El mes pasado, los envíos de vino al mercado doméstico crecieron un 1,2%, con una suba del 6,4% en los despachos de tintos y una caída del 10,9% en los de blancos con respecto a noviembre de 2023. El anticipo de comercialización al mercado interno, del Instituto Nacional de Vitivinicultura, muestra que, en la comparación con octubre, se produjo un descenso en las ventas del 2,9%.
Cuando se analiza lo ocurrido en el acumulado de los primeros once meses del año, se observa una disminución de las ventas al mercado interno del 1,3%, con una merma del 0,2% en los vinos de color y un incremento del 4% en los blancos.
De enero a noviembre, se vendieron 7.150.457 hectolitros totales de vino en el país, de los que 4.670.146 fueron genéricos (66,1%), 2.105.351 fueron varietales (30%) y 346.204, espumosos (3,5%). Las ventas de vinos sin mención varietal se mantuvieron casi estables, con una disminución del 0,08%, mientras que los varietales crecieron 0,6% y los espumosos cayeron un 27,8%.
De ese mismo total, 1.951.886 hectolitros fueron de vinos blancos, lo que representa el 26,5% (-4% en comparación con los once primeros meses de 2023), y 5.190.229 fueron tintos, que alcanzan el 73,4% (con una disminución en el acumulado anual del 0,2%).
En lo que respecta al vino fraccionado, la botella tuvo una participación del 63,7% anual de enero a noviembre, con una suba del 1,5% con respecto al mismo periodo de 2023. El crecimiento de este envase estuvo vinculado a la de 951 a 1.000 cm3, que, si bien representa apenas el 2,7% del total embotellado, creció 500,1% en el último año.
El resto de los envases registró caída: el tetra brik (33%) cayó 4,3%, la damajuana (2,9%), disminuyó 18,2%, el bag in box (0,3%) registró una disminución del 25,6% y la lata (0,1%) bajó 21,2%.