La jornada del martes estuvo marcada por la protesta salarial de empleados de viña y contratistas de Mendoza, quienes se concentraron en distintos puntos de la Ruta 7, a la altura de San Martín, para reclamar un incremento de entre el 100% y el 120% en sus remuneraciones.
Mientras representantes del gremio negociaban con la patronal la nueva suba, decenas de personas se concentraron a la vera de la ruta “Una familia con 10 hectáreas está ganando $42.000. Digo una familia porque para llevar esa cantidad de hectáreas se necesitan dos o tres, no lo puede hacer solo una”, dijo Nelson, uno de los contratistas que estaban en el lugar.
El reclamo de los contratistas es sobre esa parte de la mensualidad que reciben todos los meses, ya que, según sus convenios, la otra parte de sus remuneraciones se completa con el porcentaje de la producción y el precio que se pague por la venta de la uva que cada uno ha pactado con los propietarios de los viñedos en los que trabajan.
Sobre ese monto es que ellos pretenden un incremento que logre superar la inflación, con un porcentaje de entre el 100% y el 120%. Sin embargo, desde el Sindicato Contratistas de Viñas y Frutales de Mendoza la negociación, que pasó a un cuarto intermedio, discutieron un incremento de 50% por seis meses, con una nueva revisión a partir del mes de noviembre.
Este incremento es el que podría hacerse oficial a partir del próximo lunes, cuando las partes se vuelvan a reunir ya con una propuesta definitiva. Es que desde la patronal proponen dividir ese aumento en dos tramos de 30% a partir de mayo y el 20% restante en agosto, mientras que el gremio propuso que el incremento se divida en 35% para los primeros tres meses y otro 15% en los tres restantes.
“Nuestro pedido principal cuando arrancamos fue un 120% en la mensualidad. Después, obviamente, las cámaras ofrecieron menos. Todavía nada está cerrado, la idea es ver si lo podemos resolver el próximo lunes”, sostuvo en diálogo con Los Andes Edgardo Lera, secretario general del Sindicato Contratistas de Viñas y Frutales de Mendoza.
En este sentido, con el primero de los escenarios, los casi 3.000 contratistas que hay en Mendoza pasarían a cobrar de $4.600, 87 a $5.981,13 por mes por cada hectárea de viña en producción a partir de mayo y $7.177,35 de agosto en adelante; mientras que en el caso de las viñas sin producción se pasaría de $6.838,69 a $8.890,29 por mayo y $10.668,35 desde la remuneración de agosto.
La postura de la patronal
De acuerdo a Walter Pavón, gerente de Relaciones Institucionales de Bodegas de Argentina (BdA), “la negociación se ha venido dando en muy buenos términos”. “Entendemos la situación de los trabajadores en general, tanto de bodega, de viña, como contratista, que es con una figura especial. Tenemos toda la voluntad desde el sector empresario de poder llegar a un arreglo”, comentó.
Sobre el incremento de 50% dividido en dos tramos y una reapertura de la paritaria a los seis meses, Pavón expresó: “Entendemos que no es una mala propuesta, en absoluto, porque además hemos dado lugar al periodo específicamente que nos ha hecho el sindicato dado lo complicado del escenario nacional hoy”.
Por su parte, Mauro Sosa, director Ejecutivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, reveló: “Accedimos al porcentaje que ellos pedían y que sea por seis meses, con una revisión el próximo 9 de octubre en caso de que haga falta. No estamos alejados de los números para justificar una ruptura, ni nada por el estilo”
Contratistas vs sindicato
Uno de los pedidos más fervientes de los contratistas convocados en los reclamos del martes fue hacia el propio gremio. “Lo queremos nosotros es que el sindicato nos atienda. Intentamos comunicarnos y lo único que nos dicen es que cuando esté el aumento nos van a avisar, siempre es lo mismo. Y cuando nos avisan, el aumento que cerraron es una miseria”, detalló el contratista llamado Nelson, quien decidió no dar a conocer su apellido para preservar su identidad.
En este sentido, Edgardo Lera declaró: “Creo que cualquier reclamo es legítimo”. Aunque aseguró que el reclamo podría esconder intereses políticos detrás. Además, acusó episodios de violencia contra las oficinas del sindicato: “Hemos tenido una interna muy fuerte con una asociación de Rivadavia que ni siquiera están afiliados al sindicato. No participan, salvo en épocas electorales. Entiendo el reclamo, pero por ahí se nos complica hablar con ellos ya que todo es violencia, todo es insulto”.