En la city porteña, donde se juega gran parte de las transacciones del diminuto mercado financiero argentino, llueven las encuestas y los operadores no saben muy bien para donde correr a una semana de las elecciones primarias, después del chasco en el que cayó la mayoría en agosto de 2019 cuando los sondeos anticipaban una cosa y las urnas sentenciaron otra.
La semana hábil que cerró el viernes estuvo marcada por la incertidumbre. Y esto se sentirá más fuerte en los próximos días, dado que no existe una tendencia clara que pueda marcar en lo más mínimo cómo serán los números del domingo 12. Incluso en los frentes electorales salieron a pedir el voto casi desesperadamente, pero nadie arriesga un resultado eventual.
En el mercado especulan sobre qué color va a tener el mapa del país cuando arranque el lunes 13. Y ponen los ojos en la provincia de Buenos Aires. Para ese territorio, la consultora Clivajes le da 39,1% al Frente de Todos y 34,1% a Juntos por el Cambio. Y Giaccobe le dio 35,3% al macrismo y 32,8% al kirchnerismo. Proyección Consultores marcó 39,7% al oficialismo y 35,1% a los principales opositores.
En ese escenario, en el mercado no se anticiparon grandes apuestas. El Merval subió 2,1% en la semana y acumuló una suba del 13,5% en el último mes. Priscila Bruno, analista de Rava Bursátil, evaluó que el mercado local se comportó de manera similar al de EEUU, con un inicio de semana al alza, pero cambio de ánimos al pasar las ruedas.
“La plaza local continúa inmersa en la incertidumbre por el contexto de elecciones. A finales de la semana que viene, Economía realizará la apertura de la primera de las tres licitaciones de títulos de septiembre”, analizó. En agosto el refinanciamiento obtenido por el Gobierno estuvo en el 97%.
Donde más tensiones se registraron fue en el mercado cambiario. Por comprar para el pago de compromisos de fin de mes y de importaciones, el mercado le sacó de las manos entre lunes y jueves 440 millones de dólares al Banco Central; el viernes la cuenta terminó neutra.
El tipo de cambio mayorista cerró ayer en 97,86 pesos vendedor; así avanzó treinta centavos, lo que fue el incremento semanal más alto desde la última semana de julio. El minorista ajustó, 0,3%, hasta los 103,33 pesos, lo que llevó el “solidario” a 170,50 pesos. En el mercado informal el dólar blue terminó sin cambios, en 182 pesos. Y en la Bolsa, el contado con liquidación subió 0,4%, hasta los 170,72 pesos.
Fuentes del Gobierno de Alberto Fernández estiman que la demanda de dólares no se está dando mayoritariamente por vía especulativas (lo cual expone también el estricto cepo cambiario) sino por la disparada que hay en importaciones de insumos para la producción.
Las fuentes oficiales entiende que las importaciones crecen por la vía del precio, dados la inflación internacional en rubros sensibles, pero también por la senda de la cantidades porque la industria local está demandando más insumos a medida que toma velocidad.
En el ministerio de Desarrollo Productivo indican que en el primer semestre la industria manufacturera creció casi 5% respecto al 2019, cuando no había pandemia. E insisten con que la recuperación es más rápida que la de la mayoría de los países, con excepción de China.
Gustavo Quintana, de PR Operaciones de Cambio, señaló que en agosto suele ser un mes en el que el Central termina siempre con posición vendedora. El año pasado había vendido 1.300 millones de dólares. Esta vez, el balance fue de equilibrio.
El Central sigue haciendo lo que está a su alcance para ralentizar la devaluación del año electoral. El tipo de cambio mayorista subió un 1,08% en agosto y acumuló un alza del 16,15% desde que inició el año. La inflación superó el 30% en ese período.
Operadores del mercado bursátil porteño afirmaron ante la consulta de este medio que no están tomando decisiones mirando solo las encuestas, dado que nada que vaya a ocurrir el domingo generará un cambio en el rumbo económico.
Están aguardando mayoritariamente las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) sobre la soja y el maíz que se conocerán el viernes 10 de septiembre; un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para el 13.
A su vez, el 14 se septiembre se conocerá el dato de inflación estadounidense, lo que será clave para la decisión de la Reservas Federal. Si hay una suba de tasas interés allí, los emergentes sentirán el impacto y se verán afectados los precios de los commodities.