Este jueves, a partir de las 10, se realizará la audiencia para analizar la nueva estructura de subsidios que se aplicará a los usuarios de electricidad y gas, tanto por redes como en garrafa. La Secretaría de Energía de Nación ya planteó quiénes quedarán excluidos de las bonificaciones y también presentó, dentro de los materiales para consulta previa, un mapa de zonas bioambientales que deja a buena parte de Mendoza fuera de la zona fría.
El secretario de Energía de la Nación, Eduardo Rodríguez Chirillo, ya había anunciado que tenían planeado implementar una Canasta Básica Energética para establecer quiénes deberían recibir un subsidio. Para definirla, se tomará el valor del metro cúbico de gas y del kWh para la electricidad, multiplicado por el consumo mensual. Este último dato se ha definido en función de la zona bioambiental, la cantidad de personas que viven en el hogar y el mes del año.
El otro dato que se considerará es la suma de los ingresos del grupo conviviente, para establecer después el porcentaje de ese total que es “razonable aplicar a la cobertura de la CBE”. Si el monto necesario para poder pagar los servicios excede determinada fracción de los ingresos (Rodríguez Chirillo ha mencionado un 10%), se subsidiará la diferencia. Resta determinar si el subsidio se transferirá al beneficiario o se descontará de la factura.
Por otra parte, está previsto realizar un control permanente de la información de ingresos, ya que una de las críticas al sistema actual es que los usuarios completaron la declaración para ingresar en el nivel 2 o 3 una única vez y no han tenido que actualizarla, por lo que se puede haber modificado su situación.
Quedarán excluidos de la bonificación los hogares en los que algunos de los integrantes del grupo conviviente sea dueño de una aeronave; una embarcación de lujo o con fines recreativos; dos o más inmuebles; un vehículo con una antigüedad inferior a 5 años o dos automóviles con una antigüedad menor a 10 años; o un automóvil de lujo o colección independientemente de la antigüedad.
Sin embargo, se sumaron nuevas restricciones, como: tener cobertura de medicina prepaga no vinculada a un empleo en relación de dependencia; realizar más de una salida a países no limítrofes en los últimos 5 años; pertenecer al directorio o ser propietario de una empresa privada; acumular consumos en tarjeta de crédito superiores a cinco Salarios Mínimos Vitales y Móviles (SMVM), lo que equivale a $780.000; haber comprado moneda extranjera en los últimos tres meses; alcanzar consumos en billeteras virtuales superiores a cinco SMVM; o registrar consumos en telefonía móvil superiores al 25% del Salario Mínimo Vital y Móvil ($39.000).
Adiós Zona Fría
Si bien ya se había mencionado que se iba a dejar sin efecto el régimen de Zona Fría para reemplazarlo por el de la CBE, la iniciativa de la Secretaría de Nación adoptó seis zonas bioambientales definidas por Norma IRAM 11603 para considerar los diversos requerimientos de energía, según las temperaturas medias mensuales y la variación térmica diaria, tomando valores de los últimos 5 años.
Al observar el mapa, Mendoza contiene cuatro zonas bioambientales: templado-cálido, templado-frío, frío y muy frío. Una buena parte del este provincial, desde Lavalle hasta un sector de General Alvear están incluidos en la primera y en el informe se señala que las zonas templadas-cálidas no deberían tener subsidio por bajas temperaturas. Por otra parte, la mayor extensión del territorio provincial está dentro de la templada-fría y sólo las áreas cordilleranas fueron incluidas en zonas frías o muy frías.
De todos modos, al aplicarse la CBE, se toman los requerimientos de energía según la zona y los ingresos, por lo que dejará de ser un subsidio universal del 30% o 50% para 218.922 y 203.043 hogares mendocinos, en el marco de la Ley N° 27.637; y del 50% para los 7.453 usuarios que ya incluía la Ley N° 25.565.
Por qué el cambio
Un informe de la Secretaría de Energía de Nación analiza el régimen vigente de segmentación de hogares y plantea que se produce una superposición de bonificaciones en los niveles más bajos, que desalienta el consumo racional de energía, porque el usuario no identifica en la factura el costo real (ya que las transferencias del Tesoro Nacional se hacen a la oferta y no la demanda). Asimismo, señala que sólo se tomó como referencia los ingresos del grupo conviviente, pero no la zona bioclimática.
También advierte que sólo se eliminaron los subsidios para el 10% de la población con mayor capacidad de pago, mientras el resto percibe algún tipo de reducción en la tarifa. Esto implica que, “en la práctica se está destinando una importante cantidad de recursos a hogares que tienen la capacidad de pagar el verdadero costo de la energía”.
Nuevos aumentos
Para la determinación de los consumos básicos de electricidad y gas natural (que se utilizarán para calcular la Canasta Básica Energética o CBE), se considerarán los precios y las tarifas vigentes en cada punto de suministro. En la provincia, a partir de febrero, los usuarios mendocinos recibieron un 159% de incremento promedio en sus facturas de energía eléctrica.
Esto se debe a que la Secretaría de Energía de la Nación estableció los nuevos precios de la energía para el trimestre febrero, marzo y abril, con una suba del 100% para los usuarios de nivel 1 (ingresos altos) y algo inferior para los del nivel 2 (bajos) y nivel 3 (medios).
Por otra parte, también se aplicó el ajuste trimestral del Valor Agregado de Distribución (VAD), que es el componente provincial que contempla los costos de operación de las distribuidoras.
Sin embargo, aún no se han definido los aumentos para el gas, que tiene dos actualizaciones pendientes. Por un lado, la del precio del PIST (Punto de Ingreso al Sistema de Transporte), que tendrá una suba escalonada en tres meses. Y por el otro, la del costo de distribución.
Se debe recordar que, en la audiencia pública de fines de diciembre, Ecogas presentó dos posibles esquemas de aumento. Uno propone que el aumento se aplique sólo sobre el cargo fijo, lo que llevaría a un aumento promedio de $ 4.500 mensuales, pero genera importantes asimetrías ya que los hogares que menos gas consumen tendrían un incremento mayor, que llegaría al 640% en ciertos casos. Y otro, plantea la suba tanto del cargo fijo como el variable (consumo), con subas más parecidas en todos los niveles.