Entretenimiento: en crisis igual se agotan las entradas a shows en Mendoza

Artistas de nivel nacional e internacional llenan sus conciertos, mientras que la situación económica es difícil para muchos argentinos.

Entretenimiento: en crisis igual se agotan las entradas a shows en Mendoza
Artistas de nivel nacional e internacional llenan sus conciertos, mientras que la situación económica es difícil para muchos argentinos.

“Quise llevar a mi hija al show de Tini pero las entradas se agotaron rapidísimo”. “Quería ver a un humorista de Buenos Aires en el Selectro y ya no había lugar”. “Me quedé sin entradas para Daddy Yankee… todo es bronca y dolor”. Esas frases, todas reales y dichas en Mendoza, son parte de un fenómeno curioso: hay incertidumbre y crisis económica, pero las entradas a espectáculos se agotan. ¿Cómo se explica esto y cómo lo vive el sector entretenimiento?

No es sencillo dar una única respuesta a este tema, que tiene muchas aristas según el tipo de evento y las posibilidades económicas. Sin embargo, referentes del sector entretenimiento coinciden en que la reactivación del sector crece a buen ritmo (después de dos años con restricciones) y la “postpandemia” tiene mucho que ver en este auge.

Guillermo Oliveto, fundador de la consultora W, cree que la pandemia tuvo un profundo impacto emocional y, por eso, “después de tanto malestar, el bienestar no tiene precio”. En el ciclo Voces que Suman, organizado por La Voz del Interior y difundido por Los Andes y Vía País, afirmó que los grandes “perdedores” del aislamiento, los comercios ligados al ocio y el entretenimiento, hoy son los grandes “ganadores” de la post pandemia (los que lograron sostenerse, claro).

De ese modo, afirmó Oliveto, sectores que “construyen bienestar o tienen una propuesta de valor vinculada al bienestar” como el arte o el turismo presentan un gran crecimiento y se sostendrán. Aunque no se tiene que perder de vista un dato clave: la “revancha de la vida” tan solo es factible para quienes ya tienen cubiertas sus necesidades básicas, mientras que buena parte de la sociedad está más preocupada por la supervivencia que por el disfrute.

Para Rodolfo Martínez, vocero de Idear Cuyo (cámara de la Industria del Entretenimiento Argentino), esta paradoja entre dificultad económica y espectáculos llenos tiene mucho que ver con que “la pandemia nos enseñó un montón de cosas, como que no somos eternos”. Entonces, ver espectáculos artísticos o incluso asistir a eventos deportivos toman otro valor, porque ya no se sabe si el año que viene se podrá hacer.

“Vemos cierto furor en los shows, hay una cuestión sociológica de salir y divertirse. Entonces, la gente ha dejado de gastar en cosas más ‘para toda la vida’ y gasta más en disfrute, también pasa con el auge del turismo”, señaló Martínez.

Recuperar la noche

Durante la pandemia, los locales vinculados al entretenimiento fueron los primeros en cerrar y los últimos en abrir. Se estimaba que, de 264 locales habilitados en 2020 por el gobierno provincial, la mitad de ellos había cerrado para agosto de 2021. El verano tuvo idas y vueltas por la variante Ómicron, pero empresarios del sector estiman que durante otoño de este año hubo un 70 % de actividad comparado con la prepandemia.

Desde Idear Cuyo ven que, por un lado, la mayoría de los espectáculos agotan sus entradas y tiene que proponer nuevas funciones. Por el otro lado, por un tema económico, a los padres jóvenes con hijos se les dificulta salir todos los fines de semana y lo hacen de manera salteada.

Otro punto es que muchos chicos que durante las restricciones asistían a fiestas clandestinas, hoy organizan sus propias fiestas en el quincho o la casa de algún amigo, contratando algún DJ y llevando sus bebidas. También la oferta de locales bailables se redujo, aunque sí están a pleno los salones de eventos para festejar cumpleaños demorados (hacer los “dulces 16″ en vez del tradicional “cumple de 15″).

Volviendo a los espectáculos artísticos, una característica local en comparación a otras plazas es que las entradas en esta provincia son más baratas. “Vos en Córdoba o en Buenos Aires tenés tickets que cuestan de base $ 4.500, y en Mendoza ves ese mismo espectáculo por $ 2.000. Entonces hay una cuestión de precios bajos que también facilita poder salir”, apuntó Martínez, señalando que incluso hay espectáculos en el Teatro Independencia por $ 600.

Para Ricardo Oller, gerente general de Arena Maipú Casino Resort, los artistas se ajustaron a la situación económica del país y empezaron a hacer shows con valores acordes. “Más que efecto revancha yo prefiero hablar de una demanda contenida. Todos estuvimos guardados en casa, ahora queremos ir y ver en directo al artista que más nos guste. Es como ir a un teatro, no es lo mismo verlo en persona que desde la casa”, analizó.

