Agua y Energía había avanzado en un proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico del Río Diamante en 1983, denominado El Baqueano. Hasta se llegó a elegir un lugar para la presa, pero la propuesta quedó en los papeles. En 2016, Emesa retomó la iniciativa, que ahora se encuentra en la fase de estudios de avanzada y espera llegar a la etapa previa a la licitación a fines de 2022. En momentos de crisis hídrica, el foco está puesto en el reservorio, aunque la presa también tendría una capacidad para generar electricidad similar a Agua del Toro.
Pablo Magistocchi, presidente de la Empresa Mendocina de Energía S.A. (Emesa), detalló que El Baqueano se construirá en un tramo intermedio del río Diamante, entre Los Reyunos y Agua del Toro. La presa, en el sitio que se ha definido para su construcción, denominado El Imperial, tendrá un muro de hormigón compactado de 60 metros de altura y un túnel de 13,8 metros, excavado en la roca, que restituye el agua al cauce, en la cola del embalse Los Reyunos.
La central hidroeléctrica tendrá 140 megavatios de potencia instalada y generará 443 gigavatios al año. Pero lo más importante, resaltó Magistocchi, es que incrementará la reserva de agua del Río Diamante en un 22%. En este sentido, señaló que en los próximos años será crucial la adaptación al cambio climático. #Por eso, este tipo de obras se está pensando en primera instancia como reservorio, ya que la montaña aportará cada vez menos escurrimiento y, en cambio, habrá más lluvias.
Nuevos caminos y estudio
El titular de Emesa detalló que en 2016 se retomó el inventario hidroeléctrico mendocino, con el objetivo de tener en todo momento un proyecto en ejecución, uno en licitación, uno en estudios avanzados, tres o cuatro en etapa preliminar (porque no todos resultan factibles) y alrededor de diez en fase de idea.
En este marco, se están empezando a realizar los estudios de avanzada para El Baqueano. Para poder avanzar fue necesario abrir nuevos caminos, ya que hasta el momento sólo se podía llegar al sitio en bicicleta o caballo, pero ahora es necesario llevar equipos de perforación. Por eso, Emesa suscribió un convenio con la Dirección Provincial de Vialidad, por el que la DPV trazó una huella de 17 kilómetros de extensión. Como contraparte, Emesa reparará vehículos para el organismo.
En los ‘80, Agua y Energía había pre seleccionado varios tramos del río en los que se podría construir la presa: Agua de la Mora, La Horqueta, Chacaycito, El Imperial y Cerro Malar. Terminó definiendo que el ideal era Agua de la Mora. Sin embargo, los estudios más recientes de Emesa llevaron a descartar este sitio, ya que observaron un fenómeno de remoción de masa (una grieta en proceso de ensanchamiento). En cambio, optaron por designar El Imperial.
En la actualidad hay dos procesos licitatorios en marcha. El primero es para la realización de estudios de topografía, geología y geofísica, que permitirán determinar la calidad de la roca en este lugar. El segundo, busca contar con una línea de base ambiental que incluya estudios como el medio biótico. Esta determinación en el principal aporte para la manifestación general de impacto ambiental, que luego permite llegar a la declaración de impacto ambiental.
Con ambos estudios, los geológicos y los ambientales, se estaría en condiciones, explicó Magistocchi, de empezar a pensar en la licitación del proyecto, ya que llegaría al estado avanzado en el segundo semestre de 2022. Entonces, se conocería con precisión el grado de factibilidad y el costo real. Hoy, se estima que la inversión rondaría los 530 millones de dólares.