En 2024, los usuarios mendocinos han tenido un incremento acumulado en las boletas de electricidad del 350% en promedio. Esto, llevado a números, implica que, si en enero pagaban $1.000, llegaron a diciembre con una factura de $4.500. Por otra parte, también hubo cambios en el esquema de subsidios, a partir de junio, y el Gobierno nacional ya ha anunciado que se esperan nuevas modificaciones.
La suba más importante se produjo en febrero, cuando, por una combinación del ajuste del precio estacional de la energía (luego de la devaluación de diciembre), que determina Nación, y de la variación trimestral del Valor Agregado de Distribución (VAD, de jurisdicción provincial), se aplicó una variación del 159% en promedio.
El impacto, en ese momento, fue bastante más importante en los usuarios N1 (de ingresos altos) porque pagaban el costo de la electricidad sin subsidios -o con un mínimo-, mientras que los N2 (de ingresos bajos) mantenían el 100% del valor de la energía eléctrica subsidiada y lo N3 (de ingresos medios) tenían bonificado hasta un consumo de 400 kWh mensuales.
En junio hubo un nuevo incremento significativo, que alcanzó el 30% en promedio en la tarifa a usuario final, porque la Secretaría de Energía de la Nación estableció los nuevos precios estacionales de la energía. Por otra parte, modificó el esquema de subsidios. Los N2, que hasta entonces tenían el total consumido con bonificación, pasaron a tenerlo sólo hasta los 350 kWh por mes. Y a los N3 se les bajó el tope, de los 400 kWh mensuales a 250 kWh. En ambos casos, la electricidad que consumen por encima de ese límite, la deben pagar como un N1.
En agosto, nuevamente, los hogares mendocinos tuvieron que afrontar una nueva suba, por la combinación de un ajuste del precio de la energía desde Nación y del VAD en la provincia. Se debe recordar que, en Mendoza, el monto que perciben las distribuidoras de electricidad se ajusta cada tres meses, por una fórmula que conjuga índices del Indec -el IPC, que sigue la inflación general, y el IPIM, que mide la evolución de los precios mayoristas-, como también los acuerdos salariales o los índices oficiales de variación salarial y los costos de capital.
En el octavo mes de 2024, el impacto promedio fue del 7% por ambos ajustes; en septiembre se volvió a aplicar un aumento del 7%; y en octubre, un 5% adicional. En todos los casos, por la variación del costo de abastecimiento (Nación) y por la aplicación en forma escalonada del incremento del VAD. Y, desde el 1 de noviembre, hubo un nuevo ajuste, del 4,2% para los usuarios residenciales.
En las últimas horas, el Ministerio de Economía de la Nación adelantó que las tarifas de electricidad aumentarán en diciembre un 2% en promedio, pero hasta ahora mencionó que esta variación se aplicaría en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El Observatorio de Tarifas y Subsidios, del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (de la UBA y el Conicet), detalla, en su informe de noviembre que, en promedio, los aumentos respecto de diciembre de 2023, a nivel país, fueron de 374% para los usuarios N3 (de ingresos medios), de 318% para los N2 (de ingresos bajos) y del 224% para los N1 (de ingresos altos).
Explican que esta disparidad responde, en parte, al atraso en el precio de la energía para los segmentos N2 y N3 -parcialmente recompuesto hasta el mes de noviembre- y por las decisiones tomadas por las jurisdicciones respecto del reparto en el aumento por los cargos de distribución.
Se debe tener en cuenta, de todos modos, que aún los usuarios N1, que supuestamente pagan tarifa plana, tienen un cierto subsidio por parte del Estado nacional en el costo de abastecimiento de la energía. Así, los N1 pagan el 93% del precio de la electricidad, los N3, el 41% y los N2, el 26%.
Revisión de subsidios
Si bien los precios estacionales de la energía que definió la Secretaría Energía de Nación estarían vigentes hasta abril de 2025, algunos usuarios podrían tener incrementos adicionales, vinculados con la recategorización o la pérdida del subsidio. Es que en ciertos hogares ya han recibido notificaciones por parte de la distribuidora eléctrica para informarles que podrían perder el beneficio en la próxima factura.
Se les aclara que su situación se encuentra bajo análisis y se les pide que revisen su inscripción en el RASE (Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos) para verificar que los datos consignados sean los correctos. Esto sucede porque, cuando se lanzó la segmentación energética por ingresos -Nivel 1, 2 y 3-, en 2022, los usuarios debían registrarse con sus datos. Esa inscripción tenía carácter de declaración jurada y la información iba a cruzarse con los de diversos organismos para corroborar su veracidad; algo que no había sucedido.
Con la revisión que el Estado nacional ha comenzado a realizar ahora, algunos hogares podrían tener cambios en el nivel o, incluso, perder el subsidio, lo que se verá reflejado primero con una notificación y, luego, con el aumento en la facturación. Quienes reciban esa carta pueden comunicarse tanto con la empresa que les presta el servicio de electricidad como con el EPRE al 148 (opción 9) o al 0261 4640800, de lunes a viernes, de 8 a 16.
Por otra parte, recientemente, la secretaria de Energía, María Tettamanti, anunció que tienen previsto eliminar, en 2025, la segmentación actual para que solo haya dos grupos de usuarios: aquellos que reciben subsidios y los que no tienen asistencia alguna. El acceso a los beneficios tendría requisitos más estrictos que en la actualidad y se apunta a que quienes mantengan una bonificación paguen la factura total y después se les transfiera una compensación.