Diego Trabucco está sentado en la sala de reuniones del séptimo piso de una torre de oficinas en Chacras, por la mañana el presidente y CEO de Aconcagua Energía ratificó con el Gobierno de Mendoza un acuerdo por el cual expandirá las operaciones de su empresa sobre un área de 179 km2 en Malargüe.
“Esta adjudicación es estratégica para nuestra compañía, porque nos permitirá conformar un bloque integrado de desarrollo de hidrocarburos entre el área Payún Oeste y la concesión que tenemos en Confluencia Sur”, explicó el directivo. La inversión demandará U$S 8.000.000 que se ejecutarán en el lapso de los primeros cinco años.
Diego Trabucco participa de una charla desestructurada en una pequeña rueda de prensa que se organizó a media tarde; él hizo un stop en su agenda, en una gira que comenzó días atrás con la visita de activos en Río Negro y dos días de actividades en Mendoza antes de volver a Buenos Aires.
Además de lograr la concesión por 25 años de una zona de explotación, en la provincia participo del acto de Reconocimiento legislativo que se le otorgó a su compañía por la capacitación brindada a la Comisión de Hidrocarburos, Energía y Minería del Senado. Al día siguiente, también será protagonista de una acción en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo.
“Es un área que ya tiene pozos perforados hacia el no convencional donde se testeó la lengua mendocina de Vaca Muerta con buenos resultados”, explica en Ingeniero Industrial formado en Mendoza. Agrega que el bloque tiene la particularidad de ser atravesado en su franja Oeste por “la principal área de desarrollo productivo convencional de la provincia”.
Nuevos trabajos de perforación
En el área se encuentran campos históricos como El Botón, Sierra Negra o La Salina, entre otros, que han sido productivos en petróleo y gas. La nueva zona de explotación abraza, casi en forma literal, el área de Confluencia Sur que la compañía ya estaba operando.
“Esto nos permitirá generar sinergias, aprovechando infraestructura e instalaciones y facilitar así, lo más rápido posible, el poner en valor un área que estaba abandonada o detenida”, cuenta Trabucco.
En el Payún “Se realizarán trabajos de perforación de pozos nuevos y reparaciones en otros, que brindarán una información valiosa para cuantificar las reservas y planificar el plan de explotación”.
“Además, uno de los pozos que se requiere reparar ya ha demostrado un potencial significativo para la producción de gas, por lo que será clave llevar a cabo esta tarea y maximizar el uso de ese gas con la idea de transformarlo luego en electrones”, agrega.
Recordemos que la dinámica de la compañía le ha permitido poder crecer y consolidarse a partir de una estrategia basada en sus líneas de negocio: Upstream, Midstream, Servicios y Generación de energía.”Nuestro trabajo consistirá ahora en esa integración de las zonas, con el objetivo de reactivar estos activos cuanto antes”, afirma el ingeniero graduado en la UNCuyo.
Con la impronta de un hub
En el sector petrolero, la rentabilidad se potencia por la integración de activos en “mini-hubs”, una estrategia que busca maximizar los recursos.”Un hub operativo es un conjunto de activos que funcionan como un clúster, optimizando la producción y costos”, señala el CEO de Aconcagua Energía.
“Para el desarrollo no solo tenés que atacar, también hacerte amigo del que tenés al lado. No necesariamente es comprar, también hay que pensar en que puede asociar. Porque al final del día es rentabilizar el petróleo que está allí”.
La visión del ejecutivo, aunque prudente, no deja de apuntar hacia el futuro: “La pregunta es -dice- ¿tiene sentido más? Nosotros no somos especuladores inmobiliarios en esto. ¿Tiene sentido tener más activos en esta zona? Hoy diría que no, pero esto no quita la posibilidad de algunos movimientos más quirúrgicos, puntuales; adquisiciones o asociaciones que nos ayuden a optimizar la operación”.
“Un aspecto relevante es que Payún Oeste también se encuentra sobre una zona prospectiva no convencional. Esto plantea un desafío adicional, porque además del valor en el convencional, estamos cerca de áreas donde YPF ha realizado desarrollos en Vaca Muerta, aunque en forma preliminar, con pozos cortos de alrededor de 1.000 metros de rama horizontal”.
Una estrella en el sur
Malargüe se perfila como una “estrella” en el ámbito del petroleo no convencional comenta Trabucco, quien agrega que “en los próximos años será uno de los municipios más dinámicos del sector”.
Comenta que en la actualidad, Mendoza invierte entre 200 a 250 millones de dólares anuales en desarrollos de convencional, “lo que le ha permitido mantener baja la tasa de declino en comparación a la de otras cuencas en Argentina, donde se acerca al 12%”.
Para el ejecutivo “Pensar en inversiones de 300 millones de dólares anuales en la provincia permitiría crear una plataforma sostenida y generar crecimiento. Manteniendo este nivel de inversión la caída se mantiene en un 4%, en lugar del 12% observado en otras cuencas, lo cual ya es un logro significativo. Si se reforzara esta inversión podríamos incluso mejorar levemente”, explica Trabucco.
“La clave está en optimizar los proyectos existentes, avanzando en desarrollos secundarios y terciarios. En muchos campos, el desarrollo se encuentra en fase primaria, recuperando apenas un 13 o 14% del petróleo del subsuelo. Con inyección de agua se podría elevar esta tasa a un 20% o más”.
Mayor eficiencia
“A pesar de estos avances, queda un 60% de petróleo en el subsuelo que no se puede recuperar con la tecnología actual. Sin embargo, con nuevas tecnologías, podríamos aspirar a un recobro adicional. Proceso que implica inversiones en instalaciones y plantas para inyectar polímeros y otros elementos para aumentar la producción de barriles”.
“Nosotros estamos invirtiendo entre 50 y 60 millones de dólares por año en Mendoza con perspectivas de seguir creciendo y apostando por el desarrollo convencional y no convencional”. señaló.
“Pero esto plantea desafíos técnicos, como la construcción de gasoductos y plantas de generación. Incluso, ante la falta de gasoductos, podríamos monetizar el gas a través de generación térmica, lo cual abriría un abanico de oportunidades. El agregado que tenemos, es que en las áreas que explotamos, generamos nuestra propia energía. Eso nos reduce los costos y nos permite una mayor eficiencia”, concluyó Diego Trabuco.