Históricamente el comercio ha representado entre el 22% y 23% del Producto Bruto Geográfico (PBG) de Mendoza, pero la consecución de resultados negativos en los últimos años ha llevado a ese sector a una situación crítica y todo indica que pronto dejará de ser la actividad más representativa de la economía local. En su mejor momento (2012), los negocios llegaron a ser responsables de $ 25,4 de cada $ 100 generados en territorio mendocino, pero en 2019 (último dato disponible) apenas tuvieron una participación del 21,1%.
En el medio, los comercios, restaurantes y hoteles (todos conforman el mismo rubro) se enfrentaron a duras crisis que condujeron al cierre de cientos de empresas. También hubo cambios positivos, como el aumento de la conectividad aérea y la mejora del tipo de cambio, que permitieron una “explosión” del turismo en Mendoza, pero ni siquiera el récord de visitantes logró revertir una tendencia negativa de años.
De una punta a otra (2012 a 2019), el sector de comercio, restaurantes y hoteles se contrajo 18,1%. Durante ese período, solo dos años mostraron crecimiento: el 2015 (con un repunte del 3%) y el 2017 (del 2,4%). En el resto de las temporadas se registraron caídas y algunas fueron abruptas. Hubo resultados negativos en 2013 (-1,6%), 2014 (-5,3%), 2016 (7,6%), 2018 (-2,8%) y 2019 (-7,3%).
Habrá que esperar para conocer cómo cerrará 2020, pero los efectos de la pandemia anticipan otro año de caída. De hecho, hay varios indicadores que confirman la inevitable profundización de la crisis del sector. Sirven de ejemplo los datos publicados por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE) en relación a las ventas de los centros de compras. Las estadísticas indican que este año, entre enero y junio, la facturación cayó 49,8% en términos reales. Los peores resultados los tuvieron los negocios de esparcimiento (-66,7%) e indumentaria (-53,7%).
Comercio minorista y mayorista
Aunque dentro del PBG se mide al sector de comercio, resturante y hoteles en forma conjunta, es justo hacer un análisis algo más exhaustivo. De acuerdo a la DEIE, dentro de ese grupo la peor performance la ha tenido el comercio minorista, que se contrajo 29% entre 2012 y 2019. Es ahí donde se encuentra gran parte de la caída en la participación del comercio en la economía local (bajó de 12,5% en 2012 a 9% en 2019).
Por si fuera poco, es inevitable que la caída frene este año. Como lo demuestran los números repasados anteriormente, las ventas de los comercios están cayendo en torno al 50% y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios hace pensar que la baja seguirá.
Tampoco fue buena la performance del comercio mayorista. Entre el 2012 y 2019 el valor agregado bruto de los comercios de ese rubro se contrajo 11% en Mendoza. Hubo mejoras en 2013 (1,3%), 2015 (3,5%) y 2017 (2%), pero el sector cayó en 2014 (-3,1%), 2016 (-2,4%), 2018 (-4,4%) y 2019 (-7,9%).
Daniel Ariosto, presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), opinó respecto a la realidad sectorial. “Entendemos que la retracción del comercio refleja el nivel de empobrecimiento de la sociedad argentina. Es el margen de la clase media que va pasando a ser clase baja y de la clase baja que desciende un escalón más”, comentó.
“Es notable también la retracción del comercio y la pérdida del valor adquisitivo de los salarios frente a los vaivenes del dólar. En todo el país ocurre lo mismo y es motivo de una reflexión, porque este descenso de la clase media representa un desafío para el futuro, es pensar en la recuperación de una clase, en el desarrollo de la educación y el empleo; cada vez más gente está en la informalidad y más comercios trabajan en la informalidad”, sostuvo Ariosto.
Por su parte, Federico Pagano, presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), consideró que la retracción del comercio está intrínsecamente relacionada a la baja actividad económica de Mendoza. “La provincia no crece en su conjunto, no hay más empleo, no hay más actividad privada y esto repercute en el comercio. Toda actividad económica ligada al consumo necesita que la población sobre la cual opera tenga crecimiento, que ingresen nuevas personas al mercado laboral y que estas sean más que las que salen por jubilación”, explicó.
También compartió su opinión el economista Nicolás Aroma, quien señaló que la fuerte contracción del comercio mendocino tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y la consecuente del caída del consumo interno, principalmente entre 2018 y 2019. “Tanto las ventas minoristas como las mayoristas cayeron en esos años, debido a una recesión con inflación ascendente que deterioró el poder de compra de los salarios”, insistió el experto.
