En diciembre, se observó un sostenimiento de la desaceleración de la caída del consumo, ya que retrocedió 3,6% en comparación con el mismo mes de 2021 y en noviembre, el descenso había sido de 5,6%. En octubre, en cambio, había alcanzado el 11,1%, el valor más alto de todo 2022. De esta manera, el año pasado cierra con un 3,5% de reducción en las compras por parte de los argentinos, con respecto a 2021.
“El mes de diciembre marcó un comportamiento dual en consumo interno. En bienes en general, las ventas minoristas crecieron 2,7%. Para el caso de grandes superficies comerciales, las ventas también crecieron 3,5%, favorecidas por el acuerdo Precios Justos, los encuentros del mundial y la recomposición del ingreso con la suba del salario mínimo y las jubilaciones, bonos y refuerzos de programas sociales. Sin embargo, en aquellos formatos donde Precios Justos no está presente, las ventas desaceleraron y terminaron cayendo”, indicó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, que realiza el relevamiento vía Scanntech (lector de código en 670 puntos de venta de todo el país).
Aunque en el acumulado de enero a diciembre de 2022 se evidencia un crecimiento del 69,9% en facturación, éste va acompañado de una retracción del 3,5% en el consumo. “Los datos de inflación interanual muestran que la variación de precios en nuestra economía presenta el mayor problema en los últimos 32 años. Con la misma nominalidad, los consumidores van comprando cada vez menos productos por acto de compra. Los argentinos compran en Precios Justos los que pueden y el resto convalidan aumentos aún de dos dígitos en categorías básicas”, detalló Di Pace.
La canasta de alimentos por fuera de Precios Justos se incrementó 5,4% en promedio en diciembre. La categorías con mayor aumento fueron Merienda y Desayuno, y Bebidas sin alcohol, ambas con una suba de 8,5%, mientras que Bebidas con alcohol subió 7,2%. En términos interanuales, los lácteos fueron los que más subieron, con 141,6% de incremento promedio.
Di Pace sumó que los bolsillos de los argentinos tienen situaciones diferentes. Los asalariados registrados, en promedio, le han ganado a la inflación en los últimos 2 meses. Sin embargo, pierden en el acumulado del año. Los no registrados, que son los que más crecen en volumen, como monotributistas y cuentapropistas autónomos, no pueden sostener su nivel de vida por una presión tributaria enorme frente a ingresos licuados por la inflación. Y para el caso de los informales, la situación es más grave aún.