Con una serie de variables que parecen descontroladas, una de las principales preguntas que se hacen muchos argentinos es cuál será el precio del dólar blue a fin de año. Concretamente, si va a subir igual, más o menos que la inflación. Un informe del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral, de la Fundación Mediterránea), plantea que, en un escenario en el predomine la incertidumbre, su valor representa el del “boleto para entrar al Arca de Noé, para salvarse del ′diluvio’”.
Sin embargo, también indica que, en caso que el desconcierto económico logre aplacarse y bajar el miedo, la evolución del dólar libre debería ir por detrás del ritmo de los precios de la economía, dado la elevada cotización del punto de partida.
Para simplificar el análisis, Gustavo Reyes, economista del Ieral, agrupó los diferentes tipos de cambio en solamente dos mercados: el dólar oficial (sin tener en cuenta sus diferentes matices por impuestos y subsidios) y el libre. En ambos mercados, el exceso de pesos en la economía juega un rol fundamental, pero los mecanismos de ajuste resultan diferentes.
En el mercado oficial, bajo la vigencia de fuertes controles cambiarios (cepo) hay solamente dos sectores que aportan dólares: los organismos internacionales y el saldo de exportaciones menos importaciones. Cuando en este mercado la demanda supera a la oferta de divisas, el Banco Central pierde reservas y es lo que ha sucedido en los últimos tiempos. Las expectativas de devaluación de este mercado están influenciadas por distintas variables: el nivel y la dinámica de las reservas del Central, la magnitud de la brecha cambiaria, la tasa de inflación y sus principales determinantes, los términos de intercambio, la evolución de la cosecha agrícola, etc.
En cambio, el precio libre de la divisa está principalmente determinado por el mercado. Si bien el BCRA también interviene, la debilidad actual de su balance hace que su impacto no sea tan significativo. El precio de la divisa fijado por el mercado tiene en cuenta las rentabilidades esperadas de los diferentes activos en pesos y en moneda extranjera. De esta forma, las variables principales que determinan el valor del blue son: la tasa de interés internacional, la prima de riesgo país, las expectativas de devaluación del tipo de cambio libre y la tasa de interés en pesos.
La conjunción de estas variables explica por qué, en numerosas ocasiones, el Banco Central ha subido fuertemente la tasa de interés en pesos y no ha podido calmar la evolución del precio del dólar, que ha continuado creciendo. Esto ocurre cuando el rendimiento en moneda doméstica no alcanza a compensar la mayor rentabilidad esperada en moneda extranjera, fruto del incremento en las expectativas de depreciación del tipo de cambio y/o en la prima de riesgo país o en las tasas de interés internacionales.
Posible evolución del dólar oficial
El informe señala que, en los últimos tiempos, el tipo de cambio real del dólar oficial ha estado cayendo. En el corto plazo, la dinámica del MULC (Mercado Único Libre de Cambios) junto con la del TCR y la baja cantidad de reservas del Central, restringen a la autoridad monetaria a no poder apartar demasiado la tasa de devaluación del ritmo de inflación.
No obstante, dada la debilidad del balance del Banco Central, no puede descartarse que, ante un fuerte aumento en los niveles de incertidumbre en los meses cercanos a las elecciones, las expectativas de devaluación crezcan aún más, profundicen el déficit cambiario y terminen obligando a la autoridad monetaria a alterar el “crawling peg” (la devaluación diaria de la moneda para que no se atrase -demasiado- con respecto a la tasa de inflación pasada).
Por eso, analiza Reyes, resulta muy importante que Argentina vuelva a suscribir un nuevo programa con el FMI, que permita recomponer parte de sus reservas internacionales y así tener más herramientas para reducir la incertidumbre en los momentos cercanos a las elecciones.
Desde una perspectiva de mediano término, en la medida en que la economía concrete exitosamente un plan integral de estabilización y mejore los actualmente muy deprimidos niveles de productividad, el valor nominal del dólar oficial, si bien debería crecer en algún momento por arriba de la inflación, podría situarse (en términos reales) bastante por debajo del valor actual de diferentes cotizaciones del dólar libre.
Qué pasará con el blue
Desde una perspectiva de corto plazo, la evolución en los próximos meses del precio del dólar libre dependerá, fundamentalmente, de la prima de riesgo que tenga la economía y las expectativas de depreciación del dólar libre. Actualmente, el precio de la divisa se encuentra por bastante por encima del promedio de los últimos 40 años, pero resulta menor que el de varios momentos de crisis: caída del gobierno de Isabel Perón (febrero 1976), guerra de Malvinas (julio 1982), previa al Plan Austral (junio de 1985), hiperinflación (mayo 1989), seis meses después de la caída de la convertibilidad (junio 2002), salida de la Pandemia (octubre 2020), renuncia del ministro Guzmán (junio de 2022).
En una economía con alta inflación como la Argentina, la pregunta sobre si el dólar (en cualquiera de sus versiones) subirá o no, carece sentido; expresa el texto. En la medida en que la inflación se mantenga en los niveles actuales, tarde o temprano los precios de todos los bienes suben y también lo harán los tipos de cambio.
La pregunta relevante en este contexto es si el dólar libre va a subir igual, más o menos que la inflación. En los próximos meses, la evolución de la prima de riesgo país y de las expectativas devaluatorias dependerán principalmente del acuerdo con el FMI, del contexto político y de la evolución de la inflación.
En un escenario donde se vislumbre que la incertidumbre avanza fuertemente, mucha gente va a querer tener un ticket para entrar al “Arca de Noé” y poder salvarse de un posible “diluvio”. El precio del dólar libre representa el valor de ese boleto. Por lo tanto, en este complicado escenario, la evolución del precio de la divisa probablemente le gane a la inflación.
Sin embargo, en un marco donde el nivel de incertidumbre resulte similar al actual, el dólar libre y la inflación se podrían mover a un ritmo parecido. Por último, en el caso que el desconcierto económico logre aplacarse y bajar el miedo, con éste también caerían los “deseos” de entrar al “Arca de Noé”. En este caso, la evolución del precio del dólar libre debería ir por detrás del ritmo de los precios de la economía.
Finalmente, más allá de estos escenarios de cortísimo plazo, desde una perspectiva de mediano término, como el precio del dólar libre se encuentra muy por encima de sus valores promedio históricos, en la medida en que la economía logre bajar el nivel de incertidumbre económica y concrete exitosamente un plan integral de estabilización y crecimiento, el valor nominal del dólar libre debería ir por algún tiempo por debajo del ritmo de inflación.