El 22 de marzo, un operador turístico que ofrece tours privados por bodegas de la provincia consultó en un restaurante de una bodega del Valle de Uco si podía reservar mesa para 10 turistas mexicanos -cuatro de ellos niños-, para el Jueves Santo (es decir, con más de dos semanas de antelación) y le respondieron que ya tenían 200 personas para ese día y no era posible. El turismo de lujo, asociado al enoturismo, que supera los $100 mil de alojamiento por noche, está trabajando a buen ritmo, aunque en los segmentos altos, pero no VIP, aseguran que la ocupación no termina de repuntar.
Hugo Laricchia, quien se dedica a este turismo de muy alta gama o VIP, comenta que para Semana Santa el alojamiento, la gastronomía y los servicios para este nicho estuvieron al 100%, al punto que tuvieron que negar servicios. “Nunca vi a Mendoza así”, confesó.
El prestador explicó que el sector incluye a quienes incluso llegan en avión privado, por lo que trascienden la situación coyuntural de un tipo de cambio. Sumó que son personas que toman la decisión de venir a Mendoza pudiendo ir a Europa, Estados Unidos o cualquier otra parte del mundo.
Y esto, porque saben que van a encontrar buenos vinos, exóticos para su paladar, y luego descubren que la gastronomía acompaña el nivel de calidad de la vitivinicultura y que la atención es excelente. Sobre esto último, comentó que muchos visitantes le han destacado la pasión que tienen los mendocinos por lo que hacen y que marca una diferencia en la experiencia.
Luis Parnas, quien también ofrece tours privados por bodegas y se ha enfocado en los visitantes peruanos, coincidió en que el movimiento viene siendo bueno y que el fin de semana pasado tuvo que dar de baja tres grupos porque no había lugar en las bodegas de alta gama. Y como los visitantes querían ir a determinados sitios, en los que ya no había disponibilidad, se vio obligado a decirles que no podía brindarles el servicio.
El operador turístico mencionó que es la primera vez que vive esta situación después de la pandemia y que, al parecer, muchos quisieron venir a la provincia a último momento. Esto hizo que no sólo no quedaran reservas en las bodegas, sino que tampoco había suficientes vehículos autorizados por el Emetur (Ente Mendoza Turismo) para trasladarlos. Sumó que ni siquiera en Vendimia se produjo este nivel de demanda.
Pero no se trata de una explosión puntual. Parnas explicó que el crecimiento del interés por visitar Mendoza ha sido sostenido desde 2012, cuando empezó a trabajar con el mercado peruano. En cuanto a los motivos, señaló que en Perú está muy de moda el vino mendocino, sobre todo el malbec. Además, el tipo de cambio los favorece y el vuelo directo con Lima ha potenciado la afluencia de estos visitantes.
Muchos, acotó, llegan con una idea específica de qué lugares quieren visitar y a qué restaurante desean ir, porque las recomendaciones van pasando por el “boca en boca”. Se alojan en casonas exclusivas en Chacras de Coria o en un hotel céntrico de cinco estrellas. Y, en promedio, gastan entre US$ 300 y US$ 500 por día.
Laricchia atribuyó este desborde de la demanda a que faltan alojamientos de alta gama, de los que tienen un valor de $100 mil o más la noche. En el Valle de Uco, afirmó, aún hay insuficiente oferta hotelera de calidad y los hoteles de la Ciudad son de cadena, mientras ciertos visitantes prefieren hospedarse en posadas de pocas habitaciones, con vistas a la montaña y los viñedos. Sin embargo, en este tipo de espacios es difícil conseguir un lugar con menos de un mes de anticipación y fijan una estadía mínima de tres días.
El prestador mencionó que la pandemia hizo que muchos argentinos de alto poder adquisitivo, de los que suelen viajar a Punta del Este, Europa o Miami, descubrieran Mendoza y se sumaran a los visitantes de otras partes del mundo. Y si, en su caso particular, en 2016 el 60% de los pasajeros que recibía eran de Brasil, el 30% de Estados Unidos y el 10% “otros” (malayos, colombianos, holandeses, polacos, argentinos), hoy, el 50% son turistas nacionales, que están dispuestos a pagar $200 mil por una noche de hotel.
Indicó que estos visitantes no se suelen ver por el centro ni en los shoppings, pero que un matrimonio que se hospeda en una posada de lujo puede gastar unos $300 mil en alojamiento diario, $100 mil en un almuerzo, comprar un vino de $40 mil y contratar un vehículo con chofer bilingüe, con lo que su impacto en la economía -por persona- es muy superior al de otros visitantes con una capacidad de gasto mucho más acotada.
