El precio del pan no para de subir y si bien existe una enorme disparidad de precios entre las panadería de los principales centros urbanos de la Argentina, en la mayoría el kilo ya superó los 300 pesos y en algunas, se acerca a los 400.
Se trata de un alimento clave de la mesa de los argentinos. Las familias consumen panificados en el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. Pero el valor del producto va por el ascensor, y los ingresos de los hogares por la escalera.
La Asociación Consumidores Libres, que releva desde hace dos décadas la misma canasta de alimentos en supermercados y otros comercios porteños, indicó que el precio del pan fresco subió 5,88% en mayo, a 360 pesos en promedio.
Emilio Majori, vicepresidente de la Federación de Panaderos, comentó que el precio de la bolsa de harina de trigo con la que se elaboran los panificados se incrementó 9% en mayo, respecto del precio de abril, mes en el que ya se había incrementado nada menos que 16,1%.
Marcelo Caula, del Centro de Industriales Panaderos de Córdoba, expresó en declaraciones radiales que las panaderías de la provincia ajustaron sus precios la semana pasada, después de que el último incremento se había aplicado el 8 de marzo.
En Córdoba, el pan francés pasó a tener un precio de 300 pesos el kilo en promedio; el mignón ascendió a 330 pesos por kilo; y el criollo común alcanzó los 550 pesos por kilo, según dijo el dirigente panaderil.
El 6 de mayo, la Asociación de Industriales Panaderos y Afines en Mendoza publicó una lista de precios sugeridos que estableció para el pan francés un precio de referencia de 270 pesos por kilo. Pero esto estaba supeditado a que llegara la harina subsidiada.
En el Gran Buenos Aires, los precios varían: en Ramos Mejía, el kilo de pan mignon se consigue entre 330 y 350 pesos en promedio; en Avellaneda, hay desde 300 y hasta 330 pesos; y en Vicente López, el kilo llega a los 360 pesos, según un relevamiento realizado por este medio.
Caula y Majori coinciden en que el precio del pan no sube solo por el valor de la harina sino por un incremento general en los costos de producción como la grasa, la margarina, la levadura y los descartables.
Además, a partir de este primero de junio se aplicará en gran parte del país las subas de tarifas definidas por el Gobierno nacional tras las audiencias públicas. Si bien las tarifas vienen retrasadas respecto de la inflación general, cada vez que se mueven, golpean.
El incremento comunicado por el Gobierno es en promedio del 21,5% para el gas y 17% en electricidad para quienes no perciben la tarifa social ni son del 10% de mayores ingresos (estos últimos pasarán a pagar tarifa plena). Pero los porcentajes varían según la zona del país.
El Centro de Industriales Panaderos de Jujuy, por ejemplo, emitió un comunicado en el que estableció precios de referencia para los principales productos: el kilo de mignón y el de galleta se fueron a 350 pesos esta semana; y el pan felipe o flauta, por 16 piezas, también 350 pesos; mientras que la docena de facturas saltó a 890 pesos.
Máximo Zamorano, secretario de la Cámara industrial de Panaderos Agrupados, señaló que fueron los panaderos los que le pidieron al Gobierno nacional que procure un precio de la bolsa de harina más barato para que la gente pueda acceder sin mayores problemas al producto en medio de la disparada internacional del valor del trigo.
78 días de demora para la harina subsidiada
El Gobierno había puesto en marcha el denominado “Fondo Estabilizador del Trigo Argentino”, mecanismo establecido para “desacoplar” los precios del mercado interno de la volatilidad que presentan a nivel internacional tras el inicio de la guerra en Ucrania.
El recientemente renunciado secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, había anunciado el 2 de marzo que había acordado la creación de un fideicomiso que contemplaba volcar al mercado doméstico 800 mil toneladas de trigo a precio diferenciado.
El 28 de marzo, Comercio Interior y representantes del sector panadero firmaron un acta acuerdo en base al cual reconocían como precio de referencia para el kilo de pan francés el rango comprendido entre $220 y $270 en todo el territorio nacional por un plazo de 90 días.
En el acta decía que los valores de referencia entrarían en vigencia a partir de la puesta en funcionamiento del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, el mecanismo de compensación mediante que buscaba garantizar el “desacople” de precios.
El fideicomiso se suscribió el 8 de abril, pero se puso en marcha recién el 20 de mayo, unos setenta y ocho días después de que Feletti lo anunció. Y se generó el primer giro de fondos destinados a subsidiar la bolsa de harina 000, harina 0000 (común y de calidad), tapera, semolín, premezcla e integrales.
Zamorano afirmó que la demora en la instrumentación del fideicomiso fue responsabilidad de los molineros, que le ofrecieron “todo tipo de resistencia” al Gobierno para frenar la iniciativa y vender la harina en el mercado interno a un precio más parecido al internacional. “Por eso, a cada panadería no le queda alternativa que elaborar según sus propios costos”, dijo.
Ese primer desembolso fue por un total de 1.394,5 millones de pesos y se asignó a las empresas Molino Cañuelas SACIFIA, Molisud S.A. (Jacinto Arauz) y Molinos Florencia SAU.
Este fideicomiso se financia a través de la recaudación del diferencial de dos puntos porcentuales de los Derechos de Exportación de harina y aceite de soja (pasó del 31% al 33%) que definió el Gobierno.
El lunes 23 de mayo Feletti renunció a su cargo. Y el ministro de Economía, Martín Guzmán, nombró como reemplazante a Guillermo Hang, un economista egresado de la Universidad Nacional de La Plata, quien hasta el momento no ha hecho declaraciones públicas sobre qué hará con el fideicomiso o si ejercerá algún tipo de negociación con los molineros y panaderos.