Los Andes conversó con Guillermo Chavero, enólogo principal en Fecovita, sobre la marca creada en 2004 y que hoy es reconocida por “expresar todo lo que tiene la provincia para dar”: hablamos de Estancia Mendoza, los vinos con más presencia en restaurantes, fiestas y eventos, sobre todo en aquellos que tiene que ver con la cultura local, especialmente, la Vendimia.
" La marca Estancia Mendoza, era una necesidad de los productores de Fecovita, que son más de 5.000, ellos sentían que no tenían algo que pudiese expresar todo lo que puede dar Mendoza en cuanto a vinos. Tenían viñedos en todos los oasis y diseminados por toda Mendoza, pero no una marca que pudiesen poner en vinos de alta calidad y a un buen precio; un producto con el que pudieran sentirse representados”, expresó Chavero.
Fue así que hace ya 20 años, los productores de Fecovita decidieron elaborar un estilo de vinos, una marca que representa a todos los oasis productivos de Mendoza y esa consigna se convirtió en un bandera, una marca que defienden y sienten propia, con la que se “sienten identificados en el interior del país y también en el exterior”.
“Estancia Mendoza fue la punta de lanza para poder comenzar a exportar vinos de calidad desde Fecovita a muchos países. Los productores sabían que tenían un potencial enorme, en cuanto a cantidad de uvas para poder crear un producto de calidad y que, además, al ser dueños de los viñedos, podían lograr un precio competitivo”, expresó el enólogo.
La pirámide de Estancia Mendoza
De acuerdo con el winemaker de Estancia Mendoza, los clientes hoy los definen como el producto con la mejor relación precio calidad, y eso les ha permitido insertarse en vinotecas, restaurantes, supermercados y otras superficies de venta, con un volumen de un millón mensual.
Pero cuando hablamos de Estancia Mendoza también podemos distinguir todas las opciones que tienen para la mesa de los argentinos y de todos aquellos que quieren probar un buen vino mendocino:
“En la base de la pirámide tenemos unos productos que llamamos el Blend del Enólogo. Son más accesibles (en cuanto a precio), y al mismo tiempo rescatan variedades para las que hay mucho volumen de uva, y que son representativas de Mendoza”, comentó Chavero.
Así, el Blend del Enólogo puede presentarse en blancos, con Torrontés y Chardonnay, o en tintos, con el Bonarda-Malbec.
“Lo que se pretende mediante el blend es resaltar las variedades. El Torrontés es una variedad autóctona, y el Bonarda ha tenido una adaptación tan buena en el oasis Este de Mendoza, que son viñedos que tiene mucho rendimiento y una calidad excelente, en cuanto a color y polifenoles, es una variedad muy dulce”, sumó.
Luego, hacia la mitad de la pirámide se encuentran los varietales de entrada: Malbec, Cabernet y Chardonnay, y bivarietales con el mismo nivel de calidad. “Jugamos, en este caso, con hacer varietales de primera línea, y cortes o blends con estas variedades primarias, entonces, tenemos un segmento muy fuerte y muy requerido, con el que priorizamos la fruta, con una vinificación tradicional para preservar sabores y que se pueda identificar qué varietal es”, sumó Chavero.
“Mantener la calidad, a un precio razonable es lo que ha permitido posicionar a Fecovita, con Estancia Mendoza a la cabeza, como una de las cinco bodegas más importantes del Mundo”, explicó Chavero.
Finalmente, en la cima de la pirámide nos encontramos con tres variedades principales: Malbec, Cabernet y Chardonnay, pero en este caso con un proceso que permite que sean “de guarda”.
Así, Estancia Mendoza para sus líneas de reserva, inicia con la selección de uvas de las mejores regiones vitivinícolas de Mendoza, como el Valle de Uco, el sur de Mendoza y el Valle Central. Estas uvas deben tener una estructura tánica que les permita resistir el paso del tiempo y envejecer correctamente.
Luego, las uvas se someten a una “maceración en frío”, a temperaturas no superiores a 10 grados Celsius durante 24 a 48 horas. Este proceso permite una extracción de aromas y sabores de la fruta, sin la intervención de la fermentación, y ayuda a mejorar la calidad del vino, preservando los aromas frutales. Luego, se siembra la levadura seleccionada para iniciar la fermentación. Se controla rigurosamente la temperatura durante la fermentación para no perder los aromas y sabores extraídos en la maceración fría.
Finalmente, el vino es dividido para madurar en dos partes: aproximadamente un 30% del vino se guarda en contacto con madera de roble, mientras que el 70% restante se conserva en tanques de acero inoxidable, que permite una evolución sin la influencia de la madera.
La parte que pasa por roble desarrolla aromas secundarios, como los de café y vainilla, derivados de los taninos de la madera, mientras que la parte en tanque de acero mantiene sus aromas frutales intactos.
“Después de un año de guarda, se realiza el corte, combinando el 70% del vino de acero inoxidable con el 30% de vino en madera. El vino resultante tiene una estructura tánica que le permite resistir la oxidación y puede mantenerse en la botella durante varios años, alcanzando su mejor momento en 3 años sin perder calidad”, comentó el enólogo.
En cada momento, para Mendoza
Para Estancia Mendoza, es muy importante estar presentes en eventos representativos de Mendoza, como la Fiesta de la Vendimia y otros eventos culturales, ya que esto forma parte de su estrategia para fortalecer su vínculo con la cultura local y con los productores de la región.
La bodega no solo es patrocinadora de estos eventos, sino que su presencia es clave para reforzar la identificación de la marca con la tradición vinícola de Mendoza. Los productores de Estancia Mendoza también apoyan y solicitan que la marca esté involucrada en estos eventos, lo que refleja un sentimiento de pertenencia y apoyo mutuo.
“Estancia Mendoza es el vino que representa el esfuerzo y la dedicación de cada uno de nuestros pequeños productores. Representa a todos los oasis productivos que componen la vitivinicultura de Mendoza y es la bandera de nuestra tierra en el mundo”, cerró Chavero.