En la visión del gerente del Arena Maipú, es imposible igualar la sensación de estar presente con los artistas y disfrutar sus improvisaciones en medio de un show: “Nosotros siempre pensamos que los shows iban a volver, porque los artistas hacen arte y eso es algo que se vive en el lugar. Uno va a vivir la experiencia y te lo da el artista, el público, la respuesta, estar viviendo ese momento”.

Mirando hacia adelante

Otro empresario vinculado al entretenimiento es Federico Barzola, titular de Meka Audiovisual, para quien es evidente que hay un mayor consumo del disfrute y que los eventos y congresos vuelven a recuperarse: “En Mendoza vamos en un sentido de recuperación de la actividad, no a niveles de prepandemia, pero te diría que alcanzando un 70 %”. La provincia, opinó, todavía no está como CABA, donde “hay muchísimo más trabajo” de lunes a domingo.

“Nosotros lo vemos con buenos ojos, definitivamente en agosto se habla de nuevos espectáculos, hay mucha gente con interés de desarrollar recitales y eventos deportivos. Mendoza en julio con las vacaciones de invierno tiene más teatro infantil, pero de agosto en adelante hay muchos lugares sin fecha disponible, como el auditorio Ángel Bustelo”, detalló Barzola.

El titular de Meka Audiovisual sostuvo que los eventos generan mucha actividad económica a su alrededor, como la técnica, el sonido y la iluminación de un espectáculo. Además, recordó que históricamente en invierno hay menos movimiento que en el verano, porque no conviene utilizar espacios al aire libre ni hacer festivales en zonas alejadas.

En cuanto a la “paradoja” de crisis económica y tickets agotados, Oller afirmó que se venden entradas para todos los segmentos de público y que es algo que va más allá del nivel social. “Es la forma de gratificación que muchas personas tienen. Quizás uno cuestiona el gasto que hace otro, pero el humano necesita gratificarse, darse un gusto. Además, no es que una persona va a todos los shows que están circulando en Mendoza”, afirmó este empresario.

El gerente general del Arena Maipú comentó que, en su caso, ya estaban con los mismos valores de actividad que en la prepandemia: “Los shows se reactivaron al 100 %, podés ver la cartelera de shows y a mediano plazo hay una buena lista de espectáculos”. Así como por el

Arena Maipú este año ya pasaron Tini Stoessel o La Oreja de Van Gogh, para el segundo semestre esperan a Sebastián Yatra, Mau y Ricky, Palito Ortega y Luciano Pereyra, entre otros.

“Toda Mendoza va a trabajar en julio. Mantenemos la distancia, los cuidados recomendados por el gobierno, no estamos con el temor de que haya que retroceder o cerrar o algo por el estilo pero seguimos con alcohol en gel, ventilación y sugerencia a adultos mayores de usar barbijos”, agregó Oller.

Un fenómeno nacional

Hay un caso que resulta emblemático para este furor por recitales, y es la visita de la banda británica Coldplay en Argentina para fines de octubre y principios de noviembre. Con 10 presentaciones en el estadio de River, lo que equivale a cerca de 550.000 personas, la banda rompió todos los récords: Roger Waters había hecho 9 conciertos en ese estadio Monumental en 2018 y Soda Stereo logró 6 estadios en su gira Me Verás Volver de 2007.

Sebastián Carlomagno, CEO de Move Concerts, comentó en una nota de mediados de junio para Clarín que el fenómeno de Coldplay se debe a distintos factores, siendo el primero de ellos el “consumo reprimido por la pandemia”, escuchando música en plataformas digitales durante dos años y sin tener música en vivo, lo que “generó una necesidad de consumo de música en vivo contenida por las restricciones generales”.

Carlomagno recordó que Argentina “es un gran consumidor tradicional de bandas británicas”, Coldplay produjo muchos hits en los últimos años, la banda amplió su público y el agotamiento de las entradas de sus primeros shows produjo un “efecto cascada”. “A pesar de la crisis, Buenos Aires (la Argentina en general) ratifica su condición de ser una de las principales plazas para el consumo cultural”, agregó.

Por su parte, Rodolfo Martínez señaló que shows de este tipo o como el de Daddy Yankee (que agotó sus dos recitales en el estadio de Vélez el 1 y el 2 de octubre) puede sonar costosos con precios de alrededor de $ 10.000, pero que eso es hoy el valor de llenar el tanque de un auto.

“Quizás las personas ya no se preocupan tanto en cambiar el modelo del auto o en inversiones más a futuro, la gente está viviendo más el ahora. Viene de repente Coldplay y bate todos los récords. La gente prefiere vivir esa experiencia y quedarse con ese recuerdo de haber vivido ese momento”, reflexionó el vocero de Idear Cuyo.

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