“Gran parte del ingreso de las familias pasó a destinarse al pago de las tarifas, que aumentaron su valor, y al sector financiero, vía intereses de tarjetas. Esos son los sectores que justamente fueron incrementando su posición relativa”, sostuvo Aroma.
En tanto, Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, atribuyó la caída del comercio a la baja del tipo de cambio real que se produjo a partir de 2012 (se recuperó recién en la mitad de 2019). “La baja en el tipo de cambio hizo que vinieran menos turistas de Chile a comprar”, opinó.
“También incidió la caída del salario real, que entre 2012 y 2019 se contrajo 20%, debido a las condiciones macroeconómicas del país. El comercio es muy sensible al poder adquisitivo, por lo que se contrajeron tanto las ventas de los supermercados como las de indumentaria, que son los dos rubros más afectados dentro del comercio”, agregó el economista.
Autos y combustibles
La medición del PBG realizada por la DEIE separa a las ventas de autos y combustibles del resto de los rubros comerciales (resturantes y hoteles, comercio minorista, comercio mayorista). El resultado de los últimos años no ha sido bueno y el panorama para 2020 no es nada alentador.
De acuerdo a los informes oficiales, entre 2012 y 2019 ambos sectores en conjunto se achicaron un 13%. Por si fuera poco, las ventas de vehículos 0 km cayeron 32% interanual entre enero y octubre de este año y todo apunta a que será peor año de la última década.
Tampoco las estaciones de servicio han podido revertir la tendencia negativas. Afectadas por la pandemia, las ventas de combustibles han bajado 13,9% entre enero y agosto. Solamente los despachos de gasoil han logrado sopreponerse a la crisis y muestran un repunte del 6,5% en ese período, pero no alcanzan a compensar el balance general.
Restaurantes y hoteles
La gran excepción del sector comercial son los restaurantes y hoteles. En los últimos siete meses del año ese sector creció 17% y mejoró en 0,4 puntos porcentuales su participación en el PBG total, pasando de 1,8% en 2012 a 2,2%.
Claro está, que la marcada mejora se relaciona directamente con la expansión del turismo receptivo en la provincia. Diferentes estadísticas demuestran que a partir de la remodelación del aeropuerto El Plumerillo (año 2015) y el aumento de la conectividad aérea, creció exponencialmente la cantidad de visitantes en Mendoza.
Según la Encuesta de Ocupación Hotelera del Indec, en 2016 comenzó una tendencia creciente en la cantidad de turistas que se hospedaron en Mendoza, que concluyó con un récord histórico en 2019. El año pasado llegaron 690.024 turistas, de los cuales 412.766 fueron argentinos y 277.258 fueron extranjeros.
Los números fueron contundentes y el “boom” del turismo impactó de forma directa en la hotelería y la gastronomía, pero no tuvo la influencia que se esperaba en el comercio. Además, Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (Aehga), aclaró que en 2019 solo crecieron los hoteles de cuatro-cinco estrellas y los restoranes de lujo, debido al turismo internacional. No fue un año, en cambio, para los que apuntan a un segmento de precios más bajo.
“El 2020 ha sido desastroso. Debemos estar facturando apenas un 30% de lo que ganamos el año pasado”, indicó. “La pandemia produjo muchos cierres y la recuperación de la actividad vendrá después de la vacuna o cuando pase la segunda ola de contagios. Esperamos tener al menos dos o tres meses buenos en el verano”, agregó el empresario.
“En diciembre y enero habrá movimiento de turistas extranjeros (de Brasil y Chile) y de los argentinos que por el tipo de cambio viajarán por el país. En cuanto a precios dependerá del segmento, en los lugares exclusivos –de lujo- apuntarán al turismo internacional y sus tarifas estarán expresadas en dólares, mientras que para el público nacional los precios serán en pesos y no van a acompañar a la inflación”, continuó Barbera.
La dependencia del comercio
La fuerte contracción del comercio tuvo un importante impacto sobre la economía general de la provincia y desnudó la alta dependencia sobre el comportamiento de este sector. Para los especialistas es fundamental que Mendoza encuentre la forma de recuperar su nivel de actividad comercial, pero también que diversifique su matriz productiva, para poder apalancarse de otros sectores cuando al comercio le vaya mal.
“Efectivamente debemos buscar alternativas para ampliar la matriz productiva de Mendoza y de Argentina. Siendo este un país rico en recursos no se explica los márgenes de empobrecimiento”, sostuvo Daniel Ariosto, de UCIM.
“En la provincia se asoman nuevos horizontes, como el de la economía del conocimiento, pero también debemos fomentar el desarrollo de otros sectores de nuestra economía, como la construcción, la industria y la agricultura. Hay que profundizar su crecimiento para que sean realmente rentables y generen trabajo en la formalidad”, advirtió.
