Mendoza llegó a los 16 meses consecutivos de contracción del mercado laboral lo que, según, el Ministerio de Trabajo de la Nación, le costó la destrucción de 8.700 empleos privados registrados justo antes del inicio de la pandemia. Sin embargo, no todos los sectores económicos respondieron de igual manera a la crisis; mientras algunos hicieron despidos a un ritmo alarmante, otros apostaron a contratar más personal.
Un reporte estadístico publicado por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) permite identificar con precisión cuáles fueron los rubros que crecieron. Los datos corresponden a marzo, por lo que no se puede estudiar cómo se comportó cada actividad durante los meses más críticos del aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero sí dejan saber qué rubros llegaron mejor parados a ese momento.
En teoría, además, no deberían diferir mucho de lo acontecido en abril y mayo, teniendo en cuenta que aún rige la prohibición de despidos decretada por el Gobierno nacional y la doble indemnización para despidos sin causa.
Los que crecieron
Antes de pasar de lleno a los números, es válido aclarar que la SRT reporta la cantidad de trabajadores registrados al inicio de cada mes, mientras que el Ministerio de Trabajo toma en consideración los números vigentes al final del mes. Por eso se pueden observar algunas diferencias entre una fuente de información y otra. Además, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo no sólo contempla a los trabajadores que se desempeñan en el sector privado, sino que también mide a los empleados del sector público.
Hecha la aclaración, vale destacar que, según las estadísticas informadas por el organismo, hay siete sectores que aumentaron la cantidad de trabajadores en marzo de este año en comparación con igual mes del año pasado. Uno de ellos es el comercio que, según la SRT pasó de emplear 45.175 personas el año pasado a 45.386 en 2020. Esto, impulsado por el repunte que logró el sector a comienzos de año. Según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), las ventas minoristas del comercio local crecieron 7,2% en enero. De acuerdo con los economistas, la misma tendencia se mantuvo en febrero y parte de marzo.
Al mismo tiempo, abrieron más negocios de los que cerraron en Ciudad, donde se concentra la mayor parte de la actividad de ese sector. Según datos del municipio, durante el primer cuatrimestre de este año hubo 110 bajas y 171 altas de comercios en Capital.
Además, en ese rubro están incluidos los supermercados, cuyas ventas mejoraron 12% en el primer trimestre y 26% particularmente en marzo, apalancados por el “boom” de ventas que se generó cuando se empezó a hablar del inicio de la cuarentena. La fuerte demanda observada en esos días obligó a las empresas a contratar nuevo personal, ya sea como refuerzo temporal o de forma permanente.
La misma suerte corrió el comercio mayorista. No hay datos oficiales puntuales de Mendoza, pero de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el total país las ventas de ese sector mejoraron 4,8% en el primer trimestre y 10,7% sólo en marzo. La misma tendencia se mantuvo en la provincia y, al igual que en el caso de los supermercados, muchos negocios debieron sumar personal para poder atender a la demanda creciente.
Fue mejor aún el desempeño del sector de hotelería y gastronomía, al pasar de 10.866 empleados en marzo del año pasado a 11.344 en igual mes de la presente temporada. Hasta ese momento, la provincia disfrutaba todavía del envión de crecimiento que le dio el aumento de la conectividad aérea y el aumento del tipo de cambio, que “abarató” la provincia para los turistas extranjeros.
Lamentablemente, esa tendencia se detuvo completamente con el inicio del aislamiento (20 de marzo) y todo indica que ese sector tardará mucho en volver a crecer. Las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno, sumadas al miedo y la incertidumbre que genera el avance del coronavirus, prácticamente descartan la aparición de números positivos en lo que queda de 2020.
Otro sector que logró sumar trabajadores en marzo fue el de “enseñanza”, que pasó de emplear a 26.692 mendocinos en marzo de 2019 a 26.981 en igual mes de este año. Se trata de una actividad económica más estable que las anteriores en lo que respecta a la cantidad de empleos. Si bien los trabajadores han tenido que adaptarse a nuevas formas de ejercer su profesión en el marco del coronavirus, no se espera una baja significativa en la cantidad de personas activas en ese sector.
