El vino argentino podría alcanzar este 2021 una marca histórica con las exportaciones. Aún sin cifras definitivas para el mes de diciembre, desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dan casi por sentado que se llegará a una facturación récord para el vino fraccionado.
Según el registro del Observatorio Vitivinícola Argentino, el año con mayor facturación fue el 2012, cuando se vendieron vinos fraccionados por 787,8 millones de dólares. Con la marca del mes de noviembre, el segmento quedó muy cerca de esa cifra, con 756 millones de dólares y 2.034.425 hectolitros, por lo que estiman que en el mes de diciembre se va a alcanzar la cifra de 840 millones de dólares en exportaciones de fraccionados, la mejor marca de la historia.
A qué se debe la mejora
Martín Hinojosa, presidente del INV, explicó que no solo se está vendiendo más, sino que también mejor. La explicación no recae en un único factor, ya que se pueden encontrar algunas causas por mérito del sector privado, otras por el sector público y otras por el trabajo en conjunto.
“Desde la parte privada podemos nombrar la calidad de los vinos argentinos y la seriedad del empresariado vitivinícola, que cuida el mercado y trata de año tras año mejorar la calidad. Eso es algo que el importador conoce y por eso se anima a apostar por el vino argentino. También hay mercados como el de Estados Unidos donde el malbec gusta mucho, algo que nos permite traccionar nuestros vinos”, argumentó.
Sobre el sector público, indicó: “Algo que ha incidido de manera positiva es la baja en los derechos de exportación. De cada cuatro bodegas, tres ya no pagan el derecho o lo abonan a la mitad. Haber bajado esos puntos en dólares fue sumamente importante, porque los precios no se pueden variar demasiado y cada centavo cuenta. Otro aspecto positivo es la mejora en los reintegros de la facturación, que el Gobierno nacional lo duplicó hasta llegar al 7%.
El trabajo de lo público y lo privado en la promoción, también ha contribuido. Ramiro Barrios, director de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina (BdA), coincidió en que, con la baja en los derechos de importación y la suba en los reintegros, sumados a una recuperación del tipo de cambio, mejoraron la ecuación económica para las bodegas argentinas y les permitió recuperar competitividad, sobre todo en los segmentos más bajos.
A eso, el experto de BdA sumó el incremento del consumo que se desprendió de los cambios de hábitos que ha dejado la pandemia, donde el vino argentino resultó muy beneficiado y aseguró que “Argentina todavía tiene mucho potencial para seguir creciendo”.
El crecimiento del Reino Unido
Conforme a los datos del INV, Reino Unido es el segundo mercado comprador de vino nacional detrás de los Estados Unidos y posiblemente cierre 2021 con un incremento respecto a 2020, ya que el año pasado compró vino argentino por 127 millones de dólares, mientras que a octubre del 2021 ya alcanza los 118 millones de dólares.
En ese destino una de las empresas más fuertes es Trivento, bodega que posicionó uno de sus como “el vino más consumido” en ese país. “Es un trabajo de varios años con consistencia. De invertir en el mercado y creer en la estrategia a pesar de los vaivenes del país. Hoy Trivento es una marca reconocida y posicionada en Reino Unido con nuestro vino emblema Trivento Reserve. Este año estamos impulsando un mayor crecimiento en las líneas superiores, Trivento Private Reserve y Golden Reserve, en donde tenemos un potencial enorme porque son productos excelentes y en los que somos muy competitivos”, dijo a Los Andes Marcos Jofré, CEO de la bodega de capitales chilenos.
En su caso, para 2021 prevén un incremento del 5% en el valor respecto a 2020, aunque no así en volumen. “Estamos cerrando un año nuevamente con récord en facturación en el mercado externo, pero con una pequeña caída en volumen que esperábamos. Esto es debido a que estamos vendiendo vinos de mayor valor por caja, lo que comúnmente se llama ‘premiunización’ del mix. Crecimos en segmentos súper premium y ultra, mientras que tuvimos caídas en los varietales”, declaró Jofré.
Complicaciones que no detuvieron el récord
Más allá del optimismo y la alegría de romper una marca histórica, en el sector reina una sensación de que se podría haber vendido más. Esto es porque el país enfrentó problemas mundiales, como los de logística, y otros particulares como la crisis de las botellas que puso en jaque a la industria en la última parte del año.
“Ambas situaciones nos afectaron mucho. En la primera mitad del año los problemas logísticos resultaron en mayores costos para evitar quiebres de stock en los mercados. El problema de la falta de botellas, que aún está lejos de superarse, no era novedad para nosotros, pero en la segunda mitad del año se volvió crítico”, detalló el CEO de Trivento.
Con respecto a los problemas de logística, Ramiro Barrios estimó que están lejos de superarse: “Este aspecto va a seguir complicando el escenario para el año próximo. Lo que va a cambiar es que no va a ser una novedad y todas las empresas ya deben haber tomado sus previsiones para evitar perforar los niveles de stock. Va a seguir siendo un año complicado, pero el impacto no debería ser tan fuerte”, consideró el representante de BdA.
En tanto, sobre las botellas, Martín Hinojosa declaró: “Todavía no podemos decir cuál ha sido el impacto, lo vamos a ver pronto. Entiendo que lo más afectado ha sido el vino espumante, por las charlas que hemos tenido con las bodegas”.