Diego Reyes: “Trato de inculcar, a mi equipo de trabajo, que el buen servicio es la base del crecimiento”

El franquiciado de Lucciano’s apostó por el desarrollo de una marca de helados premium en medio de la pandemia. Reveló su visión y la clave para poder abordar un sector muy competitivo.

Diego Reyes: “Trato de inculcar, a mi equipo de trabajo, que el buen servicio es la base del crecimiento”
Diego Reyes, junto a sus socios Ángel Berardo (Mar del Plata) y Martín Maffia (Lincoln), son los nuevos franquiciados de esta marca nacida en La Feliz. Foto: José Gutierrez / Los Andes

El local sorprende por su estilo. Es inusual para lo que ofrece la peatonal. La marquesina, de un deliberado aire retro, bien podría ser la de un music hall, un glamoroso cine de Melrose Avenue o el corazón de un barco. El aire de mar es parte de la propuesta que ofrece a la ciudad la heladería Lucciano’s.

Diego Reyes, junto a sus socios Ángel Berardo (Mar del Plata) y Martín Maffia (Lincoln), son los nuevos franquiciados de esta marca nacida en La Feliz. “A Christian Otero y Daniel, su padre, los conozco desde hace más de 20 años. Hace una década decidieron ir a Italia por unos meses, porque querían hacer un helado premium. De allí trajeron ideas, maquinaria, maestros heladeros y arrancaron con el proyecto, siempre con el objetivo de expandir la marca y llegar a Buenos Aires, de armar la franquicia”.

A fines de diciembre, con el entusiasmo de la aventura, la marca desembarcó en la provincia. Abrió su primer local en el centro (en paralelo inauguraba un local en Orlando, Estados Unidos). Diego Reyes cuenta: “A mí lo que me seduce de la marca es el trabajo minucioso que se realiza. Conozco la materia prima con la que trabaja y su estructura, que no es la de una heladería. Parece la de una multinacional. Tiene departamentos de marketing, producción, retail, recursos humanos y una gerencia general. Todo esto, además de la responsabilidad, me alentó para armar un Lucciano’s en Mendoza”.

-¿Qué puntos geográficos pensaron para el arribo?

-Originalmente habíamos pensado en Palmares, por el perfil de la marca y el público que va pero, cuando estábamos por cerrar el acuerdo, nos golpeó la ola de la pandemia y cerraron los shoppings. Tuvimos que frenar todo. Empecé a pensar en dónde podíamos abrir y me decidí por la peatonal, porque era un lugar de mucha circulación de gente. Fue un éxito. Ya estamos estudiando la posibilidad de una segunda sucursal.

-¿Y en dónde estaría?

-Si no es en Palmares, podríamos abrir en Chacras de Coria o en la calle Arístides Villanueva.

-Las locaciones ¿hacen a la marca o la marca hace al lugar?

-La verdad es que me sorprendió gratamente lo que pasó en la peatonal, porque la ciudad es un lugar con un público más amplio. Muchos de nuestros clientes ya conocían la marca, cómo presentamos los productos o el cuidado que tenemos con el servicio. Por eso considero que el próximo lugar deberá estar entre los lugares que mencioné antes, aunque soy consciente de que son públicos diferentes.

-Es relacionista del Arena Maipú. ¿Funcionaría un local en ese lugar?

-A causa de la pandemia hay sitios que cerraron. Se restringió el ingreso de personas y se suspendieron los shows. Por evento, todos los fines de semana concurrían más de 4.500 personas. En condiciones normales, el#Arena tiene un potencial enorme.

-¿Por qué eligió un producto premium?

-Hay muy buenos helados en Mendoza y gente que trabaja bien, pero me basé en lo que significa Lucciano’s como marca y en su plan de expansión en Argentina. Cuando abrimos en diciembre, consideré que aquí hay público para la marca y su propuesta.

Como le digo a Christian, el dueño de la marca, más allá de la amistad que nos une desde hace más de 20 años, siento que Lucciano’s me pertenece y siento una gran responsabilidad, porque sé del cuidado minucioso con el que trabajan la marca.

