Desde que Alberto Fernández asumió la presidencia de la Nación -el 10 de diciembre de 2019-, el valor de la Canasta Básica Total (CBT), estudio que determina la línea de la pobreza, aumentó un 216% en Mendoza, de acuerdo a los datos publicados por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE). Tras 32 meses de gestión de Fernández al frente del Poder Ejecutivo nacional, el costo de la CBT se encareció $ 71.870 en Mendoza para alcanzar los $ 105.133 al mes de julio de 2022.
Así, con un proceso inflacionario en aceleración, una familia tipo mendocina necesitó el mes pasado de ingresos superiores a los $ 100.000 para poder cubrir sus necesidades y no caer bajo la línea de la pobreza. Vale recordar, que desde junio el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) se fijó en $ 45.540.
La semana pasada, tras conocerse el porcentaje inflacionario de julio, el presidente Fernández señaló: “tenemos muchos problemas a resolver, no quiero que digan ‘este tipo no ve que pasa con los precios. Sí lo veo y me preocupa”.
Lo cierto, es que la inflación sigue avanzando y en Mendoza se debió pagar un 6% más que en junio para contar con los mismos servicios y productos que conforman la CBT. En detalle, en el séptimo mes del año la CBT aumentó $ 5.955 respecto a junio, cuando costaba $ 99.178.
La carrea con los salarios
Ante este escenario, surge la incógnita de si están dadas las condiciones para que los salarios suban al mismo ritmo que la CBT. El economista Sebastián Laza, advirtió que los sueldos siempre van por detrás de la inflación, porque las negociaciones salariales reaccionan a las subas de precios. “A veces la terminan alcanzado y otras no, pero cuando la inflación está tan acelerada y es de golpe, los salarios tienden a atrasarse, no solo contra la inflación sino también contra los productos de la Canasta Básica”, explicó el asesor del ministerio de Economía y Energía de la provincia.
“Quizá en un par de meses o el año que viene, los salarios puedan alcanzar a la inflación, pero en este momento no”, explicó el técnico. “A principios de año había un escenario inflacionario proyectado en 50 o 60% anual, pero hoy –ya casi en setiembre- se está esperando el 90% anual. Estamos hablando de una inflación que se aceleró contra pautas salariales que recién se están comenzando a adaptar”, puntualizó Laza.
“Creo que más allá de los intentos de equilibrio fiscal que están llevando adelante desde la nueva cartera económica, es necesario pensar urgente en los ingresos, porque si se siguen retrasando respecto a los bienes básicos, será un gran problema para las familias”, explicó Nicolás Aroma. Para el asesor técnico del justicialismo, la atención tiene que estar puesta también en la macroeconomía, para evitar enfrentar un periodo recesivo por la caída del consumo.
“El aumento de los bienes por encima de los ingresos es una mala noticia y demuestra que hoy, el principal problema de la política económica es la estabilización de los precios”, puntualizó Aroma.
¿Qué consecuencias trae para la economía que los insumos de primera necesidad aumenten a mayor ritmo que la inflación general?
El resultado es el incremento en la pobreza e indigencia, que en la próxima medición tendrán un crecimiento considerable”, señaló Laza. “Hay un desmanejo y descontrol de este gobierno inflacionario, que está redundando en el atraso del poder adquisitivo del salario y el aumento de la pobreza”, concluyó el economista.”
Me parece que se debe pensar urgente en una política para defender el salario”, comentó Aroma. Para el técnico se debe componer el poder adquisitivo para combatir los aumentos de los alimentos, porque si esto no se hace los índices de la pobreza empezarán a aumentar. “Los ingresos están frenados y los precios siguen aumentando. Este es el peor de los mundos”, concluyó Aroma.