En enero, las respuestas de los empresarios mendocinos ubicaron a la provincia como el segundo conglomerado con mayores perspectivas de aumentar sus dotaciones de personal en el primer trimestre del año. Sin embargo, dos meses después, en marzo, el Gran Mendoza cayó al quinto lugar entre los de mayores expectativas de contratación y, en cambio, llegó al primer puesto cuando se considera el porcentaje de los que estiman que deberán reducir sus plantas de personal.
La Encuesta de Indicadores Laborales, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Nación, brinda datos sobre empleo, modalidad de contratación en el sector privado y las expectativas de los empresarios sobre la evolución futura de la dotación de personal, entre otros. En total, se consulta a unas 3.000 compañías -de todas las ramas de actividad excluyendo el sector primario-, con más de 5 o 10 personas ocupadas, en 12 aglomerados del país.
En marzo, el 90,1% de los mendocinos consultados respondió que consideraba que iba a mantener su dotación de personal durante los próximos tres meses, 6,1% que planeaba aumentarla y 3,8% que estimaba que iba a disminuirla. En comparación, en el primer mes de 2023, eran 9,5% los que anticipaban que iban a contratar más empleados y 2% los que calculaban tener que despedir gente.
Esto no sólo implica un cambio en las expectativas de los empresarios de la provincia en apenas un par de meses -lo que también permite apreciar la modificación del escenario del primer al segundo trimestre de 2023-, sino que lleva a que la provincia quede ubicada en otros lugares del “ranking” de comparación con los otros conglomerados relevados.
Así, a principios de año, el Gran Mendoza ocupaba el segundo lugar entre los 12 conglomerados relevados en cuanto a mayores perspectivas de contratación y sólo era superada por Jujuy (10,5%). Con el 9,5%, se ubicaba a una buena distancia del 3,9% en promedio para todo el país.
En marzo -los últimos datos disponibles en la EIL-, cuando 6,1% de los mendocinos consultados respondió que planeaba aumentar la dotación de personal, se ubicaba en el quinto lugar y la habían superado Rosario (8,7%), Tucumán (8,2%), Jujuy (7,5%) y Santa Fe (7,2%); mientras la media nacional era del 4,3%.
En cuanto a quienes manifestaron que iban a disminuir sus plantas de colaboradores, en enero, la provincia estaba en el segundo lugar, compartido con Santa Fe (2%) y superada por Córdoba (2,5%). Sin embargo, dos meses después, había trepado al primer lugar, con el 3,8% de los empresarios que estimaban tener que desvincular empleados, seguida por Tucumán (3%), al tiempo que el promedio nacional era de 1,7%.
Raúl Mercau explicó que la Encuesta Permanente de Hogares muestra que el empleo en Argentina creció 12,6% en 2021 y 10,9% en Mendoza, mientras en 2022, en todo el país aumentó 5,2% y en Mendoza un 3,7% interanual. Es decir, en los dos años anteriores, la evolución fue similar. Sin embargo, ya en el primer trimestre de 2023, la media nacional se incrementó un 4,8% y en Mendoza cayó un 0,1%; es decir, se mantuvo casi estable.
El economista analizó que, cuando uno mira la tendencia de largo plazo, Mendoza venía teniendo una tasa de crecimiento del empleo del 3,5% anual desde el segundo trimestre de 2016. Esto es, por encima de la media nacional, que era del 2,4%. Pero que, en el último tiempo, ha mostrado una desaceleración y, en lo que va de 2023, está creciendo menos que el promedio nacional.
En cuanto a por qué puede darse esta disminución del ritmo, al tiempo que los niveles de desempleo en la provincia siguen decreciendo, Mercau detalló que, si bien en el país, en el primer trimestre de 2023, el desempleo aumentó 4,7%, la población económicamente activa también se incrementó un 4,8%. En cambio, en Mendoza, la cantidad de personas que están desempleadas cayó 15,3%, pero de la mano de un descenso del 0,1% de la PEA.
El presidente de la Federación Económica de Mendoza, Santiago Laugero, señaló que se está empezando a notar el decrecimiento de la actividad económica, aunque resaltó que no se está en una situación de recesión. Pero que el fenómeno eleccionario, la macro poco clara y el contexto inflacionario hacen que las nuevas inversiones queden en “stand by” (espera). Sobre todo, porque, si bien hay financiamiento, en algunos casos con tasas por debajo de la inflación, no se sabe qué va a suceder dentro de dos, tres o cuatro años y si este interés va a seguir siendo conveniente.
Ante la incertidumbre, sumó, lo que está en marcha sigue, con mejores o peores resultados según el rubro, pero es difícil que se decida avanzar en nuevos proyectos. Pese a esto, Laugero también mencionó que el índice de desempleo sigue bajando en el Gran Mendoza, pero que, al mismo tiempo, los datos del SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) muestran un leve decrecimiento en marzo y abril; lo que vinculó a la estacionalidad, en especial, la culminación de la cosecha vitivinícola.
El titular de la FEM planteó que el desempleo no es lo más preocupante -además, señaló que hay políticas activas de promoción del empleo, tanto desde la provincia como desde Nación-, sino esta nueva situación, de un alto porcentaje de asalariados por debajo de la línea de la pobreza. Esta pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, señaló, repercute también en sectores como el comercio y la recreación.
Por su parte, el asesor del Ministerio de Economía y Energía de la provincia, Sebastián Laza, señaló que, en el primer trimestre del año, la actividad económica tuvo un buen movimiento en la provincia, pero que en el segundo se fue sintiendo la desaceleración nacional. Recordó que el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) dio negativo en abril “y Mendoza no es una isla”.
Asimismo, indicó que las consultoras hacen sus mediciones y los empresarios expresan sus expectativas, pero se deben esperar los datos oficiales del Indec o la DEIE (Dirección de Estadística e Investigaciones Económicas de la provincia), que suelen ir con unos dos meses de desfasaje. Aunque adelantó que hay datos mixtos de lo sucedido en el segundo trimestre, con indicadores hacia arriba -como el consumo en supermercados y de combustibles- y otros hacia abajo.
Laza resaltó que la provincia sigue haciendo un esfuerzo por sostener las inversiones y el empleo con programas como Mendoza Activa, Enlace y Enlazados, que han permitido mantener un cierto ritmo de actividad económica y ayudan a amortiguar el impacto de lo que sucede en la macro nacional.