A menos de una semana de imponerse en el balotaje contra Sergio Massa y resultar electo como el próximo presidente de la Argentina, Javier Milei reveló en diálogo con diferentes medios que, cuando comience su mandato, el Estado dejará de financiar los proyectos de obra pública. En este marco, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, informó que en varias empresas ya hay telegramas de despidos.
“Si las obras se paran como dice Milei, y vuelven a licitarse, se quedarían en la calle miles de empleados y muchas empresas quedarían complicadas. Ya hay telegramas de despido en empresas ligadas a la obra pública”, detalló Weiss en diálogo con Radio 10. Y profundizó: “Las empresas emiten facturas con 60 días de antelación normalmente y están diciendo que no van a ejecutar más si no se les paga”.
Durante la semana, el líder de La Libertad Avanza respondió a una pregunta que le realizó el periodista Alejandro Fantino sobre qué sucedería con los proyectos de obra pública que se encuentran en marcha. “Nosotros no tenemos plata, con lo cual esas obras pueden ser entregadas al sector privado y que las termine el sector privado. Nosotros no tenemos plata, si hay déficit fiscal. Que los intendentes busquen la forma de financiarlo”, contestó tajante el próximo mandatario.
“Vamos a ir a un sistema de iniciativa privada a la chilena”, añadió. Esto mismo lo retomó más tarde en diálogo con Todo Noticias, luego de asegurar que “el Estado tiene que honrar sus compromisos, eso quiere decir que va a pagar la deuda, con ajuste sobre las partidas del Estado, por ejemplo, en obra pública”.
En este sentido, expresó que, durante su presidencia, las obras que se realicen “van a tener que ser hechas por iniciativas privadas” y, por otro lado, las obras que se encuentran en marcha y sean paralizadas podrán ser licitadas nuevamente “para que las haga el sector privado”.
Al respecto, el presidente de la Camarco consideró que si esto se efectúa, en los próximos años habrá un “crack (económico) muy importante” por paralizar “3.500 obras que están en ejecución en todo el país con fondos nacionales”.
Weiss precisó que, en consecuencia, alrededor de “300.000 personas pasarían a la calle”.”Muchas empresas van a estar muy complicadas y al borde del concurso de acreedores”, añadió.
Pero esto no terminará allí, sino que podría desatarse un efecto dominó. Para Weiss, “si la obra pública desaparece, afectará también a las fábricas de insumos”
“Sin dudas no es un buen comienzo desde nuestro punto de vista. La construcción es un sector económico muy importante, es uno de los más importantes de cualquier país. Queremos tener un diálogo fluido con las autoridades y esperamos poder tener un diálogo más fecundo”, consideró.
No obstante, Weiss admitió que aún no ha podido entrar en contacto con el presidente electo, aunque sí mantuvo una “conversación informal” con el próximo ministro de infraestructura, Guillermo Ferraro.
“No tuve la oportunidad de hablar con Milei sobre este tema, pero lo que él transmite en su mensaje es que, si los municipios y las provincias no tienen dinero, van a tener que conseguir un privado que se interese en hacer la obra. Eso en el mundo no supera el 7% a 10% de la inversión total porque no hay negocio para el sector privado”, precisó.
“Ferraro en KMPG, trabajó como consultor para empresas privadas y para la Camarco. Lo conocemos muchísimo en el sector. Tuvimos una conversación informal para comentarles la situación. Él no nos transmitió ningún mensaje concreto del futuro para ver si todo esto que se está diciendo públicamente va a ser así”, agregó Weiss y anticipó que, de cumplirse los dichos de Milei, al sector le espera un “futuro complicado” porque “no son muchas las obras públicas que tengan rentabilidad para que el privado se interese”.