El riesgo monetario de Argentina registró su pico máximo en abril. El índice que permite medirlo, y que elaboran la Universidad Austral y Romano Group, se elevó por la combinación de distintas variables económicas no sólo de índole interna, sino también de importantes factores externos. Con el pasar de las semanas y acercándonos a las PASO, los especialistas estiman que el escenario se irá complejizando.
Alfredo Romano, director de la carrera de Economía Empresariales de la UA y presidente de Romano Group, señaló que las variables monetarias y financieras de la economía argentina empeoraron en abril por segundo mes consecutivo, producto de factores tanto internos como externos. De esta manera, se alcanzó el indicador de riesgo monetario más alto en la serie histórica, superando el de febrero de 2018, previo al comienzo de las consecutivas devaluaciones del tipo de cambio oficial.
Si bien la mayoría de los componentes del índice tuvieron una performance negativa en el año, la tendencia en abril se profundizó. “Desde el lado externo, las implicancias negativas por la crisis bancaria de ciertos bancos regionales, sumado a la suba de tasas por parte de la FED y expectativas de una desaceleración más leve de la inflación en Estados Unidos generó un clima de cierta volatilidad”, detalló Romano.
Y sumó que la decisión del Ministerio de Economía de intervenir activamente en el mercado de deuda, con ventas de bonos en divisa extranjera, contribuyó a la baja de la cotización del dólar Contado con Liquidación y del dólar MEP. Esto, a costa de una fuerte caída de las paridades de la deuda en dólares y su correlato negativo en el Riesgo País. Como consecuencia de esto, el riesgo país se incrementó en 279 bps, cerrando abril en 2.518 bps.
La nueva versión del dólar soja, lanzada en el mes de abril con el objetivo de incrementar las liquidaciones del sector agroexportador y acumular de divisas a las arcas del Central, tampoco tuvo el éxito esperado. La gran sequía impactó negativamente en las liquidaciones del sector más pujante de la economía, con menores liquidaciones en el MULC, y terminando el BCRA en abril con una posición vendedora en US$ 1.920 millones. Por ello, los especialistas aseguran que se trató del peor marzo de la actual administración.
Además, se realizaron pagos al FMI, que imposibilitaron la recomposición de las reservas brutas del Banco Central, con este panorama, la caída de las reservas brutas superó los US$ 4.000 millones.
“Con el pasar de las semanas y acercándonos a las PASO, el escenario se irá complejizando. La escasez de liquidación de divisas del sector agroexportador continuará golpeando al stock de reservas internacionales. A pesar de la implementación del dólar agro, continuará la dinámica diaria de cuántos dólares adquiere el BCRA”, profundiza Romano.
Otro de los aspectos que destaca el IRM es la creciente tendencia negativa de la inflación, que marcó un 8,4% en abril e incumple con una de las solicitudes del FMI. A finales del mes, el directorio del Banco Central aprobó un contundente aumento de la tasa de interés, del orden de los 1.000 puntos básicos, culminando el mes en 91% nominal anual.
“El gobierno buscará evitar una devaluación de un salto discreto y utilizará todo tipo de medidas para restringir las ventas de divisas en el spot y contener los dólares financieros. El BCRA, tal y como alertamos en el IRM del mes de febrero, recurrió a los encajes bancarios y/o los depósitos de Sedesa para intervenir en los dólares financieros ante la gran suba que experimentaron los tipos de cambios alternativos en abril. Hacia las próximas semanas, el cepo importador se incrementará considerablemente y proyectamos caídas de importaciones del margen del 30% interanual, evidenciando una caída relevante del PIB para el tercer trimestre”, analizó.
El informe también afirma que las perspectivas del comercio exterior no lucen alentadoras: además de la menor cosecha de la campaña actual, los precios de los commodities agrícolas en los mercados internacionales comenzaron una tendencia a la baja. Por el lado de las compras al exterior, estiman que se incrementarán las restricciones y se intentarán implementar nuevas medidas creativas para realizar importaciones en monedas distintas al dólar.
Para Romano, los drivers de “cortísimo plazo” serán la negociación del gobierno con el FMI por el adelantamiento de los desembolsos del 2023. “También lo serán el éxito en la refinanciación de los pasivos en pesos de corto plazo, limitar la escalada en las variables nominales y una transición ordenada del Ministerio de Economía para confirmar a Sergio Massa como candidato por el oficialismo para las PASO”, agrega.
Con respecto al futuro, “el panorama luce muy desafiante para el gobierno, por lo que esperamos que continúen agudizándose los desequilibrios monetarios, cambiarios y financieros, que se verán reflejados en mayores valores en el IRM para los próximos meses”, concluye el académico de la Universidad Austral.