Ante el rebrote inflacionario de principios de 2021, el gobierno “pisó” el precio oficial del dólar para restarle presión a los precios domésticos y ahora evalúa cuándo será el momento de volver a de preciar el peso a una marcha más acelerada.
Esto fue admitido ya por el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y genera algunas tensiones con el gabinete económico que conduce Martín Guzmán, dado que la inflación no le está dando respiro a los bolsillos de los argentinos, que vienen perdiendo poder de compra hace cinco años en forma consecutiva.
Proyecciones
Las proyecciones que el Gobierno plasmó en el proyecto de Ley de Presupuesto 2022 apuntan a que el tipo de cambio nominal (TCN) promedio suba 34,8% en 2021, a 102,40 pesos; 23,9% en 2022, a 131,10 pesos; 25% en 2023, a 161,30 pesos; y 19,6% en 2024, a 189,10 pesos.
Si se considera que la inflación terminará el año en torno al 50%, se descuenta que hay un “atraso cambiario” en comparación con el nivel que el dólar tenía cuando comenzó 2021. En Economía, al menos por ahora, dicen que ese terreno “no se recuperará”.
Pesce la ve algo distinto. En un reciente encuentro con empresarios industriales, dijo que está esperando que la inflación se enfríe para volver a acelerar el ritmo de devaluación del peso, porque sino las exportaciones pierden competitividad.
La estrategia oficial
El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) –que se mide contra una canasta de monedas de los socios comerciales- cayó 17% este año por la decisión oficial de frenar el ritmo de devaluación.
“Puedo enunciar nuestra visión estratégica, no la visión táctica. En la medida que lo permita el proceso inflacionario vamos a cambiar el paso devaluatorio que hemos tenido hasta ahora”, dijo Pesce ante los industriales.
El presidente del Banco Central agregó que él debe observar la “balanza” en la que están el tipo de cambio competitivo y también el proceso inflacionario. “Esto es lo que vamos a hacer hacia adelante”, afirmó. Pero aclaró: “No convalidaremos un salto abrupto en el precio del dólar”.
En el mercado informal de divisas, el denominado “dólar blue” superó los 200 pesos a principios de noviembre y parece haber encontrado allí un nuevo piso. Es un mercado muy chico pero con un inmenso poder para modelar expectativas.
Dólares voladores
Y los tipos de cambio bursátiles oscilan por encima del piso que marca el “blue”. El llamado “dólar MEP” o “dólar Bolsa”, encontró una referencia por encima de los 205 pesos y el “contado con liquidación” lo hizo ya arriba de los 215 pesos.
La brecha cambiaria entre el tipo de cambio mayorista y el contado con liquidación se ubica actualmente en torno al 110%. El Central evalúa que su reducción será en parte por medio de la devaluación oficial y en parte por una mejora en las expectativas a partir del acuerdo con el FMI.
Ese es el punto de partida que tendrá el dólar estadounidense en la Argentina, en relación a una moneda nacional que pierde valor todos los días. Y la desconfianza entre los ahorristas e inversores es elevada, dado que hay un devenir histórico en el que el peso fue siempre el gran perdedor.
Históricamente, en todos los programas clásicos que el Fondo ha refinanciado hasta aquí, la exigencia estuvo siempre en torno a una devaluación para licuar la presión existente sobre las balanzas de pago. En el gobierno juran que en esta oportunidad será distinto.
“Tampoco creemos nosotros en ese tipo de estrategia de una devaluación abrupta. Hemos tenido experiencias recientes de saltos cambiarios que lo único que han provocado es aceleración inflacionaria”, sostuvo Pesce sobre la salida del cepo cambiario en 2016.
Y la desconfianza entre los ahorristas e inversores es elevada, dado que hay un devenir histórico en el que el peso fue siempre el gran perdedor.
Históricamente, en todos los programas clásicos que el Fondo ha refinanciado hasta aquí, la exigencia estuvo siempre en torno a una devaluación para licuar la presión existente sobre las balanzas de pago. En el gobierno juran que en esta oportunidad será distinto.
Sin poder de fuego
“Tampoco creemos nosotros en ese tipo de estrategia de una devaluación abrupta. Hemos tenido experiencias recientes de saltos cambiarios que lo único que han provocado es aceleración inflacionaria”, sostuvo Pesce sobre la salida del cepo cambiario en 2016.
El economista Miguel Kiguel, director ejecutivo de la consultora Econviews, es bastante escéptico sobre la capacidad del Banco Central para poder contener el tipo de cambio y que no haya una devaluación abrupta.
“Un Banco Central sin reservas no tiene poder de fuego para controlar o fijar el tipo de cambio, y evitar la devaluación. Para poder evitarlo hay que tener y ganar reservas. Es el problema más urgente porque el gobierno”, analizó.
Y sobre el ritmo que podría tener la devaluación, Kiguel opinó que “obviamente tiene menos impacto ir deslizando un poquito arriba de la inflación esperada, sobre todo en el corto plazo. Aunque, esa estrategia es viable si hay reservas”. Y hoy las reservas están en mínimos históricos.