-¿Qué puede aportar a la marca la franquicia mendocina?

-Mi perfil es cien por ciento comercial y de servicio. Lo que trato de inculcar a mi equipo de trabajo (hoy tenemos siete empleados), es que más allá de tener el respaldo de una marca y contar con una inversión fuera de lo normal para una heladería, que prestigia a la peatonal, se debe hacer hincapié en el servicio, porque es la base del crecimiento. Uno puede tener una gran presencia y buenos sabores pero, si el servicio no es bueno, la gente no vuelve. Eso es lo que trabajo: la calidad del servicio.

-¿Cuál es su impronta?

-El servicio es una de mis fortalezas, como también liderar equipos de trabajo. Si el equipo no está unido, el resultado no es el mismo.

-En su perfil hay actividades asociadas a un equipo de fútbol...

-Jugué al fútbol en la primera división de la liga local en Mar del Plata. Cuando llegué a Mendoza entablé una relación con Carlos Sperdutti, que era el director técnico de Deportivo Maipú y, a raíz de mi experiencia, me llevó como ayudante de campo para el Federal A.

Con él estuve tres temporadas, de 2016 a 2018, en la tercera categoría más importante del fútbol argentino. Fue una experiencia gratificante y única, que me llena de orgullo por todo lo que significa.

-¿Qué se siente ver a Maipú en la Primera Nacional?

-Es un gran orgullo tener a un equipo maipucino en esta categoría. Los veo con las ganas de todos los años, de apostar por el ascenso. El poder llegar se hizo esperar mucho, pero creo que se ha trabajado progresivamente y fueron logrando resultados, tanto a nivel institucional como futbolístico.

Con la idea de emprender

“Siempre fui de tener empleos duraderos. Durante casi 11 años trabajé para Jeanswear, una corporativa que entre otras marcas tenía UFO, Wrangler y Lee. Con un compañero abrimos un taller de costura, en donde hacíamos los ruedos de los jeans, manteniendo el gastado original del pantalón.

En el negocio nos fue muy bien, pero decidí irme de Mar del Plata. Cambié de empleos, fui gerente comercial de una importadora e hice un desarrollo para todo el país. Tenía un representante en Cuyo, vine a Mendoza y conocí a Gabriela, mi mujer. Así es la historia.

-¿Cuáles son sus perspectivas personales de cara al futuro?

-Más allá de estar sujeto a la realidad del país y de cómo se vaya desarrollando la pandemia, en un futuro me veo dedicado a este proyecto y abriendo nuevas sucursales de Lucciano’s. No he dejado de ver la posibilidad de tener locales en Chile y San Juan. Creo que en algún momento esto pasará, pero hay que ir con pie de plomo.

-En su perfil ¿hay una fotografía en una cava?

-La imagen con mi hijo debe tener dos años, fue tomada en Casa Petrini (Tupungato). Me metí en el mundo del vino, fui educando el paladar y sigo aprendiendo sobre sabores y misterios. Me atrapa el tema el vino, es apasionante.

-Como emprendedor, ¿ha pensado en linkearse como hacedor de vino?

-Gabriela (su esposa) es enóloga y con un amigo de Rosario hicieron un vino de alta gama que se llama Wine Mood. Obviamente hemos pensado darle un perfil comercial pero, en medio del proceso, surgió la posibilidad de Lucciano’s y sabemos que, el que mucho abarca, poco aprieta. En un futuro no muy lejano seguiremos dando forma al vino. Por ahora, solo soy un consumidor.

Perfil

Negociación y planificación estratégica, son las aptitudes más destacadas en el perfil de Diego Reyes.

Ha sido jugador de fútbol, asistente técnico, gerente comercial, emprendedor pero, sobre todo, buen anfitrión. Nació en Mar del Plata y desde 2012 vive en Mendoza.

Es jefe de Relaciones Públicas del Arena Maipú y flamante propietario del local de Lucciano’s en la Peatonal Sarmiento, heladería que abrió en diciembre y cuya facturación ya superó los seis ceros.

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