Valle de Uco
El presidente de la específica de Turismo de la Cámara de Comercio, Agricultura, Industria y Turismo de Tunuyán, Diego Stortini, expresó que Semana Santa coronó una temporada excepcional para el enoturismo y el turismo de alta gama en el Valle de Uco, que ha estado “a full” desde noviembre a abril, con una leve baja en diciembre y enero.
Atribuyó esta disminución en el último mes de 2022 y el primero de 2023 a que, como se trata de viajeros que están mirando en su computadora varios destinos en todo el mundo, en ese momento eligieron viajar al exterior. Pero que, a partir de marzo, volvió a enfocarse en Mendoza, para dar ocupaciones plenas en el Valle de Uco durante los fines de semana y por encima del 60% entre semana.
Stortini advirtió que ahora vienen los meses más desafiantes, ya que entre mayo y agosto se depende mucho del turismo internacional y que, cuando llega el verano al hemisferio norte, los viajeros planifican sus vacaciones en Estados Unidos o Europa.
El directivo de la cámara destacó que el Valle de Uco se consolidó como un destino para el ABC1+, es decir, clase media alta y superior -aunque cuenta con oferta para la clase media y los sectores populares-, con foco en el enoturismo de alta gama. En este sentido, tiene un enfoque bien definido, lo que facilita la comercialización. Y resaltó que el mérito de esto es del sector privado, ya que no hubo una estrategia pública de establecer este segmento, y que hasta el emprendedor más chico sabe que su consumidor es muy exigente.
Este desarrollo, continuó, vino de la mano de la inversión extranjera hace unos 20 años y, luego, los empresarios locales intentaron complementar ese modelo. Consideró que se trata de un ecosistema muy equilibrado, que acepta más camas, por lo que es probable que siga siendo un destino en la mira de los inversores.
Pese a esto, planteó que no se ha llegado a los niveles prepandemia en términos generales. Si bien hay algunos establecimientos que han vuelto a trabajar sólo con extranjeros -es decir, recuperaron su público antes de que la pandemia hiciera que muchos argentinos descubrieran el destino- y acomodaron sus tarifas a ese público, se trata de un par de sitios y estimó que no alcanzan el 5% del total de camas en el Valle de Uco. Mientras el resto, han mantenido un equilibrio entre visitantes nacionales y foráneos.
Stortini manifestó que espera que, dentro de unos 24 meses, ya sin pandemia y de no producirse alguna otra crisis mundial, se dará una explosión turística internacional en el oasis, por sus vinos. Pero también expresó su preocupación por que se han frenado las grandes inversiones que se produjeron entre 2008 y 2013 -y que supieron posicionar al destino-, y sólo hay ampliaciones de proyectos que ya están en la zona o pequeñas en el sector vitivinícola. Es que, de cumplirse su expectativa, las plazas existentes hoy no resultarán suficientes.
Hoteles 4 y 5 estrellas
La visión desde la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT) en Mendoza, que reúne a los de 4 y 5 estrellas, es menos alentadora. Sostienen que, durante el primer trimestre, alcanzaron una ocupación promedio del 66%, mientras que, en el mismo período del año pasado, habían llegado al 83%, lo que los ubicó en valores prepandemia.
Santiago Alsina, presidente de la entidad y gerente del hotel Diplomatic, señaló que se debe reforzar la promoción turística, tanto por parte del Gobierno provincial, como de los privados, que pueden mejorar las propuestas comerciales. Y que lo importante es el trabajo conjunto, público-privado, para lograr que Mendoza sea un destino con mayor posicionamiento.
Asimismo, señaló que se tiene que terminar de recuperar el turismo de reuniones y desarrollar más los canales de operadores mayoristas de los principales destinos de emisión. Esto, sumado a una fuerte activación en los canales electrónicos, para generar más y mejores negocios con inversiones muy razonables.
En cuanto a lo que puede suceder con este bajo nivel de reservas cuando inauguren los nuevos emprendimientos hoteleros que están en construcción o en proyecto, Alsina consideró que van a mejorar la competitividad y desarrollar mercados, al igual que a potenciar el destino a través de sus acciones comerciales.
En cambio, planteó que lo que trae muchas dificultades al sector es la gran cantidad de departamentos y casas que se alquilan sin estar registradas, lo que, además, constituye un riesgo para la seguridad de los visitantes (ya que no han tenido inspecciones) y los expone a posibles fraudes. De hecho, señaló que, para Semana Santa, el mercado se orientó más a este tipo de alquileres temporarios y a las categorías de 2 y 3 estrellas.
