El salario promedio de los empleados del sector privado mendocino alcanzó los $ 51.749 netos en marzo (último dato disponible), quedando $ 3.253 por debajo de la Canasta Básica Alimentaria (CBT). Sin embargo, ese valor no representa la realidad de todos los trabajadores. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Trabajo de la Nación, existen $ 160.597 de diferencia entre los que más ganan y los que menos cobran en la provincia.
En la cima del ranking se encuentran los empleados del rubro de “explotación de minas y canteras”, que en el caso de Mendoza comprende casi exclusivamente a los trabajadores del sector petrolero. Según la información oficial, quienes se desempeñan en esa actividad cobraron $ 187.264 de bolsillo en el tercer mes de este año. En el otro extremo se encuentran la educación, con un sueldo promedio que alcanza los $ 26.667 (la mitad de una CBT), y la agricultura, con $ 27.672. Apenas por encima aparece el rubro de “hotelería y restaurantes”, uno de los más afectados por la pandemia, con un salario medio neto de $ 32.815
En el medio se encuentran algunos de los sectores que más mano de obra captan, como la industria manufacturera ($ 57.211), la construcción ($ 52.720) y el comercio por mayor y menor ($ 51.689).
El por qué de la brecha
La distancia que existe entre los mejores y peores salarios es notoria (en términos porcentuales alcanza el 602%), pero tiene explicación. De acuerdo con el economista Carlos Rodríguez, la disparidad se debe a varios factores. Por un lado, explicó que el nivel salarial está asociado al volumen de capital invertido. “Dicho de otra manera, ocurre que en aquellos sectores en los que los trabajadores tienen que usar maquinarias más costosas, tienden a tener salarios más altos”, señaló.
“Al mismo tiempo es determinante la cantidad de años de preparación que requiere un trabajador para desempeñar su tarea. Hay funciones que pueden ser realizadas casi por cualquier personas y otras tienen que ser llevadas a cabo por empleados con más formación. Estas últimas tienden a pagarse mejor”, comentó el especialista.
Fuera de esto, Rodríguez explicó que en líneas generales los sectores con mayor productividad y aquellos ligados al sector exportador -salvo excepciones- pagan más. “Por otro lado está el poder de negociación de los sindicatos. Hay sectores con gremios fuertes que pueden lograr mejores ventajas que otros”, apuntó.
Se mostró de acuerdo el economista Daniel Garro, director de Value International Group. Según el especialista, el grado de tecnificación y capacitación que demanda una actividad es directamente proporcional al salario que paga. “En Mendoza se ve una diferencia muy clara. El valor agregado que se genera en el sector de minas y canteras es muy superior al de un colegio”, indicó.
“Hay que tener en cuenta además que los maestros de la mayoría de las escuelas privadas cobran su sueldo de parte del Estado. Por eso se ven salarios similares a los de la parte pública”, agregó Garro.
Problemas de fondos
Para los economistas consultados, el problema más grave no es la brecha salarial en sí, sino el bajo nivel de ingresos que cobran los que menos ganan. La diferencia de $ 160 mil no sería tan preocupante si los sectores que están al final del ranking tuvieran un ingreso neto mensual al menos equivalente a una Canasta Básica Total.
“Hay sueldos preocupantemente bajos, como lo demuestran las estadísticas de pobreza (según el Indec en Mendoza hay 451.644 pobres). Por eso hoy prácticamente ningún hogar tienen un solo ingreso”, subrayó Carlos Rodríguez.
Otro problema que evidencian las brechas salariales es la capacidad económica de las empresas que emplean a los trabajadores que están un extremo y otro del ranking. “Los que están arriba, al tener agregados de valor más altos, también tienen más chances de soportar la presión tributaria que existe. Igual los afecta, pero la pueden soportar mejor. Los que están en la parte más baja, en cambio, se encuentran ahogados por los impuestos y llega un momento en el que no tienen otra opción que comenzar a bajar salarios”, detalló Daniel Garro.
“En consecuencia, si los impuestos y el costo laboral no bajan, no hay posibilidades de que los sueldos mejoren”, insistió.
Sin generación de empleo
La realidad salarial general de la provincia, con un sueldo promedio que está unos $ 3.253 por debajo de la Canasta Básica Total, da mucho para decir. Carlos Rodríguez, recordó que en Argentina no se crean puestos de trabajo desde hace dos años. “El escenario de la macroeconomía conduce a una evidente ausencia de inversiones. La realidad económica es muy mala, al punto que los sindicatos hoy priorizan conservar los puestos de trabajo antes lograr grandes mejoras salariales”, señaló.
Por otra parte, Garro comentó que prevalece una tendencia a la concentración de la demanda laboral en aquellos puestos que menor capacitación requieren, es decir los que peores salarios ofrecen en líneas generales. “Sobra gente para trabajar en algunos sectores y falta en otros que ofrecen sueldos muy altos, como el petróleo o los sectores informáticos”, concluyó.