Por la suba del mínimo no imponible, en enero unos 10 mil mendocinos dejaron de pagar Impuesto a las Ganancias. Si se aprobara el proyecto que eleva el piso salarial a una remuneración bruta de $ 150 mil, dejarían de tributar unos 45 mil más. Como contraparte, desde distintas entidades advierten que se ha elevado la alícuota para las empresas y que esto podría incrementar el desempleo.
En diciembre, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) anunció un aumento del 35,38% en las escalas y las deducciones del Impuesto a las Ganancias. De esta manera, quedaron excluidos de pagar el tributo los trabajadores en relación de dependencia con ingresos inferiores a $ 74.810 netos. Hasta fines del año pasado, ese mínimo no imponible era de $ 55.261.
El Frente Renovador, autor del proyecto de ley que propone elevar esa base a los $ 150 mil (de remuneración bruta), difundió que, en Mendoza, 80.668 personas pagan Ganancias, y entre ellas, 10.632 dejarán de hacerlo por el ya aplicado ajuste del “piso” a partir de enero. Sin embargo, de aprobarse la propuesta, dejarían de tributar 45.497 mendocinos (65% del total).
Juan Gabriel Sánchez, prosecretario del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Mendoza, manifestó que el problema del Impuesto a las Ganancias para personas humanas -con las escalas vigentes- es que los escalones siguen siendo bajos. Si bien en otros países también se aplican alícuotas progresivas (quien más gana, más paga), en Argentina el salto de una categoría a otra no implica una diferencia significativa en la capacidad de pago.
En cuanto a las personas jurídicas, recordó que, hasta el año pasado, pagaban 30% sobre las ganancias y 7% sobre la distribución de dividendos, con lo cual las empresas tributaban efectivamente un 34,9%. La normativa preveía que, a partir de 2020, la alícuota se redujera al 25% y se elevara al 13% la de distribución de la renta, con lo que se buscaba favorecer las inversiones.
Ahora, en cambio, el oficialismo propone una alícuota progresiva, de 25%, 30% y 35%, y sostener el 7% sobre la distribución de dividendos. De esta manera, las empresas que tengan ganancias de menos de $ 1,3 millones anuales pagarán el 30,3%; las que obtengan menos de $ 2,6 millones, el 34,9%; y las restantes el 39,6%. Sánchez planteó que sucede lo mismo que con las personas humanas y es que, al poner techos tan bajos, son muy pocas las empresas incluidas en las alícuotas mínimas. De hecho, consideró que se va a desalentar la constitución de nuevas personas jurídicas.
“Hablan de sustentabilidad presupuestaria, pero se basan en mantener grande el Estado sin achicar gastos, dándole a sectores (empleados) que representan más votos, quitando recursos a otros (las empresas). El tema es que, si bien políticamente para ellos es mejor, para la economía es malo, porque la empresa llega un punto que deja de dar empleo, deja de contratar servicios, deja de cumplir con sus proveedores”, lanzó.
Federico Pagano, presidente del Consejo Empresario Mendocino, señaló que Argentina necesita un fuerte crecimiento del sector privado e inversión, en lugar de que el Estado -que no ajusta su propio gasto- se quede con las rentas privadas y las invierta de modo discrecional. Por otra parte, indicó que no sólo se debe pagar este tributo, sino también Ingresos Brutos, tasas municipales, sellos; de modo que, cuando se llega a Ganancias, el porcentaje total es confiscatorio.
Pagano señaló que el techo inferior, de 2,6 millones de pesos anuales, corresponde a una pyme chica, y que son recursos que la empresa debería poder invertir para recapitalizarse después del complejo 2020. En cambio, este aumento propuesto de las alícuotas, manifestó Pagano, va en contra del empleo privado, porque las empresas seguirán cerrando o yéndose del país, y se trata, en definitiva, de “gravar el crecimiento”.
El presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, Daniel Ariosto, manifestó que, si bien han subido el mínimo no imponible, quieren trasladarlo a la facturación de las empresas. “Es una transferencia, en la cual el Estado saca de un lado para poner en el otro”, expresó. “Los cambios permanentes en las reglas de juego desorientan a los empresarios y desalientan la inversión”, sumó.
En un comunicado, la UCIM señaló que el sector empresario se encuentra “asfixiado” por más de 160 impuestos, “permanentemente desanimados a invertir o a tomar colaboradores por temor a perder todo”, y expresa que, en este contexto, la informalidad termina siendo “el único camino posible para subsistir, lo que trae asociado evasión, competencia desleal y precariedad laboral”.