El Fondo Monetario Internacional (FMI) reclamó que la Argentina mantenga el ajuste fiscal que viene ejecutando el Gobierno nacional porque “está dando sus frutos”, aunque advirtió que la situación sigue siendo “frágil” y el programa puede requerir de nuevas medidas.
“Las políticas macroeconómicas más estrictas desde julio están comenzando a dar sus frutos: la inflación se está moderando, la balanza comercial está mejorando y la cobertura de reservas se está fortaleciendo gradualmente”, sostuvo el comunicado del FMI con el que este jueves anunció la aprobación de la tercera revisión del acuerdo vigente.
Si bien avaló las metas comprometidas al 30 de septiembre, enfatizó que el Gobierno debe mantener el rumbo hacia el equilibrio de sus cuentas.
El organismo sostuvo que “persisten los desequilibrios macroeconómicos y las condiciones siguen siendo frágiles. Por lo tanto, la implementación mejorada y continua del programa será fundamental para lograr los objetivos y mantenerlo como un ancla para la estabilidad”.
En ese marco, ratificó las pautas establecidas para 2023, mientras una avanzada de técnicos ya está observando en forma preliminar como cerrarán las cuentas en 2022.
De acuerdo a estimaciones privadas, a noviembre el déficit primario es de 1,7%, lo que le da un margen de 0,8 puntos al Gobierno para no desviarse del cometido (2,5%). Esto equivale a un desvío de $ 1,45 billón hasta el anteúltimo mes, lo que deja un colchón de unos $ 550.000 millones para diciembre, período complicado para el gasto público por la estacionalidad.
La advertencia no resulta inocente porque Argentina deberá reducir su déficit a 1,9% del PBI en 2023, año atravesado por el período electoral que será demandante de un aumento del gasto.
Desde que asumió, el ministro de Economía, Sergio Massa, viene haciendo un silencioso trabajo de recorte del gasto público, apoyándose en la inflación que lo ayuda a licuar algunas partidas, entre ellas la erogación en jubilaciones y pensiones.
Asimismo, avanzó en la quita de subsidios y redujo las partidas para obra pública. En contrapartida, se postergaron pagos (deuda flotante) y se demoran importaciones para cuidar los dólares. El paquete le permitió llegar a fin de año con las cuentas encuadradas, pero cuando se le quite el moño en 2023 aparecen las facturas impagas. De allí que el ajuste deberá ser mucho más profundo, incluso con un panorama adverso, por la caída de ingresos por una cosecha de soja de menor envergadura a la de este año a causa de la sequía.
Fue el propio viceministro, Gabriel Rubinstein, quien reconoció en declaraciones públicas que llegar al 1,9% previsto para el año próximo a iniciarse “costará un…”.
“Se necesita la consolidación fiscal presupuestada”, fue la frase que eligió el Directorio del organismo para insistir que el país debe mantener el ajuste. Asimismo, otorgó una “exención”, -o sea “perdonó”- por la continuidad del “cepo cambiario” y puntualizó que debe “eliminarse tan pronto como la situación lo permita”.
El FMI mantuvo inalterable su menú de reclamos y nuevamente pidió que por la eliminación de los subsidios. En esa línea, también subrayó la necesidad de sostener “tasas de interés real positiva” (superiores a la inflación) porque consideró que es una política “esencial” para contener la suba de precios.
Acto seguido repitió la fórmula de buscar financiamiento local para cubrir los desequilibrios que aún persisten evitando la emisión monetaria por parte del Banco Central.
El organismo a cargo de Kristalina Georgieva también le envió un mensaje a la clase política al advertir que deberá existir “apoyo” en caso que se necesiten implementar medidas de urgencia “para mantener la estabilidad macroeconómica”, ante un escenario global amenazante.
Inmediatamente después de la votación se giraron los U$S 6.000 millones y se computaron en las reservas del Banco Central que cerraron en U$S 43.263. A su vez, en las últimas 48 horas Argentina le pagó al FMI unos U$S 2.600 millones tal los términos de la renegociación firmada en marzo.
Dólar con fuerte suba
Pese a que se descontaba el apoyo del FMI, el pago del aguinaldo que volcó una significativa cantidad de pesos a la calle generó un fuerte incremento de la cotización de dólar “Blue” que en la jornada de este jueves subió $ 5 para cotizar a $ 330. Con este aumento, la cotización informal superó al MEP que culminó la rueda en $ 324,25 y quedó levemente debajo del Contado con Liquidación que se ubicó en $ 333,33.
La devaluación del dólar oficial fue de 0,11% para quedar en $ 181,36. En tanto, el BCRA cerró su intervención en el mercado de cambio comprando US$ 57 millones. Desde el 1° de diciembre la autoridad monetaria adquirió U$S 845,40.
Cabe recordar que pese a que mañana será asueto para la administración pública los bancos trabajaran con horarios y servicios habituales.