La brecha entre la expectativa generada por las medidas que tomaría el equipo económico y las que finalmente se lanzaron obró como un boomerang.
El mercado mantuvo su dinámica y las variables financieras continuaron absorbiendo incertidumbre lo que provocó un nuevo aumento del dólar “blue” a $ 483, un salto de $ 10 respecto al cierre del viernes.
Un panorama similar se observó en las opciones bursátiles. El MEP aumentó 0,8% a $ 437,78 y el Contado con Liquidación avanzó 0,35% a $ 442,33.
Luego que el viernes se diera a conocer que la inflación de abril fue de 8,4%, el equipo económico buscó hacer un “control de daños” y se “lanzó arriba de la bomba” armando una reunión de urgencia el sábado en busca de una serie de medidas para atacar la descontrolada situación de los precios.
Pero finalmente, lo que iba a ser un “anuncio” del ministro devino en una serie de comunicaciones matinales de domingo entre las que sólo destacaba la suba de la tasa de interés del Banco Central de 91 a 97%, que incluso es considerada insuficiente por los analistas de mercado.
Esta tasa deviene en una efectiva mensual de 8% para las colocaciones a plazo fijo hasta 30 días por hasta $ 30 millones, cuando la inflación de mayo apunta a superar ese porcentaje.
Por tanto, la tasa real sigue siendo negativa y no alcanza para tentar a los ahorristas para que dejen su dinero en los bancos.
De allí surge la primera interpretación del nuevo salto de la cotización informal.
Cuando los analistas desmenuzaron las medidas quedó en evidencia que no había nada novedoso ni que pudiera modificar la situación y en consecuencia todas las variables se movieron al alza.
Entre los anuncios también se puso hincapié en cómo el Banco Central manejaría la tasa de devaluación diaria. Una parte de los analistas especulaban con que la aceleraría para cumplir con la exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) –que no quiere soltar más dólares a este tipo de cambio-, mientras que la otra parte de la biblioteca auguraba un menor ritmo de depreciación del peso para que haga de ancla inflacionaria.
Finalmente, la devaluación fue de 0,55%, quedando el dólar oficial a $ 241,39, sin mayor cambio respecto de las ruedas anteriores en cuánto al ritmo.
A su vez, el Banco Central compró U$S 60 millones, con una liquidación de las cerealeras de U$S 78 millones. En lo que va del mes, las ventas netas del Central se ubican en U$S 91 millones, un número muy negativo dada que esta es “la temporada alta” para la acumulación de divisas para la autoridad monetaria.
Hasta hoy las liquidaciones de los exportadores superan levemente los U$S 2.500 millones. Cuando faltan apenas 10 jornadas para la finalización del programa –vence el 31 de mayo- ya se tiene certeza que no se alcanzará el objetivo de U$S 9.500 millones pretendido por el gobierno.
Tarjetas de crédito
Entre las medidas se publicitó una baja en las tasas de interés para los saldos impagos en tarjeras de crédito y para tal fin el BCRA dictó dos resoluciones, que a fines prácticos no deriva en un alivio significativo para los bolsillos de las familias.
Por un lado, rebajó de 88 a 86% la tasa anual a aplicar sobre los saldos deudores de las tarjetas emitidas por instituciones financieras. Y por otro, fijó en 81,08% el máximo que pueden aplicar los emisores no financieros, por caso supermercados, cadenas de electrodomésticos y demás empresas de consumo masivo.
De esta forma, el BCRA busca que no se traslade el aumento de 91 a 97% de la tasa de referencia.
Cabe aclarar que las tasas limitadas afectan a saldos deudores, o sea cuando el dueño de la tarjeta no paga el total mensual y queda un monto a pagar en los próximos meses.
Las medidas aplican desde el mes de junio y los cambios en la tasa de interés no afectan a créditos ya tomados o compras ya realizadas en cuotas bajo determinadas condiciones.