo, estamos en un momento complejo en donde hay un reacomodamiento de la economía y bueno el vino no es un producto de primera necesidad, por lo tanto, es sustituido por otras bebidas más económicas”. En ese sentido, destacó que cuando la cerveza está más económica que el vino, sobre todo los vinos básicos, la gente suele elegir e inclinarse por la bebida más barata.
Sobre el panorama económico, Bressia fue contundente: “la gente está yendo al supermercado a comprar exactamente lo que necesita, la retracción en enero del rubro alimentos y bebidas ha sido fuertísima y reafirma esto y el vino no suele entrar en estos productos de primera necesidad, sumado además al inicio de clases y todo el dinero que las familias han necesitado para mandar a los chicos a la escuela”.
Como dato positivo para el sector, Bressia explicó que muy por el contrario de los vinos básicos, los vinos de gama alta no solo se han mantenido en las ventas, sino que en algunos casos ha aumentado su comercialización.
Los varietales de entrada de gama, los más afectados
Fabián Ruggeri, presidente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Arentinas), detalló que “los vinos que mas se han dejado de consumir son los de entrada de gama, los más básicos, claramente, el sector de consumo en donde más daño ha hecho la recesión y donde más ha caído el poder adquisitivo”.
En ese sentido expresó que “el volumen más grande, se mueve con los vinos de entrada de gama, que constituyen hasta un 70% de la venta, mientras que la media gama es un 25% y la alta gama solo representa un 5%. Claramente las ventas en los vinos de alta gama no se han visto disminuidos, porque las personas que habitualmente pueden acceder a esos vinos, no se han visto tan afectadas por la crisis, en cambio los de media y baja gama sí, han sufrido una fuerte caída en las ventas, justamente porque es la mayoría de la población la que consume esos productos”.
Lo que vendrá
En relación a lo coyuntural, Bressia analizó el actual como un momento muy crítico, aunque consideró que la vitivinicultura está acostumbrada a este tipo de crisis: “yo creo que nos vamos a ir recuperando, no será en lo inmediato, pero a mediano plazo se va a empezar a recuperar el consumo, obviamente cuando haya un reacomodamiento de sueldos e ingresos frente a los precios de los productos que deberían tender a la baja, con una estabilización de la inflación y una normalización de la economía naciona”, cerró.