El desayuno anual de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) tuvo el capítulo 2024 con algunos aditamentos. Mario González, presidente de la Coviar dejó cuatro premisas en su discurso: reducción impositiva, bajar la inflación, estabilidad macroeconómica y acceso a financiamiento.
Todo ante la mirada atenta de un panel con ministros y secretarios nacionales presididos por la vicepresidente Victoria Villaruel, el gobernador Alfredo Cornejo y el jujeño Carlos Sadir.
En la previa, que se extendió más de lo previsto, dentro del nutrido grupo de viñateros y bodegueros, el precio de la uva fue uno de los temas que sobrevoló el ambiente junto con la frase “hay que cuidar a nuestros productores”.
El Park Hyatt Mendoza fue nuevamente el escenario del ya tradicional Desayuno que organiza la Coviar.
En un ambiente que se notó distendido, convivieron durante la mañana del sábado, bodegueros, agricultores, legisladores nacionales y provinciales de todos los colores políticos, mandatarios provinciales, intendentes, funcionarios locales entre otros tantos asistentes, como Roberto García Moritán, que si bien es más conocido como el esposo de Pampita, actualmente ocupa el cargo de ministro de Desarrollo Económico de la ciudad de Buenos Aires.
Quienes marcaron presencia fueron los enviados por la Casa Rosada. Además de Villaruel, se encontraba Guillermo Francos, ministro del Interior, Luis Petri, ministro de Defensa, Daniel Scioli, secretario de Turismo y Juan Alberto Pazo, secretario de Industria y Desarrollo Productivo,
En un año que llegó con mejores rendimientos en los viñedos y envió al ostracismo la magra cosecha del 2023, o la peor de la historia, Mario González se enfocó en aspectos que hacen al desarrollo de la actividad vitivinícola.
Durante el habitual discurso del titular de la Coviar, en el que se da un pantallazo sobre el estado de situación del sector, González recordó que “la Vitivinicultura es una actividad económica de mano de obra intensiva, que genera valor y arraigo en el campo argentino”.
Con esa descripción como prólogo, el presidente arremetió con fuerza y aseguró que “soportamos una presión impositiva que en muchos casos hace inviable la producción y nos dejan fuera del mercado a nivel internacional, en especial a las pymes y a los productores más chicos, que tienen una presión mayor sobre sus costos”.
“Pedimos de forma prioritaria un esquema impositivo que priorice la inversión y la generación de empleo de calidad en Argentina”, reclamó.
González hizo gala de un dato estadístico que coloca a la viticultura al tope las generadoras de empelo en el campo, 72 empleos por hectárea. Ese simple dato convierte a la actividad, dentro del rubro agrícola, “en la que más empleo genera en la Argentina”.
Pero fue solo la introducción, a partir de ese punto se lanzó hacia el resto de sus peticiones.
“Es fundamental avanzar hacia un contexto macroeconómico estable, con reglas claras que nos den un marco de previsibilidad y competitividad. Necesitamos ir hacia un esquema de disminución de la alta carga impositiva que pesa sobre nuestra actividad como condición indispensable para promover inversiones y productividad. Y junto con condiciones económicas de mayor estabilidad y reducción de la inflación, un verdadero flagelo de la argentina de las últimas décadas, necesitamos líneas de crédito acordes con la realidad productiva de las economías regionales”.
El presidente de Coviar también reclamó por un sistema financiero que acompañe a la producción. “Es imposible para los productores y bodegas adaptarse a la velocidad de los cambios en las tendencias de consumo, a los nuevos esquemas tarifarios, cuando muchas producciones son electro-dependientes, y a los desafíos que plantea la crisis climática sin un sistema financiero que acompañe con créditos productivos en cuanto a plazos y tasas de interés”, afirmó.
Dos puntos para tener en cuenta
Si bien el titular de la Corporación se enfocó en lo que viene, se tomó unos segundos para traer a la memoria dos situaciones que atravesaron a la vitivincultura. Por un lado volvió a rechazar la Ley de Tolerancia Cero a la que calificó como “un ataque y agravio” a la bebida nacional. Y en segunda instancia agradeció la tarea de gobernadores y legisladores para evitar que “reaparezca el concepto de derechos de exportación” en el vino. Más allá del agradecimiento, el recordatorio sirvió para poner sobre la mesa nuevamente el pedido para que no vuelvan más las retenciones a esta economía regional.
La mención no fue caprichosa, el presidente Javier Milei pidió el viernes por la noche ante la Asamblea Legisaltiva que le den tratamiento a la Ley Bases y es allí donde habrá que poner el ojo otra vez, para que las retenciones no estén incluidas en el articulado, como fue la idea original del Poder Ejecutivo.
No se olviden del Proviar
Mario González volvió a insistir con la necesidad de poner en marcha el Proviar II, el programa que financia proyectos asociativos que fue aprobado el año pasado y el BID le asignó 40 millones de dólares.
“Esperamos poder avanzar con la primera etapa y darle continuidad a todo el programa que tendrá un fuerte impacto en el sector con desarrollo territorial a lo largo de todas las provincias vitícolas”, dijo.
El precio de la uva está bajo
Hasta que llegaron los discursos, la espera se hizo larga. Si bien el clima acompañó durante toda la mañana con una brisa suave y fresca que generó un ambiente agradable, la demora en el arribo de la vicepresidente Victoria Villaruel, fue propicia para extensas charlas entre los asistentes.
En una recorrida por el patio del Hyatt Los Andes consultó sobre el precio de la uva y el pedido para que mejoren los valores que se están pagando por estos días no demoró un segundo en aparecer.
Pablo Asens, bodeguero de la zona sur consideró que “hay mucho ruido con respecto al precio de la uva”.
“Creo que las bodegas tienen en cuenta que al productor hay que seguir sosteniéndolo, que tienen que ser rentable los viñedos. No podemos seguir perdiendo más hectáreas”, indicó.
Asens sostuvo que desde la Federación de Cámaras Vitivinícolas la propuesta sobre el precio que se debe abonar la uva no debe ser menor a “un 120% con respecto al año pasado”.
“Hay que tener en cuenta el mercado, el vino es un producto con una demanda muy especial y si nos excedemos en el precio en góndola se cae el consumo” pero “tenemos que tener un equilibrio para pagar a buen precio la uva y tener un buen precio en la góndola y que el consumidor siga optando por el vino ante que por otras bebidas”.
Fabián Ruggeri, presidente de Acovi, también afirmó que el precio de la uva “está bajo y debería tonificarse un poco”. En su opinión, el valor debería rondar entre los $220 las criollas y al menos $260 las tintas.
Lo que remarcó como muy importante es que “hay que acomodar el tema de los pagos financiados, el pago tiene que tener una compensación por intereses” para lo cual, el cálculo de actualización por inflación sería el más adecuado”.
Juan Rodríguez, gerente general de Fecovita explicó que “el precio desde el punto de vista del productor está bajo y quisiéramos tener un precio mayor, pero realmente creemos que está dentro de lo que se puede pagar, porque del otro lado hay un consumidor muy afectado en el bolsillo. Argentina tocó el piso en consumo por lo que hay que tener ese equilibrio entre lo que puede pagar el consumidor y lo que necesita el productor para levantar su cosecha”.
