En Mendoza, la construcción recuperó el ritmo pre pandemia

Con el impulso de la obra privada, el consumo del cemento durante el primer semestre de 2021 en la provincia es muy cercano al registrado en 2019. Desde las cámaras aún toman los datos con prudencia.

En Mendoza, la construcción recuperó el ritmo pre pandemia
A pesar de acercarse a los números de 2019, desde el sector indican que no se puede hablar de reactivación. - Los Andes

Los números del primer semestre para la construcción arrojaron un positivo dato que, para muchos, iba a tardar un poco más en llegar. Según los indicadores de consumo de cemento en Mendoza de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, en el mes de junio hubo un incremento del 3,7% respecto al mismo mes de 2020. A pesar de la buena performance, el dato más alentador surge al mirar los comparativos de los primeros semestres de los últimos tres años. Allí se observa que el índice de 2021 no solo creció el 31,71% respecto al año anterior, sino que se ubicó muy cerca del registro de 2019, cuando todavía no existía la pandemia de coronavirus.

El consumo total de cemento en Mendoza, el principal indicador para medir el flujo de la construcción, indica que en el sexto mes del año se vendieron 47.649 toneladas, lo que consolida la tendencia de los últimos meses, aunque la comparativa ha sido sobre el tiempo de aislamiento más estricto de la pandemia. En tanto, en el periodo de enero a junio, el total acumulado llegó a 275.567 toneladas, algo que estuvo muy cerca de las 278.947 que se consumieron en el mismo periodo en 2019.

Tomando solo el mes de junio, el consumo en bolsa -el más significativo en cantidades- cayó un 4% respecto al mes anterior, mientras que el cemento a granel aumentó un 27%. Sin embargo, si se miran las cifras del semestre, ambas categorías crecieron un 30% y un 38%, respectivamente.

Un buen indicio que no es suficiente

Como lo indicaron desde diferentes cámaras de la construcción de la provincia, el principal motor del crecimiento ha sido la obra privada. “Lo que está traccionando la construcción son las obras menores y las reparaciones, pero no hay licitaciones u obras importantes”, sostuvo Gerardo Fernández, presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim).

Esto se ve reflejado con los números de programas como Mendoza Activa I y II, donde con los reintegros que proponen ha motivado en sus diez llamados la inversión de los mendocinos en ampliaciones y reparaciones de vivienda, principalmente.

Según Fernández, estas pequeñas obras “son buenas, porque mantienen los niveles de la actividad”, aunque no es suficiente porque “no tracciona en forma contundente para el sector”. En este sentido, remarcó que estas circunstancias no son suficientes para hablar de recuperación del sector ya que la medida que se toma de referencia no es una de las más alentadoras de los últimos tiempos. “El año 2019 fue uno de los peores años de la última década. La caída de la actividad arranca en abril de 2018, cuando el dólar sufrió una fuerte suba”, expresó.

En el mismo tono opinó Atilio Calzetta, vicepresidente de la Confederación de Pymes Constructoras de Argentina (CPC), quien consideró que hay un indicio de mejoría de la mano de obras públicas y privadas, pero la medida base es un año que venía con cifras alicaídas, por lo que sería apresurado hablar de una reactivación del sector.

Si bien la recuperación del sector podría interpretarse como una buena noticia con efecto derrame hacia otras actividades, para el presidente de Cecim, el panorama no es del todo alentador. “Cuando la construcción funciona es un motor del resto de las actividades. El problema es que con promedios lejos de la media para la obra pública es difícil que eso suceda. La verdad es que no estamos bien”, consideró.

La obra privada ha sido el principal impulso de las últimas cifras registradas en la construcción.
La obra privada ha sido el principal impulso de las últimas cifras registradas en la construcción.

Mientras que Calzetta dijo que la dinamización de la economía que puede generar la construcción podría verse con las obras públicas anunciadas, aunque no hay una fecha definida para esto. “De concretarse esto esperamos una reactivación del sector”, agregó.

En este sentido, según lo aprobado a fines del 2020 en el presupuesto provincial, se destinarán durante este año 160 millones de dólares para obras de infraestructura y equipamiento municipal, entre las que se destacan los proyectos en hospitales como Lagomaggiore y Humberto Notti, la proyección de construir 3.682 viviendas y la reparación de escuelas.

Perspectivas a futuro

Sin nuevas obras públicas para lo que resta del año a la vista, para Dalmiro Barbeito, vicepresidente de Cecim, puede haber una activación de la obra privada en menor escala, por la diferencia cambiaria y el atraso en los precios de la mano de obra. “Si la diferencia en el tipo de cambio sigue existiendo, las obras privadas van a poder seguir siendo el motor de la construcción. Pero no hay una activación en proyectos de gran escala”, comentó.

Desde la misma cámara, Fernández opinó: “El panorama presenta mucha incertidumbre en el corto plazo. No hay opciones en las licitaciones públicas. No hay expectativas, la sensación general es de angustia, espera y ver qué va a pasar. Tampoco hay clima de negocios, los empresarios van esperando para las inversiones y se va haciendo lo mínimo para subsistir”.

En tanto, Barbeito manifestó que para lograr una reactivación del sector son muy importantes las variables macroeconómicas y la partida presupuestaria destinada a la obra pública.

Una opinión en la que coincidió el vicepresidente de la Confederación de Pymes Constructoras de Argentina, quien argumentó que la reactivación del sector podría darse si desde el Gobierno de Mendoza y de la Nación cumplen con las obras prometidas.

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