La crisis económica que todavía atraviesa la argentina ha tenido impacto en diversas variables como son los niveles de empleo o desempleo. Aunque en la segunda mitad del año se ha comenzado a observar una mejora leve e intermensual en algunos sectores, las tendencias generales del empleo todavía son negativas. No obstante, el contexto macroeconómico relativamente alentador por la baja de la inflación y de la brecha cambiaria, no se termina de reflejar en la vida real. Con el año casi finalizado, se espera con ansias que el primer trimestre de 2025 de señales de recuperación de la actividad real, cotidiana o de la microeconomía.
A partir de los datos publicados hasta agosto por el Ministerio de Capital Humano, el economista y director de la carrera de Economía de la UNCuyo, Raúl Mercau, le puso números al mercado laboral. De este modo, explicó que en Argentina el empleo cayó 2,7% en la medición interanual (agosto de 2023 vs. agosto 2024). Si aquí se toma en cuenta lo que sucedió en los ocho meses de este año, la baja se atenúa un poco y llegó a -1,5%. Al observar los datos por mes y desestacionalizados, entre enero y agosto de 2024 el empleo bajó 0,3% en todo al país en comparación con los ocho primeros meses del 2023.
En Mendoza, por otro lado, la situación es más alentadora aunque todavía con números rojos. En función de los datos compartidos por Mercau, el empleo cayó 0,1% en agosto con relación al mismo mes del año anterior. Al mirar la variación acumulada en ese lapso 2024, la caída fue de 0,1% mientras que en el registro intermensual, en el octavo mes del año se produjo una mejora también de 0,1% mientras que el acumulado desestacionalizado fue de 0,04%. De este modo, tanto en el panorama nacional como en el provincial los datos continúan en rojo aunque en el último caso podría hablarse de una suerte de empate ya que las bajas son mínimas.
Qué pasa en los distintos sectores
Desde otro punto de vista y con la diferencia por sectores, un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea realizó un análisis a partir de los datos publicados por la Secretaría de Trabajo de la Nación. De manera desestacionalizada, a julio de 2024 y en todo el país la minería tuvo un incremento del 2,5% en los puestos de trabajo mientras que el sector agro, la ganadería y la pesca también mostraron un crecimiento de 1%. El informe firmado por Laura Caullo, investigadora responsable del área de Empleo y Política Social del Ieral, destacó que algunos sectores orientados al consumo interno y a servicios básicos, mantuvieron una estabilidad moderada.
Así, electricidad, gas y agua, tuvo una mejora en el empleo de 0,6% y el comercio registró un casi empate de 0,3% hacia arriba. Sin embargo, hay rubros que están muy lejos de una recuperación en puestos de trabajo formal como ha sido la construcción que registró un desplome de 20,7%. “Esto explica un 55% de la disminución total de empleo formal en el sector privado durante el último año”, apuntó el informe del Ieral. En conjunto con la industria y los servicios inmobiliarios, estos sectores representan el 86% de la pérdida neta de empleo asalariado. Estas áreas más ligadas al consumo interno (no transables), reflejan los desafíos de una economía que aún busca consolidar una recuperación sostenible.
En este contexto, la investigadora del Ieral observó que los datos muestran un mercado laboral segmentado por áreas y sensible a los vaivenes macroeconómicos. “Los sectores orientados al mercado internacional se presentan como los más robustos y con mayor potencial de crecimiento”, apuntó Caullo. Así, el agro, la minería y la industria manufacturera que puede vender al exterior, tuvieron mejoras en sus niveles de empleo. Sin embargo, tienen un impacto menor en el mercado laboral ya que representan el 27% del empleo privado registrado.
En el análisis interanual entre los sectores transables, la minería registró un incremento del 2,5% en los puestos de trabajo, impulsada por la demanda global de recursos y las inversiones estratégicas en el sector. El sector agro, la ganadería y la pesca también mostraron un crecimiento (1%). De este modo, en líneas generales Mendoza no tiene preponderancia de los sectores que mejor dinámica registraron a nivel general ya que la minería es incipiente y la pesca inexistente. De todas maneras, para Raúl Mercau el hecho de que la provincia muestre mejores números a nivel trabajo que el resto del país, puede deberse a que sus principales motores como agroindustria y comercio, son áreas de empleo intensivas.
Desafíos y oportunidades
Más allá de los números sectoriales y de cierta estabilidad general en lo que a empleo respecta, la sensación de que los datos no se condicen con la vivencia tiene una explicación. Para Raúl Mercau el Gobierno ha tenido éxito en enfocar las variables nominales o los llamados indicadores financieros. De este modo, entre otros puntos, se logró acomodar la inflación, achicar la brecha entre las dos cotizaciones del dólar y bajar el Riesgo País lo que serviría para bajar el costo de endeudamiento en el exterior. Sin embargo, esta situación no se refleja todavía en las variables reales de la producción, el empleo y el consumo que continúa derrumbado de la mano del atraso salarial y la incertidumbre.
En este marco, el economista de la consultora Evaluecon, José Vargas, expresó que si bien varios sectores encontraron el piso hace algunos meses, la mejora no ha sido general. Por otra parte, el crecimiento del empleo siempre está atado a una economía en alza, algo que todavía no sucede. Y que, pese a las buenas expectativas hacia adelante, la incertidumbre sobre lo que sucederá es todavía amplia lo que demora inversiones y apuestas concretas. Para Vargas, la mayoría de los sectores van a poner el ojo en lo que ocurra en los primeros tres meses del año que viene con relación al crecimiento de la actividad. Serán meses de ver qué termina de pasar con la política económica y el resto de las variables como las tasas de interés y los niveles de consumo.
“El riesgo principal que corre la mayoría de los trabajos es que la situación no mejore como se espera”, puntualizó el profesional de Evaluecon al enfatizar la importancia del repunte para que no caiga y crezca el empleo. En coincidencia y en un contexto en el que el dólar continuará planchado, Raúl Mercau expresó que el empleo futuro va a depender de la política que se tome luego de las elecciones de octubre de 2025. Es que si no se toman medidas estructurales para bajar el costo argentino en medio de la apertura de importaciones, se podría repetir el temido escenario de los 90. Sin embargo, el economista explicó que esto no sucedió de un año para otro, por un lado y, por el otro, que en su momento no se hicieron las reformas necesarias para bajar el costo argentino; algo que podría pasar ahora. Además, el escenario actual de superávit fiscal es otra diferencia ya que en aquellos tiempos había déficit.
Para Laura Caullo, del Ieral, los sectores transables también enfrentan el desafío de adaptarse a la demanda global y mejorar su competitividad que depende de factores como la estabilidad, los costos de producción y las condiciones en el mercado internacional. “Un tipo de cambio competitivo puede favorecer las exportaciones, pero su estabilidad es igualmente crucial para evitar impactos negativos en los costos de insumos y salarios”, advirtió la investigadora de la Mediterránea. Agregó que los sectores no transables que dependen del mercado interno pueden verse afectados por la inflación y el poder adquisitivo de los salarios. Así, en la recuperación sostenible estaría el principal desafío en lo que a mejora del empleo respecta.
