El ladrillo y el dólar “en el colchón” han sido por décadas las inversiones preferidas de los argentinos, principalmente como resguardo de sus ahorros. Pero en un escenario de volatilidad internacional, esas opciones pueden cambiar. Según datos del Centro de Ingenieros, el costo de la construcción en dólares tuvo una caída de 0,89% en el último mes y de 4,37% desde el inicio de la cuarentena. De ahí que el “ladrillo” pueda ser una buena opción en este momento para quienes han ahorrado en la moneda estadounidense. Sin embargo, el mercado financiero también ofrece variedad de opciones, con distintos plazos, y, sobre todo, la posibilidad de diversificar la inversión.
La construcción siempre ha sido una de las formas predilectas de resguardar los ahorros en nuestro país. Pero todo depende de cuál sea el destino de esa edificación. Si se construye para habitarla, además del beneficio del descenso del costo en dólares, también hay varias líneas del gobierno que se han lanzado en estos días. Pero si la idea es alquilarla, desde el Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios y desde otras entidades del sector vienen advirtiendo que la rentabilidad es de las más bajas en los últimos años.
En cambio, el mercado financiero brinda varias oportunidades para no sólo proteger el capital sino también para intentar ganarle unos puntos a la inflación. Elena Alonso, gerente de la unidad financiera del Grupo Broda, consideró que una buena alternativa hoy son los Cedears, que son certificados de depósitos de acciones que cotizan afuera y que no operan en el mercado local. El inversor puede comprar en pesos no sólo los certificados de acciones de empresas como Apple, sino también -una buena noticia para los minoristas-, de una fracción, lo que permite ingresar con un capital mínimo. De esta manera, se puede apostar a firmas de Estados Unidos, que se van a recuperar más rápido y obtener con ello ganancias sin tener que sacar el dinero del país.
Para Alonso, comprar bonos soberanos o Letes es bastante arriesgado en el contexto actual, con un mercado local muy volátil; aun cuando estén atados a la evolución del dólar o se ajusten por el CER. En cambio, señaló que los fondos comunes de inversión siguen siendo una buena opción, ya que tienen rendimientos del 35 al 37% anual. Pero destacó que, si bien el importe invertido se puede rescatar en cualquier momento, para llegar a esa renta hay que aguardar unos dos años como mínimo.
El director de Portfolio S.A. y coordinador de la Filial Cuyo del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), Jaime Rodríguez, comentó que, a través del mercado capitales, se puede acceder a una amplia variedad de inversiones en pesos, de corto, mediano y largo plazo. Esto, a diferencia de lo que sucede en los bancos, que suelen ofrecer dos productos estándar: el plazo fijo y el fondo común de inversión. La ventaja de trabajar con un agente de bolsa es que se puede optar por colocaciones de hasta un día (con 22% de tasa anual) y otros instrumentos con rindes de 25 a 38%, e incluso de 40%, según el tipo, plazo y garantía. Lo fundamental, destacó, es que no involucran un riesgo para el capital (se recupera lo invertido más la tasa).
Rodríguez detalló que hay variedad de títulos públicos, emitidos por el gobierno nacional, provinciales o municipales, y también privados, que emiten las empresas, como las obligaciones negociables. Muchos, indicó, pagan la tasa Badlar (hoy, en torno al 29 o 30%), más 5 o 7 puntos adicionales. Son una alternativa bastante segura, aunque puede haber variaciones en su precio entre el momento de compra y el de vencimiento.
Si el inversor está pensando en una inversión de mediano plazo, que supere la inflación, puede elegir los títulos que se ajustan por CER, con lo cual está cubierto por la variación de precios y se suma algún punto adicional de tasa (aunque en las últimas emisiones no ha habido un interés por sobre el ajuste inflacionario).
En tanto, si el perfil es de un poco más de riesgo, comentó Rodríguez, puede inclinarse por un Cedear, que tiene la doble ventaja de ofrecer cobertura por tipo de cambio, ya que estos certificados se compran en pesos, pero cotizan en dólares, y de ser un activo de una empresa de primer mundo (Apple, Microsoft, Mercado Libre), con mucha liquidez y solvencia. Desde el inicio de la pandemia, añadió, las empresas tecnológicas han tenido subas de 30 a 40% en su valor.
El director de Portfolio resaltó que, al comprar una acción, se está apostando al futuro de esa empresa, a que facture más y se valoricen esas acciones. Si, además, la empresa tiene una política de pago de dividendos, se cobrarán esas utilidades. En cuanto a las perspectivas de las “tech”, estimó que van a seguir subiendo, aunque habrá que ser más selectivos en cuanto a cuál elegir.
También vio una oportunidad en la compra de acciones de bancos de Estados Unidos, como JP Morgan, Wells Fargo y City, a los que también se puede acceder a través de un Cedear, desde una cuenta de bolsa en la Argentina y en pesos. Rodríguez opinó que, con la inyección de liquidez que está haciendo la Reserva Federal, las expectativas son buenas en el mediano y largo plazo.
Gonzalo Solavallone, asesor financiero y bursátil, explicó que una opción son los bonos CER, que se ajustan por la variación de precios y, en ocasiones, por una tasa adicional. Consideró que son una alternativa interesante ya que, cuando empiece a moverse la economía, es de esperar que aumente la inflación, sobre todo por la emisión de dinero de los últimos meses.
También señaló que otra de las que más se está manejando son los bonos “dollar linked”, que se ajustan por la variación del tipo de cambio oficial, más una renta, que oscila entre el 1 y el 2%. Es una herramienta a la que recurren las empresas exportadoras para financiarse, ya que saben que cobrarán en dólares, y los inversores para protegerse, porque si bien se compran y venden en pesos, su valor se ajusta de acuerdo a la evolución del tipo de cambio oficial.
Solavallone indicó que también recomiendan los Cedears, que permiten invertir desde Argentina en empresas como Apple, Microsoft o Mercado Libre, para evitar el riesgo local. Son, agregó, una buena forma de seguir la evolución del dólar, pero sin tener que comprarlos, ya que estos certificados de acciones se compran y venden en pesos. Pero planteó que hay que estar muy atentos a una posible rotación de carteras por parte de los principales inversores mundiales, desde las empresas tecnológicas a las de la economía real - como Walmart, Disney o Coca Cola-, porque hay quienes consideran que los valores están inflados y, si se modifica la composición de las grandes inversiones, podrían caer.
En cuanto a las cauciones bursátiles, el asesor consideró que sólo conviene para colocaciones cortas, de hasta 30 días, ya que más allá de ese tiempo, es mayor la tasa de un plazo fijo. Y de los 90 días en adelante, habría que pensar en un plazo fijo UVA. Y sobre las obligaciones negociables, opinó que son atractivas para un inversor de un perfil moderado, ya que, si bien son empresas muy grandes, operan en Argentina y su deuda creció al ritmo de la devaluación. Pese a eso, las principales están pagando.