La desocupación durante el segundo trimestre en el Gran Mendoza se ubicó en el 5,3% y quedó por debajo de la media nacional que se ubicó en el 6,2%. Pero además el índice mostró un leve retroceso comparado con el mismo periodo del 2022 y continúa con la tendencia a la baja en este 2023.
Así se desprende del informe que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares.
De acuerdo a la información suministrada por el Indec, en el segundo trimestre del 2023 había 27.000 personas (5,3%) que no tenían empleo mientras que entre abril y junio del año pasado la cantidad de desocupados ascendía a 30.000 (5,6%), es decir que hubo 3.000 desocupados menos.
En el mismo sentido, la desocupación en Mendoza mantiene la línea descendiente con la que inició el 2023. Al comparar la información del segundo trimestre con lo que ocurrió en los primeros tres meses de este año, se observa una leve reducción (tres décimas), que equivale a 2.000 personas.
Desocupación, actividad y empleo
Si bien en principio los datos sobre desocupación son positivos ya que mantiene la curva hacia abajo, los niveles de actividad y de empleabilidad están en la vereda opuesta porque en ambos casos hubo una caída respecto al mismo periodo del año anterior.
Mientras que en el segundo trimestre del 2022 la actividad rondaba el 50,4% lo que equivalía a 524.000 personas dentro de la población económicamente activa y la tasa de empleo se encontraba en el 47,6% (495.000 personas ocupadas), este año, entre abril y junio, el nivel de actividad se retrajo para ubicarse en el 48,8% (512.000 personas) y de empleo bajó a 46,2% (484.000).
Lo que también cayó, pero en este caso puede ser considerado positivo, es la cantidad de ciudadanos ocupados que demandan otro empleo y los subocupados.
Entre abril y junio de 2022 había 142.000 mendocinos (27%) que, si bien tenían trabajo, se lanzaron al mercado en la búsqueda de un segundo ingreso, mientras que 92.000 personas (17,6%) que integraban la población subocupada, es decir que trabajan menos de 35 horas semanales, por causas involuntarias, y están dispuestos a trabajar más horas.
En el segundo trimestre de 2023, ambos indicadores se ubicaron en el 23,2% (119.000) y 17,2% (88.000 personas).
Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía mendocino aseguró que la provincia está transitando por el buen camino al mantener niveles bajos de desempleo al tiempo que aseguró que el nivel de actividad y de empleabilidad muestra movimientos normales.
“El desempleo sigue en niveles bajos en la provincia, cercanos a los niveles promedios históricos”, lanzó el economista y luego agregó que “la tasa de actividad y tasa de empleo tienen movimientos trimestre a trimestre, algo que es normal”.
Para redondear su opinión, el especialista ligado al gobierno provincial sostuvo que “los programas como Mendoza Activa, Enlace y Enlazados, entre otros, son claves para mantener estos bajos niveles de desempleo” teniendo en cuenta que hay “una situación macroeconómica nacional que no facilita nada”.
Nicolás Aroma, asesor del justicialismo de Mendoza, también vio el vaso medio lleno dentro de los problemas que enfrenta la economía. “Lo que muestra el mercado de trabajo es la otra cara de la economía, es la cara positiva, por lo menos con lo que se refiere a tasa de desocupación. Se mantiene mucho dinamismo en la actividad económica y también en la generación de empleo, por eso la tasa de desocupación, si bien es leve, sigue bajando y se mantiene en un nivel, diría récord, de varios años, tanto a nivel nacional y provincial, porque no hay diferencias sustantivas”, afirmó.
El especialista insistió en hablar de “la cara positiva de la economía” porque al mismo tiempo que los índices de desocupación vienen en caída, también “hay una economía inflacionaria que golpea los ingresos y el costo de la canasta básica y de cómo les cuesta a las familias alcanzar esa canasta básica. Acá hay un problema con los salarios y los precios, no hay un problema grave en cuanto a las tasas de desocupación”, agregó.
Aroma aseguró que la reducción del desempleo “no se da por generación espontánea” sino que “lo que muestran (las cifras) son los dinámicos niveles de consumo que hay todavía, a pesar de la inflación, y de producción industrial y de uso de la capacidad instalada de las fábricas que todavía siguen trabajando y produciendo en un nivel importante, es decir, la producción no se ha caído por eso el desempleo no aparece”, indicó.
Gonzalo Diez, de la consultora Cabin’s Crew, consideró también positiva la reducción del desempleo, pero también hizo foco en que “se verifica esta tendencia de que hay menos tasa de ocupación y tasa de actividad, lo que significa que mucha gente lo que está haciendo es dejar de buscar trabajo ya sea porque los sueldos que hay ahora disponibles o la cantidad de trabajo que hay disponible, no es suficiente para que una persona quiera trabajar”.
“Hay muchas lecturas que hacer de eso, algunos de los posibles causantes pueden ser subsidios de desempleo, por ejemplo, donde uno ya no tiene la necesidad imperiosa de salir a ganar dinero. Entonces si no hay una opción que sea lo suficientemente buena, el ocio es mejor”, opinó.
Paula Pia Ariet, directora Gestion Consultores, por su parte, sostuvo: “Estamos recuperando los niveles pre pandemia” en lo que es “el nivel de actividad y de empleo”.
“El indicador muestra que la cantidad de ocupados ha crecido y que la cantidad de desocupados decrece. Si uno lo mira de esa manera podría decir que la actividad económica está en crecimiento, pero en realidad no es así, sino que lo que está pasando es que está aumentando la gente en informalidad” porque “antes los asalariados eran el 74,3% y ahora el 74,2%, lo que está creciendo es la informalidad dentro del proceso”, finalizó.
