El consumo de vino cayó 11% en Argentina en 2021

El resultado de las ventas dentro del país se opone completamente al récord logrado en las exportaciones. Los referentes del sector aseguran que se debe hacer un balance conjunto del sector.

El consumo de vino cayó 11% en Argentina en 2021
La salida del aislamiento, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y los aumentos de precios, llevaron a que los argentinos compraran menos vino el año pasado. / Foto: José Gutierrez / Los Andes

El vino argentino parece en 2021 haber llenado media copa. Es que después de alcanzar cifras récord para las exportaciones, sobre todo en los fraccionados, se conoció que durante el año pasado en Argentina se bebió menos vino respecto a 2020. Según las cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), los despachos al mercado interno disminuyeron 11,2% en el último año.

Como sucede en la vida misma, la copa puede verse medio vacía, porque a simple vista y con números negativos el panorama puede parecer complicado. Pero desde el sector prefieren verla medio llena, entendiendo que las cifras locales deben interpretarse en conjunto con las de las ventas al exterior, donde el escenario es un poco más esperanzador.

Si hablamos de números fríos, en 2021 los vinos sin mención varietal tuvieron una baja del 17,1%, los varietales un 0,2% y otros vinos el 6,5%. Los únicos que crecieron fueron los espumosos, que mejoraron su performance un 34,8%.

¿Por qué cayeron las ventas?

Para Martín Hinojosa, presidente del INV, la caída obedece a que 2021 fue muy distinto a 2020. Para él, el hecho de volver casi a la normalidad disminuyó el boom de consumo que se había dado mientras los argentinos estaban más tiempo en las casas, cuando todo el presupuesto estaba destinado a alimentos y bebidas. “El año pasado, cuando empezamos a salir ya se contemplaban otros gastos, por lo que se afectó a todas las bebidas y el vino no ha sido la excepción”, dijo.

Entender el 2021 del vino argentino, conforme a la visión de Patricia Ortíz, presidenta de Bodegas de Argentina (BdA), requiere no quedarse únicamente con los números que dejó el mercado interno, sino que se debe ampliar la mirada al conjunto de estos, las exportaciones y las ventas del granel.

La bodeguera, consideró que el 2020 debe tomarse como un paréntesis por los cambios de hábitos que introdujo la pandemia y que favorecieron el consumo de vino. Así, en el pasado año, con la vuelta a una relativa normalidad, los niveles se acercaron bastante a los de 2019. “Si ponemos todo en la misma bolsa, nos da un cierto número que no está explicado la realidad del sector. Este año cayó el consumo interno, pero se vendió más vino fraccionado al exterior y el precio creció en este segmento y en graneles”, declaró Ortíz.

“Para nosotros es clave ver el precio promedio. Si vendés más, pero facturas menos, no estás mejor. Eso fue bueno y es el camino que tenemos que seguir para no perder, porque con la inflación y el contexto económico que tenemos, los márgenes se estaban achicando mucho y eso no sirve en ningún negocio”, argumentó la presidenta de BdA.

Además de los nuevos hábitos que influyeron en el consumo de vino en 2021, Carlos Fiochetta, gerente de Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), aseguró que otro de los motivos que podrían haber causado la caída es la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos y destacó que es algo que se debe analizar ampliamente. “En general todos los consumos han caído. Si los números se compran con las exportaciones, donde se registró un año récord en los fraccionados, se evidencia que, ante el mismo producto, los argentinos se han visto perjudicados por la pérdida del poder adquisitivo”, declaró Fochietta.

“Hubo un aumento justificado de los precios. Veníamos desde 2018 con precios de la materia prima muy bajos. En 2021, por suerte y para beneficio del productor, el precio del vino de traslado creció. La pérdida del poder adquisitivo, más el aumento de precios, puede ser un combo bastante negativo para los productos”, sostuvo el representantes de Coviar en su análisis.

¿Es el momento de la lata?

Otro de los datos más relevantes que se desprenden del informe del INV es que envases como la lata y el bag in box fueron prácticamente los únicos que crecieron con un +73,2% y un +19,4% interanual, respectivamente. Sin embargo, su participación en el mercado aún sigue siendo minoritaria con un 0,3% para cada uno.

“La lata no es un envase que todo el mundo utilice o vaya a usar en el futuro, principalmente porque tienen algunos problemas. Primero, es algo caro porque no hay muchas empresas que las produzcan. Después, no es algo fácil de trabajar y lo tiene que aprobar el INV. No es un producto rentable en los segmentos económicos, sino más bien para un público joven”, estimó Patricia Ortíz.

Cauteloso con el futuro de este envase, Carlos Fiochetta manifestó: “Son todavía envases muy incipientes. Sobre todo la lata le está dando al mercado nuevas alternativas de consumo. También pasa que este envase está muy relacionado con el consumo al aire libre o fuera de la casa. No podemos hablar todavía de una tendencia, porque es algo muy chiquito dentro del sector, pero marcan que también hay otro camino”.

En cuanto al bag in box, si bien la presidenta de BdA reconoció que es un envase muy popular en el mundo, en Argentina corre con el prejuicio sobre los envases de cartón, como el tetra brik. “Es muy difícil poner un vino de un segmento más alto en un bag in box. Sería ideal, pero cuesta mucho y requiere un arduo trabajo para que el consumidor entienda que por más que esté en una caja de cartón, aunque por dentro no sea así, es vino de buena calidad. Es un gran envase, pero otro problema es su durabilidad, una bodega no puede guardar de un año a otro un bag in box, lo que se produce se tiene que vender en el año”, estimó Ortíz.

Pasando a otros envases, el consumo de vino en botellas cayó un 10,8% respecto a 2020. En tanto, el tetra brik tuvo una disminución del 12,3%, mientras que la damajuana siguió la misma tónica con una caída de 11,5%.

La tendencia para 2022

Para Martín Hinojosa, en 2022 puede verse una recuperación en la bebida nacional que irá de la mano con la promoción y la comunicación de los productos que se ofrecen. “Las tendencias que se ven para 2022 es de un año de mejoras para el vino argentino, sobre todo a nivel profesional. Hemos visto que las bodegas han apostado por hacer más promoción en todo lo que hace al consumo y eso siempre repercute. Mientras mejor se comunica, más efecto tiene”, afirmó.

En este sentido, aseguró que es fundamental tener productos acordes a los requerimientos del mercado en todos los segmentos. “Hay que acercar el vino a los jóvenes, tener diversidad de envases y productos. Todo eso se viene trabajando en el sector y creo que, sumado a la promoción, puede dar resultado para aumentar el consumo interno”, opinó Hinojosa.

Por su parte, el gerente de la Coviar consideró: “En 2022 tenemos un gran desafío por delante, que es que los stocks están equilibrados. Hay que seguir potenciando las exportaciones y, en la medida de que se recupere el poder adquisitivo, creo que podemos volver a crecer en el mercado interno para llegar a los 1.000 millones de litros de vino por año”.

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