De acuerdo a cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo de la Nación, Mendoza lleva 19 meses consecutivos sin poder crecer en empleo privado registrado. La caída comenzó a fines de 2018 y se profundizó de manera notable a partir de abril de este año, cuando la pandemia comenzó a mostrar sus primeros efectos.
Así, en noviembre de 2018 habían 244.702 trabajadores privados en la provincia, siendo este el último mes con resultados interanuales positivos (0,4%). Un año después, la cifra total de empleados había descendido a 242.317, mostrando una retracción del 1%. En mayo y en abril de 2020, con pandemia de por medio, se registraron caídas interanuales del 8% cada mes. El último dato disponible correponde a junio de este año, cunado se contabilizaron 224.331 trabajadores, lo que significó una baja del 7,52% con relación a los 241.216 puestos del mismo mes del 2019.
En un análisis de largo plazo, se observa que en enero de 2009 (primer dato disponible en el informe de Situación y Evolución del Trabajo Registrado del ministerio), Mendoza ya registraba números similares a los actuales, con 224.357 empleos privados registrados. Eso quiere decir que la larga racha negativa de contracción del mercado laboral, sumada a las fuertas caídas que se originaron con la pandemia, produjeron que Mendoza retrocediera más de diez años en materia de empleo.
Un factor extra a considerar es el del crecimiento poblacional, que se calcula en torno al 1% anual, y por el que se puede concluir en que debería superarse al menos ese número para hablar de un crecimiento real, de acuerdo con los especialistas consultados por Los Andes.
Mendoza en el país
En la comparación interanual, se observa que, en junio, todas las provincias sufrieron una retracción del empleo asalariado registrado. Las mayores caídas se verifican en San Juan (-10,2%), San Luis (-7,5%), Mendoza (-7,0%), Neuquén (-6,8%), CABA (-6,2%), Jujuy (-5,6%) y Santiago del Estero (-5,6%). Teniendo en cuenta su peso en el empleo total, otras provincias que incidieron fuertemente en la reducción general del empleo fueron Santa Fe (-4,9%), Córdoba (-4,7%) y Buenos Aires (-3,3%).
Incentivos para invertir
“Llevamos cerca de 12 años sin generación de empleo genuino privado, en los que hemos oscilado entre los 240 mil y 255 mil trabajadores. Si se tiene en cuenta el crecimiento de la población del 1% anual, se entiende que en ese período se deberían haber creado más de 20 mil nuevos empleos”, indicó Mauricio Badaloni, titular de la Unión Industrial de Mendoza (UIM).
“Se requieren nuevos empleos, o más jóvenes emprendedores. Además, hay una gran deuda pendiente en lo que refiere a la formalidad. Solo el 50% de los trabajadores está en blanco. Ya deberíamos tener más de 400 mil empleos registrados privados”, agregó.
Entre los factores que explican dicho déficit, el empresario señaló que hay una “escasa vinculación entre la industria, el comercio y el Estado para generar desarrollo económico”. Por otra parte, señaló que se debe trabajar en materia logística (mejores rutas, y desarrollo de hubs).
La carga impositiva que enfrentan las empresas, la falta de un Banco propio como el que tiene San Juan, y el desarrollo de nuevas industrias, como puede ser la minería, pero también las energías renovables, son otros factores a considerar, de acuerdo con Badaloni.
“En Mendoza casi todo el esfuerzo económico y financiero está puesto en la agroindustria. El Covid este año ha insumido toda la atención del Gobierno, pero Mendoza hace muchos años que no es superavitaria y por eso está permanentemente entre restructuraciones de deuda, o solicitando la refinanciación a bancos nacionales”, agregó el titular de la UIM.
Por otro lado, señaló que ven con gran temor lo que viene a largo plazo, porque el efecto pospandemia será complejo, muchas industrias y servicios deberán reconvertirse, y las opciones financieras son limitadas. “Se viene una catarata de juicios, por las deudas, conceptos impagos, y las dobles indemnizaciones, más la imposibilidad de despedir”, cerró el empresario.
Un sector clave
La construcción es un sector clave para la recuperación económica. Así lo entiende el Gobierno Nacional, que ha realizado sucesivos lanzamientos de Procrear, y también el Gobierno Provincial, que la incluyó en uno de los subprogramas principales de Mendoza Activa (con un reintegro del 40% para los privados que inviertan, por hasta 100 m²).
Sin embargo, la construcción lleva mucho tiempo cayendo. “La retracción comenzó en paralelo a la devaluación de 2018”, señaló el presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim), Gerardo Fernández, quien recordó que en enero de 2018 la monedea estadounidense tenía una cotización de $ 18,79, que se disparó en mayo a $ 25,49, en agosto a $38 y en septiembre ya alcanzaba los $ 41. “Una devaluación de más del 120% impacto de lleno en muchos niveles de la economía lo que se reflejó en pérdida de empleo”, indicó el empresario.
“En la construcción ya a fines de 2018 se empezaron a perder puestos, llegando a su peor memento a fines de 2019 con la terminación de casi toda la obra licitada para las campañas presidenciales de octubre 2019. De allí en adelante que la caída ha seguido en menor escala, ya que prácticamente queda muy poco registrado”, agregó.
Fernández señaló que, en su mejor momento, Mendoza tenía alrededor de 16.000 puestos de trabajo relacionados con la construcción, y hoy las cifras del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), muestra alrededor de 5.000 puestos de trabajo. “Son trabajadores registrados bajo el convenio de la construcción, pero que en realidad prestan servicios en empresas de luz o gas, o se desempeñan como parte de la planta permanente de la destilería. No son construcción directa”, explicó.
Factores económicos
El economista José Vargas, titular de Evaluecon, señaló que tanto a nivel provincial como nacional se acumula más de un año sin generación de empleo. Al igual que Fernández, lo relacionó con la recesión económica que se profundizó a partir de julio de 2018.
“Los primeros meses de este año, la temporada de verano, el turismo y la gastronomía mostraron mejorías con respecto a otros años, y se podía esperar un repunte para mediados de este año, pero la pandemia, la ausencia de un programa económico claro y un nivel de inversiones bajo, generaron un efecto adverso. Por si fuera poco, todavía se esperan datos más duros para los próximos trimestres, porque en muchos sectores, con las marchas, y las contramarchas (habilitaciones y cierres), han terminado por no encontrar mercados y debieron cerrar, lo que profundizará la situación laboral que tenemos”, agregó.
Asimismo, la economista Paula Pía Ariet, titular de Gestión Consultores, agregó que los datos del Ministerio de Trabaho no muestran otra característica atada a la falta de empleo, y es que quienes ya tienen un trabajo pueden estar buscando incrementar sus ingresos con un segundo empleo, por lo que se requerirían más puestos que los disponibles para cubrir la demanda (o preferentemente una economía estable, y una recomposición salarial).
“Hay que tener en cuenta que por cada puesto de trabajo que no se crea o se pierde, se ven afectados otros empleos secundarios o indirectos”, apuntó la especialista.