Con el período de conciliación obligatorio aun vigente, se conoció que cuatro trabajadores vitivinícolas del Valle de Uco y uno de Godoy Cruz fueron despedidos en los últimos días. Desde Foeva (Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines) manifestaron que están acompañando a estas personas y que repudian enérgicamente la decisión de las empresas.
El secretario general de Foeva en Mendoza, Guido Álvarez, comentó que, si bien en un primer momento se hablaba de un número mayor, al parecer serían cuatro los obreros despedidos de una bodega que se encuentra en el Valle de Uco y otro más, de otra firma, en Godoy Cruz.
Álvarez recordó que las desvinculaciones se produjeron en el marco de una conciliación obligatoria. Si bien indicó que las empresas han planteado que los despidos fueron con justa causa, no descartó que en realidad se deban a las medidas de fuerza tomadas por los trabajadores días atrás. “Esto sería repudiable, porque la ley ampara el derecho a huelga. El trabajador vitivinícola no está acostumbrado a hacer un paro, pero participamos por una necesidad imperiosa debido a los bajos salarios”, apuntó.
El secretario gremial de Soeva (Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines) en San Carlos, Omar Rivera, confirmó que hubo cuatro despidos en Bodega Zuccardi, en ese departamento. Él mismo estaba presente en el momento en que, de los diez trabajadores que estaban manifestándose en la puerta del establecimiento, el miércoles 31 al mediodía, el enólogo pidió que ingresaran cuatro.
Se trataba, reconoció, de personas que habían sido contratadas recientemente y estaban en período de prueba, por lo que se encontraban fuera de convenio. Pese a que les recomendaron que no se sumaran a la medida de fuerza, ellos decidieron quedarse, por solidaridad con sus compañeros y porque también manifestaron su descontento con ciertas condiciones laborales. El secretario gremial entiende que los despidos fueron consecuencia de su participación en el paro.
Rivera añadió que los otros seis empleados de la bodega que también estaban en la puerta, manifestándose, como se encuentran sindicalizados, regresaron a sus puestos de trabajo sin inconvenientes en cuanto se notificó la conciliación obligatoria.
Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, comentó que desde Zuccardi le informaron que no despidieron a nadie, sino que se terminaron contratos temporales. Es que, detalló, las bodegas contratan personas por un cierto tiempo, para la temporada de elaboración. Así, consideró que estas versiones de despidos se deben a diferencias internas dentro del sindicato, que incluso “se han traducido en actos de vandalismo y buscan atacar a las empresas más conocidas, que son serias y no despiden gente por represalias”.
Por otra parte, indicó que el sector empresarial y gremial siempre encuentran canales de diálogo y llegan a un acuerdo, lo más razonable posible; aunque esto no excluya algunos momentos de tensión en la discusión paritaria. Asimismo, planteó que el año pasado, cuando cerraron con un 42% de incremento, creían que habían recompuesto los salarios, pero la inflación posterior los dejó atrás, por lo que coinciden en que es necesaria una nueva recomposición.
Cuando se dio inicio a la paritaria vitivinícola, a principios de marzo, el sector gremial solicitó que el salario inicial de bolsillo de los trabajadores vitivinícolas sea equivalente a la Canasta Básica Total para una familia tipo que, según datos de la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia), fue de $ 52.578,10 en febrero. Esto implica un incremento cercano al 100%.
Por su parte, las cámaras representantes de productores y bodegueros ofrecieron un 28% de incremento y volver a sentarse a negociar en diciembre (el acuerdo rige desde marzo a febrero del año siguiente).
Como la distancia entre el pedido y la propuesta era muy amplia, luego de tres reuniones paritarias, Foeva convocó a un paro, que se acató sólo por unas horas, hasta que se dictó la conciliación obligatoria. Álvarez reconoce que es muy difícil que logren un 100% de incremento, pero que los trabajadores necesitan tener un salario digno, ya que hoy los 35 mil trabajadores nucleados en el gremio se encuentran por debajo de la línea de pobreza.