Continuando con la lectura de las estadísticas, aparece entre los rubros “creadores de empleo” el de actividades administrativas. Allí se incluye por ejemplo a las empresas de recursos humanos. En ese caso, el salto fue de 16.753 a 17.548 trabajadores en el período analizado, lo que representó un incremento del 4,7%.
También aumentaron la cantidad de mano de obra empleada los rubros de “servicios artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento”, “servicios inmobiliarios” y “suministro de agua, cloacas, gestión de residuos y saneamiento público”. Entre los tres registraron a 2.098 trabajadores nuevos, como lo demuestra la comparación de los 8.457 que sumaban en marzo del año pasado y los 10.555 que registraron en el tercer mes de 2020.
La tendencia general
Las actividades mencionadas hasta el momento son excepciones. Lo cierto es que la mayoría de los sectores económicos de Mendoza despidieron a más trabajadores de los que contrataron en el primer trimestre de este año.
Hay algunos que se destacan por sobre el resto. Uno es sin duda el de la construcción, rubro en el que se destruyeron 4.269 puestos de trabajo en el último año. En detalle, habían 20.509 empleados registrados en 2019 y sólo 16.240 en esta temporada. Este número difiere de la cantidad de obreros activos, que históricamente han promediado los 13.000 en Mendoza.
El resultado muestra una caída sumamente significativa, pero esperable. Es que según la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP), el ritmo de obra pública se contrajo 46% en el primer trimestre de este año y el de obra privada cayó 16%.
De hecho, las propias Cámaras de empresas constructoras vienen manifestando desde hace más de un año que el movimiento del sector se volvió escaso después de un muy buen 2018, año en que por momentos se batieron récords de actividad para ese sector en la provincia. La baja fue tan profunda y constante, que la pérdida de empleos era inevitable, más aún teniendo en cuenta el dinamismo que muestra ese sector a la hora de contratar y despedir personal. La buena noticia es que ante una eventual reacción de la economía, la construcción puede tomar muchos puestos de trabajo en poco tiempo.
Otro sector crítico es el de la industria manufacturera, donde se perdieron 1.816 empleos en el período analizado. De acuerdo con las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, el año pasado las industrias de la provincia empleaban a 46.265 mendocinos y este año dan trabajo a 44.449 personas. Fueron muchas las actividades económicas que cayeron dentro de este rubro e incluso las que crecieron, como la industria vitivinícola (mejoraron sus exportaciones y sus despachos al mercado interno), generaron pocos empleos y no lograron contrarrestar la baja generalizada.
Tampoco escapó a los datos negativos la agricultura, cuya cantidad de trabajadores se retrajo de 33.513 a 32.036 personas en el transcurso de un año.
El freno de la demanda
La economista Carina Farah explicó las causas de la fuerte contracción del mercado laboral e hizo hincapié en el marco del comercio internacional. “El empleo mendocino en blanco ya venía cayendo. La pandemia sólo agudizó más esta crisis”, comentó.
“En el exterior lo único que se está comercializando son insumos médicos. Eso ha desplazado la demanda de otros bienes y servicios (alimentos y turismo, por ejemplo) y esto afectó al comercio entre países; es decir a los volúmenes de intercambio. En ese marco, Mendoza se ha visto afectada”, indicó.
“Por otro lado, la provincia tiene una crisis de deuda muy importante cuya parte en dólares se hace cada vez más grande. Esto, se traduce lamentablemente en la pérdida de empleos privados, porque la negociación de la deuda repercute a la hora de planear una reactivación económica”, opinó.
“Todo esto se agrava por las altas tasas de interés que, si bien han comenzado a bajar, todavía no están en valores razonables y por tanto desincentivan la generación de nuevos proyectos y la creación de puestos de trabajo”, remarcó la economista.
