Las audiencias públicas para determinar un nuevo precio del gas y para establecer el aumento para las distribuidoras se realizaron el 4 y 8 de enero, respectivamente. La actualización debía llegar a las facturas de los usuarios en febrero, pero como ese mes también se aplicó la suba de la energía eléctrica, se postergó a marzo. Sin embargo, el tercer mes del año es fuertemente estacional y el Gobierno está intentando controlar los datos de inflación, por lo que el incremento llegaría recién en abril.
El nuevo cuadro tarifario para el gas se iba a difundir la semana pasada, pero se decidió demorar el anuncio para ésta y, ya llegando al fin, tampoco hay novedades. El acuerdo del Ejecutivo nacional con el FMI había sido que tanto la energía eléctrica como el gas iban a perder los subsidios en febrero, pero como los números de inflación no estarían cediendo al ritmo esperado, optaron por estirarlo en el tiempo. Ahora, aseguran, los valores actualizados se aplicarán en abril, por lo que el impacto se verá en las facturas que se paguen en mayo.
Algunas consultoras han estimado de cuánto podría ser la suba promedio para los hogares en CABA -superaría el 700%-, pero el cálculo es bastante complejo, porque hay que contemplar tres variaciones diferentes. Por un lado, está la actualización del precio del gas; por otro, la del costo de operación de las distribuidoras; y, finalmente, la implementación de un nuevo esquema de subsidios o Canasta Básica Energética.
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, detalló, en las audiencias públicas, que los usuarios pagan solo el 17,5% del costo de producción de este fluido. Es que, si bien la segmentación por ingresos hizo que algunos tengan menos subsidio -los N1 pasaron a pagar tarifa plena en enero de 2023-, por el salto del dólar oficial en diciembre, ese costo se elevó considerablemente y no ha sido trasladado a los consumidores. Ese pase a factura, aseguran, sería gradual.
Distribuidoras
El otro componente para considerar es la actualización del costo de distribución. Esto es, el canon que cobran las distribuidoras por llevar el fluido a los hogares. En el caso particular de Ecogas, la empresa presentó dos posibilidades de aumento. Una, que implica un ajuste en el cargo fijo que se paga, con lo que se apunta a eliminar la estacionalidad -la factura del consumo de julio es 4,6 veces más cara que la de enero-, pero que implica una suba muy diferente según el tipo de usuario.
Así, en promedio, un N1 (ingresos altos) tendría un ajuste del 126%; un N3 (ingresos medios), del 187%; y un N2 (ingresos bajos), del 280%. Sin embargo, para un hogar N2, de la categoría R1 -de menor consumo-, la suba alcanzaría el 640%, porque pasarían de pagar los $ 1.038 actuales por mes a $ 7.682.
La segunda propuesta de la distribuidora fue que el aumento se distribuyera entre el cargo fijo y el variable. Con este esquema, los hogares N1 tendrían una suba del 124% en promedio en su factura mensual; los N3, del 179%; y los N2, del 179%. Para el mismo caso del N2 R1 (menores ingresos y consumo más bajo), el ajuste sería del 302% y la facturación, de $ 4.177 mensuales.
La mayoría de las empresas, incluida Ecogas, sumaron el pedido de que se realicen actualizaciones mensuales, tomando como referencia el Índice de Precio Internos al por Mayor (IPIM) publicado por el Indec el mes anterior.
Canasta básica
Sin embargo, las propuestas y cálculos realizados toman como referencia lo que pagan los usuarios hasta ahora, no sólo por la cantidad de metros cúbicos consumidos durante el período, sino también por el nivel de ingresos del grupo conviviente. Pero se realizó una audiencia pública más, el jueves 29 de febrero, en la que, desde la Secretaría de Energía de Nación, se propuso nueva estructura de subsidios para los usuarios de electricidad y gas, tanto por redes como en garrafa.
Se espera que los primeros días de abril se implemente la Canasta Básica Energética, que establece un consumo razonable de cada uno de estos dos servicios para una vivienda con determinada cantidad de habitantes y ubicada en una zona bioambiental determinada (definidas por IRAM), para cada mes del año. Con esto se elimina la Zona Fría como tal, aunque hay áreas en la provincia que quedan encuadradas en áreas frías y muy frías.
A esta cantidad de kWh de electricidad y m3 de gas se le asignará el valor para establecer la CBE y, después, se definirá un porcentaje de los ingresos que puede tomar esa canasta (se ha hablado del 10%). Si pagar por estos servicios demanda más del 10% de los ingresos del hogar, el Estado subsidiará, de forma directa, al usuario por la diferencia. También hay motivos de exclusión de la bonificación, como acumular consumos en tarjeta de crédito superiores a cinco Salarios Mínimos Vitales y Móviles (SMVM) o haber comprado moneda extranjera en los últimos tres meses.
Boletas de abril
Con todas estas cuestiones a definir resulta bastante complejo estimar de cuánto será el aumento en las boletas, cuando éste se aplique. La Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (Catheda) elaboró un informe en el que calculó el monto que alcanzará la Canasta Básica Energética en ciertos meses y, de esta manera, señaló quiénes se quedarían sin subsidio.
En Mendoza hay cuatro zonas bioambientales. Una franja que abarca casi la mitad este de la provincia, desde Lavalle hasta General Alvear, es considerada templada-cálida. Según la Catheda, en julio, un hogar de 3 a 4 ocupantes ubicado en esta área debería gastar unos $78.998 si hacen un uso razonable -de acuerdo con los parámetros de la Secretaría de Energía- de los servicios de luz y gas. Tomando como referencia el 10% de los ingresos, esto implica que quienes ganen más de $789.980 no recibirán subsidio.
En cambio, para los hogares de la zona cordillerana, muy fría, también de 3 a 4 ocupantes, la CBE asciende a $287.600 para el mes con temperaturas más bajas, por lo que el tope de ingresos es de $2.876.000 mensuales y los grupos familiares que no alcancen esa suma tendrán una bonificación.
Por lo pronto, las boletas con el consumo de marzo no tendrán una variación con respecto a lo que se viene pagando desde abril de 2023. La factura promedio para los hogares mendocinos -para llegar a este valor se toma el consumo de todo el año y se divide por 12 y, además, se hace un promedio de cada categoría- es de $4.933 para los N1, de $2.294 para los N2 y de $3.228 para los N3.