El Gobierno y los acreedores externos decidieron ayer ir a un nuevo alargue en las negociaciones -hasta el viernes- para intentar alcanzar un acuerdo que permita al país reestructurar un pasivo de 66.238 millones de dólares.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, irá preparando la enmienda que hará a la oferta registrada ante la Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). Eso saldrá del diálogo con los acreedores en un marco de confidencialidad que venció ayer pero fue extendido hasta el viernes.
Calificadas fuentes oficiales indicaron a La Voz que el Gobierno y los bonistas estaban trabajando para poder llegar a un entendimiento. Guzmán tiene tiempo hasta el lunes en la mañana, a primera hora, para presentar la enmienda. Si hay acuerdo, ese mismo día el funcionario hará el anuncio.
Falta un acercamiento final. Ayer trascendió que dos grupos de acreedores integrados por grandes fondos de inversión hicieron en la noche del lunes una oferta en la que aceptan pérdidas de entre un 44% y 46% sobre la base del valor presente neto (VPN). Pero el Gobierno pretende que esa quita llegue al 50%.
En declaraciones al diario brasileño Folha de San Pablo, Guzmán se mostró optimista. Y señaló como señal positiva que no hubo un solo acreedores que se presentara en los tribunales de Nueva York para pedir la aceleración de la deuda argentina después de que el Gobierno no pagó el vencimiento de 503 millones de dólares de los bonos Globales el 22 de mayo.
El mercado ayer estuvo expectante. El indicador riesgo país cayó 3,5% hasta los 2.518 puntos y los bonos operaron mixtos. Joaquín Candia, analista de la sociedad de bolsa Rava Bursátil, estimó que los bonos no están mostrando variaciones fuertes porque ya asimilaron en los últimos dos meses todo lo que se conoció hasta aquí de las negociaciones.
“Cuando trasciendan más datos sobre la oferta, se calcularán nuevos flujos de fondos y el nuevo VPN, y entonces los bonos verán reflejado esto en sus precios ya que el panorama estará mucho más claro”, dijo Candia.
Un guiño a los de afuera
La secretaría de Finanzas anunció que entre agosto y noviembre volverá a emitir deuda en dólares, con la idea de canjear a los acreedores externos que durante la gestión de Mauricio Macri apostaron por papeles en pesos.
Es la manera que propone Guzmán a los inversores extranjeros que compraron bonos en pesos para darles una salida ordenada. Y también es un “endulzante” dado que entre ellos están Pimco, BlackRock, Fidelity y otros fondos con los que también se negocia la deuda externa en dólares bajo legislación extranjera y cuya posición es determinante para todo el proceso de reestructuración.
Con esto, el Gobierno de Alberto Fernández alarga los plazos, mejora las tasas y evita presiones extra sobre el mercado cambiario, dado que los inversores no salen a comprar divisas cuando cobran los vencimientos de capital o intereses.
Los papeles que forman este menú tendrán idénticas características a los que se pondrán a disposición en el canje de deuda en dólares bajo ley local, para que dichos tenedores puedan utilizar sus tenencias de instrumentos en pesos como mecanismo de pago y suscripción.
La licitaciones serán el 7 de agosto, el 25 de septiembre y el 27 de noviembre. Las tres por montos iguales: 500 millones de dólares. Y con el envío al Congreso del Proyecto de Presupuesto 2021, se comunicará el calendario de estas operaciones para el próximo año.
Con ello, el Gobierno le está diciendo a los acreedores externos que apostaron por las altas tasas en pesos que les prometió el macrismo que ahora podrán irse en dólares sin problemas, aunque más tarde.
Según cálculos realizados por la Sociedad de Bolsa Buenos Aires Valores, en 2021 vence deuda por unos 615.000 millones de pesos en capital. Y el 87% de ese pasivo tiene el capital ajustado por Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), es decir, inflación.