La tasa de inflación perforó, por primera vez en el año, el piso del 3% en octubre, tanto a nivel nacional como provincial, confirmando un marcado descenso desde el 25% en diciembre pasado y, así, el año cerrará con una inflación anual cercana al 110%, bien por debajo del 211% de 2023, habiéndose evitando el riesgo de hiperinflación que se cernía sobre nuestra economía hace solo 12 meses.
Más importante aún, se proyecta que caerá al 30% en 2025 y al 20% en 2026. Y, si bien queda camino por recorrer para llegar al dígito anual, el proceso de desinflación fruto de la decisión de eliminar el déficit fiscal crónico -una de las principales causas de la emisión espuria de dinero- es una señal muy potente que ya está influyendo en las expectativas y en las decisiones de la gente, sean inversores, productores o consumidores.
El ordenamiento macroeconómico junto a la mayor libertad económica se traduce en un escenario más estable que abre nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo para Mendoza y Argentina. El Índice de Confianza Empresaria, de Vistage, muestra el creciente optimismo sobre el desempeño de la economía en los próximos 12 meses. También el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) proyecta un 2025 con superávit fiscal, con más exportaciones y con recuperación del crédito al sector privado, estimando que la actividad económica crecerá casi 4% en 2025, luego de años de estancamiento, con su consecuente impacto en los niveles de pobreza.
Este cambio de expectativas es clave, porque aumenta la confianza de quienes, todos los días y en distintos ámbitos, toman decisiones de consumo, pero principalmente de ahorro, inversión y producción que dependen de las condiciones actuales de la economía y, también, de lo que esperan que suceda en el futuro. Así, por ejemplo, si los empresarios y emprendedores creen la economía funcionará bien en el mediano y largo plazo, es más probable que decidan invertir y contratar personal para producir más. Si, en cambio, vaticinan una economía complicada, postergarán algunas decisiones a la espera de momentos más propicios para crear valor y trabajo.
Pero, para consolidarse en el tiempo, la estabilidad debe complementarse con reformas estructurales que bajen el costo argentino y permitan crecer en forma sostenida, disminuyendo la carga tributaria sobre la producción y el trabajo (la presión tributaria y los impuestos al trabajo en Argentina son uno de los más elevados de América Latina), avanzando en una reforma laboral que incentive la creación de empleo registrado y reduciendo los costos logísticos y financieros, contribuyendo así a aumentar la competitividad de las empresas que, pese a lo hecho, aún tienen variadas dificultades.
En un nuevo escenario en el que el Estado comienza a enfocarse en sus roles indelegables, eliminando la maraña de regulaciones ineficaces que obstaculizan la actividad económica, y en el que el sector privado productivo retoma paulatinamente el protagonismo, las exportaciones y la inversión privada tendrán un papel fundamental como motores del crecimiento y desarrollo económico genuino. Así, se advierte la importancia de la estabilidad y la confianza para recrear un clima de negocios que impulse la inversión y, de su mano, el aumento de la productividad de nuestra economía, una materia pendiente y un aspecto clave para volver a crecer sostenidamente, generando empleo, riqueza y bienestar.
Una sugerencia para las empresas, especialmente las PyMEs: con más estabilidad y con un menor costo de financiamiento, aparecen nuevas oportunidades de negocios y algunos proyectos, hasta hace poco inviables, pueden volverse atractivos, más aún, si se apalancan con fuentes distintas al capital propio. Con un estado equilibrado que ya no les demanda fondos y un blanqueo exitoso, los bancos están líquidos y ávidos de prestar al sector privado. Y esto abre una ventana de oportunidad para las empresas que estén preparadas -con calificaciones actualizadas en bancos y sociedades de garantía recíproca (SGR)- para financiarse convenientemente con los instrumentos del sistema bancario y/o del mercado de capitales que tienen a su alcance y sobre los que hablaremos en próximas columnas.