Se mostró de acuerdo Federico Pagano, del CEM. “La composición de la matriz productiva explica por qué Mendoza no encuentra un rumbo económico claro. Como provincia teníamos muchos ingresos por las regalías de petróleo y minería, pero ambas han ido cayendo en el tiempo. Hay que buscar nuevos horizontes”, observó.
Las perspectivas a futuro
Pensando hacia adelante, los empresarios de comercio, restaurantes y hoteles no tienen buenas expectativas. “Sin una vacuna no vemos una posible recuperación del sector gastronómico y hotelero. Pueden imponerse restricciones de circulación y necesitamos que llegarn turistas para poder subsistir”, lamentó Daniel Ariosto.
Tampoco fue optimista la lectura de Federico Pagano. “El problema que tenemos hoy es que seguramente el mundo va a reaccionar recién a mediados de 2021. Si en ese proceso la destrucción del empresariado turístico es muy grande, no vamos a tener que ofrecerle al turismo internacional”, comentó.
Por otro lado, el presidente del CEM advirtió que la continuidad del freno en el turismo puede tener un fuerte impacto negativo en el mercado laboral. “Está claro que el sector del comercio es uno de los grandes empleadores en la economía y si no hay crecimiento, puede haber una caída fuerte en la cantidad de trabajadores. De hecho, las estadísticas demuestran que durante la cuarentena se perdieron 17 mil empleos privados registrados”, subrayó.
Para Nicolás Aroma, en cambio, el comercio tiene gran potencial de recuperación a medida que se recupere el salario real y así, el poder de compra. “El consumo interno es una variable clave para la recuperación económica del país y la provincia”, señaló.
Comercios: fotografías de una época
Desde el 2012 el sector del comercio expresó una notable retracción en el PBG. En el camino uno de los indicadores de esta caída fue el cierre de comercios destacados en la ciudad. En el rubro de la moda, por ejemplo, en octubre de 2012 cerró sus persianas Modastil, una tienda fundada por inmigrantes rumanos que cumplió con una trayectoria de 62 años. Para 2012 también se proyectaba la reapertura de Casa Tía, tienda nacional que inauguró en 1949 en la esquina de San Martín y Las Heras y que luego abriría el histórico local de más de 1.000 metros cuadrados en calle San Martín, frente a Entre Ríos, pero esta reinauguración nunca se realizó.
Siguiendo con su plan de expansión, en 2012 la cafetería Starbucks llegó a Mendoza buscando afianzarse en la tercera plaza en importancia fuera de Buenos Aires, inaugurando dos nuevas locaciones en el Mendoza Plaza Shopping y en Palmares Open Mall. La cadena Burger King, había arribado a la provincia a fines de 2011. Ambas firmas cerraron sucursales en nuestra plaza durante este año.
En el 2017 la Municipalidad de Ciudad reconoció a los comercios más antiguos de la capital, entre ellos la Ferretería Alsina; que tras cumplir 100 años de actividad comercial se fue apagando lentamente hasta cerrar sus puertas. Las marquesinas fueron cambiando, las franquicias estaban más presentes. A las propuestas nacionales se sumaron las expansiones locales en el área de gastronomía y otros servicios. Tal es el caso de La Veneciana, creada en 1959 como una trataría y pizzería, hoy un jugador fuerte en el rubro de las pastas frescas y panificados; refrescando su marca “La Vene” para salir a competir en el mercado nacional.
Más acá en el tiempo, como consecuencia de la crisis que desató la pandemia, una colección de nombres desató distintas emociones entre el público. El café bar Los Angelitos (espacio que fuera un gran centro de la movida cultural y teatral de Mendoza); Bute Palmares; El Porvenir, bodegón que conducía el cheff Nicolás Bedorrou en calle Paso de los Andes; el café Cuarto intermedio, local muy concurrido por políticos y periodistas en calle Patricias Mendocinas; Vitoriano - Café del ACA-, un icónico de la Avenida San Martín; El Palenque, bar y restaurante pionero en la calle Arístides; la Confitería Dünken; el restaurante María Antonieta y la casa de cambio Magitur que operó por más de 50 años en el mercado de cambio de moneda y turismo.
Las marquesinas cambian y las propuestas se renuevan, planteando aires de esperanza. En el local que supo ocupar C&A (empresa de capitales holandeses que dejó de operar en nuestra provincia en 2009) y luego el Mall Urbano de Maxi, la tienda Le Utthe ha ganado la vidriera. La empresa familiar que nació en 1982 y en la ciudad de Bragado, Buenos Aires, se sumó a la propuesta del shopping a cielo abierto que intenta consolidar el tiempo en el microcentro.