El sector frutihortícola enfrenta una caída excepcional en los precios de diversos productos, según explicó Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola Argentina (UFHA). Sin embargo, esta merma también va de la mano de una baja generalizada del consumo y de ecuaciones que empujan al productor a realizar ventas por debajo del costo.
En el Mercado Cooperativo de Guaymallén, por ejemplo, ayer, a quince minutos para las cuatro de la tarde, los últimos camiones con mercadería eran despachados, mientras la mayoría de los puestos ya estaban cerrados o en el proceso de cierre del día.
En el lugar, algunos porteadores no quisieron hablar de precios, pero señalaron que la demanda ha caído de forma notable. “Es muy triste lo que se está viviendo en la feria, porque ya no tiene el mismo movimiento que tenía antes”, dijeron.
De jaulas adentro
En los locales, en muchos casos, el valor de la mercadería en cajones“está por debajo de los costos de producción”, explicó el titular de la UFHA en su comunicado. Por su parte, Alicia, detrás de un mostrador, comentó que “hay menos verduleros; lo que nos queda son los camiones que llevan verdura a San Rafael, San Luis o San Juan”.
En el documento distribuido por la Unión Frutihortícola sobre la situación actual, se destacó que “esto podría desencadenar un rebote en los precios en varios mercados, aunque por ahora es una situación que es favorable para el consumidor”. Esta disminución no solo responde a la estacionalidad, sino también al ajuste de oferta y demanda de estos alimentos.
Marcelo Estudillo comentó que los precios de las verduras y frutas más populares “están muy bajos”, enumerando papa, cebolla, zapallo coreano y fruta. “Arrancó el otro día y es impresionante el desplome”, señaló.
Para el comerciante, la principal causa es la falta de consumo. “Al faltar compradores, hay un exceso de oferta de mercadería y cae el precio, con el agravante de que se trata de productos perecederos”. Estudillo agregó que “esa baja, la verdad, la estamos padeciendo. Hay productores que ya han pasado la rastra sobre los zapallitos para volver a sembrar, porque la gente que cosecha gana más de lo que hoy vale el fruto”.
Precios testigos
El caso del zapallito italiano es un ejemplo de esta caída. Durante el invierno, según los números relevados por la UFHA, este producto alcanzó valores cercanos a los $70.000 y $80.000 por cajón. Actualmente, su precio oscila entre los $4.000 y $5.000, evidenciando una caída dramática.
Productos como la berenjena y el tomate también presentan reducciones similares. El tomate, en particular, tiene un valor de $10.000 por cajón, mientras que en junio alcanzó los $80.000. Otros productos como el choclo, el pimiento, la papa y la cebolla siguen la misma tendencia; también los alimentos de hoja verde.
Una bolsa de cebolla cuesta entre los $4.000 y $5.000. En la feria, al menudeo, la cebolla tiene un valor de $800, y la cebolla morada, $1.300 por kilo. Por otro lado, la bolsa de papa se puede comprar entre $ 6.500 y $ 9.000.
En una cadena reconocida de supermercados, una bandeja de ensalada de hoja por 250 gr. tiene un valor al público de $ 4.229 o un kilogramo de cebolla blanca se ofrece a $ 1.999. En el otro extremo, en la industria, algunas plantas de manufactura de deshidratados se están abasteciendo con pasta de tomate importada para su proceso o están comprando la tonelada de zapallo al mismo precio del año pasado.
Proteger al productor
Carrasco destacó que, aunque la situación beneficia a los consumidores en el corto plazo, podría generar un rebote en los precios “debido a los desajustes en la relación entre oferta y demanda”. A pesar de los precios bajos, el consumo sigue limitado por el poder adquisitivo, afectado por salarios que no alcanzan el costo de vida.
En este contexto, “los verduleros están comprando solo lo necesario”, señaló Alicia. Para Omar Carrasco, “es esencial que los proveedores transmitan estas fluctuaciones a los consumidores para que estos puedan adaptarse a la oferta”.
El presidente de la UFHA subrayó la necesidad de medidas que equilibren los intereses de ambos extremos de la cadena y los protejan, porque “los productores enfrentan pérdidas significativas debido a la baja en los precios, mientras que los consumidores lidian con restricciones económicas que limitan su capacidad de compra”.
A primera hora de la mañana, la rueda comercial en el mercado volverá a echarse a rodar en busca de equilibrio.