Por su parte, el economista Nicolás Aroma destacó que la generación de empleo se deriva de lo que sucede con la actividad económica productiva, que hoy está muy golpeada en la provincia. “Si tengo que reconocer un problema particular en Mendoza, es que no tiene política de financiamiento. No tiene cómo canalizar los recursos hacia la inversión. No tiene una herramienta financiera para el desarrollo. Mendoza tiene un enorme potencial que no puede aprovechar sin un apalancamiento al sector productivo”, insistió.
El sueño de la recuperación
Las expectativas de recuperación en el corto plazo son mínimas. Si bien hubo sectores que en algún momento lograron sobreponerse a la baja de la actividad e incrementaron su demanda de personal, la llegada de la pandemia cambió las “reglas de juego”. Ahora, la prioridad de las empresas e incluso de los sindicatos no es crear puestos de trabajo sino evitar que se pierdan más empleos.
El economista Nicolás Aroma analizó el escenario y opinó que para pensar en una reactivación, es necesario que existan medidas más agresivas por parte de la Provincia en el plano productivo y financiero. “Sólo así la caída en el empleo no será irrecuperable. Mendoza necesita inyectar a las pymes y al sector productivo un volumen de crédito muy por encima de lo que lo está haciendo. Necesita un cambio de prioridades y para poder llevarlo a cabo tiene que tomar decisiones estructurales respecto de la deuda pública. Si reestructura, en cuatro años, tiene más de 90.000 millones de pesos que se liberan en 4 años”, argumentó.
Se mostró más optimista Sebastián Laza. El economista asesor del Gobierno indicó que la mayor parte de puestos de trabajo perdidos durante la pandemia han sido empleos en negro que, a su vez, tienen una rápida reinserción en el momento en el que la economía se reactiva. “Lo que más se ha tratado de proteger desde el Gobierno nacional es el empleo en blanco, tanto con la ley anti despidos como con los paquetes crediticios. En general creo que no debería haber tantos despidos en el sector registrado”, comentó.
Las empresas, sin intenciones de sumar nuevos empleos
ManpowerGroup presentó los resultados de la Encuesta de Expectativas de Empleo correspondientes al tercer trimestre de 2020, período comprendido entre julio a setiembre. Los datos fueron obtenidos tras encuestar a aproximadamente 450 empleadores argentinos, los cuales reportaron una Expectativa Neta de Empleo (ENE) de -8%. Este valor representa una disminución de 10 puntos porcentuales respecto del período anterior y un declive de 9 puntos porcentuales en comparación con el mismo trimestre del año anterior.
De todos los empleadores argentinos encuestados, el 72% no espera realizar cambios en sus dotaciones de personal; el 13% planea disminuirlas; el 4% aumentarlas y el 11% restante no sabe si realizará cambios durante el período relevado. El valor de la ENE es obtenido al tomar el porcentaje de empleadores que espera aumentar sus plantillas y restarle el porcentaje que espera una disminución durante el próximo trimestre.
“Teniendo en cuenta los efectos sociales y económicos producto del aislamiento social preventivo y obligatorio, notamos un importante declive en las expectativas de contratación de los empleadores argentinos para el próximo trimestre. La ENE de -8% es la más débil desde que comenzamos a realizar la encuesta en el país en 2007. Este resultado está mayormente traccionado por la disminución en las intenciones reportadas por el sector de Finanzas, Seguros & Bienes Raíces” explicó Luis Guastini, director general de ManpowerGroup Argentina; quien además agregó: “Más del 47% de los empleadores encuestados espera que la contratación de personal retome los niveles anteriores a la pandemia del Covid-19 en los próximos 12 meses, siendo el sector de las Manufacturas el más optimista”.
En 5 de las 6 regiones del país encuestadas, los empleadores proyectan disminuir sus nóminas durante el próximo trimestre. Las expectativas más débiles son reportadas en la región del NOA con un -19%, seguida por el NEA con -11% y el Área AMBA con -9%.