Edmundo Day, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y afines de Mendoza (Aehga), señaló que esta situación diversa entre ciertas propuestas para alta gama y los hoteles de 4 y 5 estrellas puede explicarse porque, en los nichos más exclusivos la cantidad de camas es muy acotada, por lo que la ocupación plena se alcanza rápidamente. Y lo mismo sucede en el Valle de Uco. En cambio, los hoteles de 4 y 5 estrellas tienen un número de plazas bastante superior, por lo que se necesitan muchos más visitantes para llenarlos.
También comentó que, más allá de la oferta de cada zona, el año pasado, entre enero y marzo, llegaron a Mendoza muchos turistas nacionales, que estaban acostumbrados a vacacionar en Punta del Este, Brasil o Miami, y, por las restricciones aún vigentes por la pandemia, prefirieron vacacionar en el país. Además, el Gobierno nacional había lanzado el Pre Viaje, que estimuló la demanda y no diferenció por segmentos. La confluencia de estos factores hizo que en 2022 se superara el 80% de ocupación anual.
En cambio, este año no hubo un programa nacional de fomento de los viajes por el país. Y, si bien el viajero que va a los hoteles 5 estrellas no necesita de este incentivo, sí pudo volver a sus lugares favoritos. Por otra parte, los extranjeros, que antes de la pandemia rondaban entre el 15% y el 20% del total de visitantes a la provincia, recién están llegando ahora al 10%. Esto, porque los norteamericanos tuvieron una inflación que para ellos es alta y les genera incertidumbre, y los europeos también, a lo que se les sumó la cercanía de la guerra Rusia-Ucrania y el incremento del precio de la energía que provocó.
Day analizó que la ocupación, que hasta mediados de diciembre había sido muy buena, cayó y no la han podido recuperar. Y es que el argentino que tiene un poder adquisitivo alto se va al extranjero, mientras el resto se ve impactado por una inflación de más del 100%. De mantenerse esta situación, estimó que el 2023 tendía una ocupación promedio del 60%.
Aunque también señaló que el hecho de que Mendoza sea sede del partido de los Pumas contra los All Blacks (el seleccionado de Nueva Zelanda) y del Circuito Premier Pádel contribuye a elevar un montón el porcentaje. También, la posibilidad de que el Mundial Sub 20 se realice en la provincia. Asimismo, es importante, indicó, que se siga incrementando la cantidad de vuelos directos.
Los datos del informe más reciente de estadísticas de turismo internacional del Indec, que corresponden a febrero, evidencian esta diferencia en el movimiento de turistas por las dificultades que todavía imponía la pandemia en el segundo mes de 2022. Así, la llegada de viajeros al aeropuerto Francisco Gabrielli creció un 184% en febrero de 2023, con respecto al mismo mes del año pasado. La salida de mendocinos en avión también se incrementó un 80% interanual. Arribaron 10.700 pasajeros y salieron 7.000.
En tanto, por el paso internacional Cristo Redentor, ingresaron a la provincia en febrero 38.000 personas, 463% más que en ese mes de 2022, y salieron 63.700, un 923% más que el año pasado.
Caracterización del segmento de alta gama
Desde el Ente Mendoza Turismo Mendoza detallaron que la provincia cuenta con una oferta de productos turísticos de alta gama para diferentes segmentos: aventureros, familias, parejas. Hay 5 hoteles de 5 estrellas -que suman 1.654 plazas-, 12 hoteles 4 estrellas -con 1.978 plazas-, y 27 establecimientos registrados como posadas, casonas, estancias, con 648 plazas más. Estos últimos están ubicados en bodegas o en el pedemonte.
Esto implica que el segmento reúne 4.280 camas, lo que representa el 10% del total provincial. En la postpandemia, detallaron, se sumaron nuevos emprendimientos y propuestas gastronómicas, tanto en el área metropolitana como en el Valle de Uco y el Sur. También aparecieron desarrollos vinculados al alojamiento y la naturaleza, en lugares como La Carrera (Tupungato) y Luján.
La estadía promedio para estos visitantes es de 5,1 días. El 56% son familias, 15% parejas y 10% grupos de amigos. En cuanto al gasto promedio, oscila en alojamiento entre US$ 100 y 300, la gastronomía entre US$ 70 y 100, y las actividades o experiencias rondan los US$ 150.
Los atractivos principales que visitan son las bodegas, espacios culturales y naturales. Los productos emblemáticos que los atraen son el Malbec y la gastronomía, y el cerro Aconcagua. Mientras las experiencias que más eligen son: paseos en globo, glamping, paseos en helicóptero por viñedos y la cordillera, vuelos en planeador, pesca con mosca en los ríos cordilleranos, spa y wellness, y el cruce de Los Andes a caballo.