Eduardo Zavaroni: “A pesar de la pandemia hemos vendido más de lo que esperábamos”

Uno de los directores de Samaco, admite que el mendocino siempre ve la inversión en la construcción como un respaldo para sus ahorros. Qué tienen previsto para la segunda mitad del año.

Eduardo Zavaroni: “A pesar de la pandemia hemos  vendido más de lo que esperábamos”
Samaco, 68 años de calidad y buenos precios, juntos

Samaco tiene más de 70 años de historia, y sus propietarios saben de crisis, pero también de oportunidades, y por eso, lo que comenzó con un pequeño local en calle Buenos Aires, hoy es una firma reconocida en toda la provincia, concentra una amplia gama de productos (desde cimientos a terminaciones). La empresa sumó puntos de atención en Luján y Maipú, y con el reparto llegan a toda la provincia, San Juan y San Luis.

Sin embargo, Eduardo Zavaroni, uno de los directores de la compañía, señaló que como todo negocio, no quedaron fuera de las incertidumbres que generó la pandemia y que, día a día, se renuevan con la evolución de la enfermedad en Argentina y el mundo.

-¿Cómo los encontró esta situación?

-Indudablemente llenos de incertidumbre, pero el protocolo de corralones nos permitió seguir trabajando desde un comienzo.

Las ventas están en niveles aceptables, para tratarse de una situación tan compleja. Tenemos stock suficiente para seguir trabajando, y esperar que todo mejore. Siempre y cuando las fábricas no cierren ni se restrinja el transporte de cargas.

Dentro de todo podemos decir que hemos sido favorecidos. Fuera de lo que sucede con farmacias o supermercados, se ha vendido, no como en otras épocas, pero más de lo que se esperaba.

Cuando el protocolo nos permitió trabajar, pensábamos que el público no iba a venir, por temor a circular. Sin embargo, ha estado bien, porque en la Argentina siempre ha existido el temor al dólar. Cuando se mueve, la gente le quiere ganar y apela a sus ahorros.

Vienen los clientes, respetando todos los protocolos (se ingresa de a pocas personas al salón, y todos utilizan tapabocas). E incluso cuando se dio marcha atrás con las salidas por documento, y se debió volver a exigirlo, el público reaccionó bien, y se organizan para salir el día adecuado.

-¿Resulta conveniente anticipar compras de corralón hoy en día?

-Sí, cuando el dólar se pone nervioso la gente se anticipa, y la construcción es un buen resguardo, porque, aunque se trate de arreglos del hogar que estaban pendientes, se trata de una inversión. Nosotros permitimos el acopio, de 60, 90 y hasta 120 días, con lo que se le gana a la inflación.

Además, hemos notado que nos tienen tanta confianza que hemos visto casos insólitos en los que la gente viene a buscar la mercadería a 3 años de haberla comprado. Aunque el acopio es de 60 a 120 días.

Por eso la construcción, mal que mal, siempre se mueve. Al principio del aislamiento se detuvo, pero luego cuando se autorizó se vio cómo la gente se organizó para cumplir y que no se dé marcha atrás con la medida.

Los mismos maestros mayores de obra se organizan para compartir el auto y trasladarse sin usar el servicio de transporte, pero hacen todo lo necesario para seguir trabajando, y al mismo tiempo no exponerse a riesgos de contagio.

-Particularmente a ustedes, ¿cómo los encontró como empresa?

-Hemos tenido una pequeña ventaja y es que con algunas fábricas pudimos hacer pagos anticipados en cemento, hierro, grifería de calidad, y nos fueron entregando todos. Lo mismo con instalaciones de gas y cloacas. Tratamos directamente con las fábricas de Olavarría y también en San Juan, y nos encontró provistos de materiales.

De igual manera esa ventaja se traslada al público, que puede encontrar precios coherentes con los aumentos de fábrica. Nuestros márgenes continúan siendo los mismos, no nos cubrimos a futuro. En ese sentido seguimos exactamente igual como siempre.

A nivel interno, pudimos pagar los sueldos, y aguinaldos. Tuvimos ayuda del Gobierno un mes (programa de Asistencia para el Trabajo y la Producción o ATP), pero al siguiente mes decidimos no inscribirnos porque las cosas mejoraron, y pudimos hacer una compra de cerámica a través de Brasil, con lo que quedamos fuera de las características necesarias para participar.

-Volviendo con el tema del dólar, pero ahora a nivel empresa, ¿las restricciones han significado un problema para ustedes?

-Nos adaptamos, con el dólar importador tenemos un precio diferencial al oficial de los bancos, en aproximadamente $ 60 (con respecto a las últimas operaciones que debieron realizar con el cambio de divisas).

Pero si pudiéramos tener acceso al crédito, y capacidad para proyectar todo lo que tenemos en mente, que muchas veces no se puede por el alto costo, eso haría la diferencia.

A pesar de eso, hemos seguido creciendo, con la posibilidad de atender a nuestros clientes de Chacras de Coria, Luján, y los de Maipú. Lugares en donde se están haciendo barrios privados, y pudimos abrir negocios (limitados por el pago del alquiler), pero con buenos resultados que no pensábamos que se iban a dar en este contexto.

La posibilidad de reparto también nos benefició y hoy podemos dar servicio al cliente con entrega a domicilio. Llegamos a San Martín, Tunuyán, hemos ido hasta San Juan, y hasta San Luis, lugares en los que se trabaja con descargas rápidas para evitar exponer al camionero y al personal al contagio, pero donde igualmente llegamos.

-¿Qué espera para el futuro?

-El futuro es complejo. Los países del primer mundo se están enfrentando a una de las peores crisis que se han visto. Nosotros ya veníamos de años difíciles y con esto, la economía está muy castigada.

Siempre hemos sido muy cautos, pero yo voy a cumplir 61 años y hemos pasado por muchas situaciones, y esta empresa más. No sé exactamente cuánto tiempo llevamos, pero contamos por lo menos 49 años desde que nos cambiamos a calle Buenos Aires, y empezamos con la empresa en el actual domicilio de calle San Martín.

Hemos pasado por tanto: devaluaciones, crisis inflacionarias, pero esta situación es compleja, y de escala mundial.

Y dentro de todo, estamos en un rubro que no se ha visto tan afectado, y que moviliza la economía y genera empleo. Esperamos que el Gobierno reactive la obra pública, y que una vez que pase todo esto, se pueda cambiar la situación para mejor.

Perfil

Eduardo Zavaroni (60).

El empresario es hijo de Mario Zavaroni, quien en 1949 se asoció con un grupo de amigos para iniciar un pequeño negocio de venta de sanitarios y materiales para la construcción en calle Buenos Aires de Ciudad.

En la década del ’70, Samaco ya se había consolidado en el mercado local como empresa familiar, y comenzó la construcción del local en calle San Martín y Chacabuco, en el corazón de la Alameda.

Para entonces, Don Mario y sus hijos, incorporaron nuevos productos, y comenzaron a crecer sin pausas, diversificando el negocio.

En los años ’90, con el fallecimiento del fundador, sus hijos Eduardo y Mario, continuaron con el crecimiento de la marca y, como señaló el primero, ampliaron los puntos de atención al público, y hoy llegan a toda la provincia, SanLuis y SanJuan,

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