Hace cinco años, tres amigos empezaron a investigar qué podían hacer con el plástico que se genera en Mendoza y decidieron reciclarlo para fabricar postes para los viñedos. Así nació Madera Plástica, que luego avanzó en la elaboración de otros productos. En 2021, la ONU los designó como una de las siete empresas latinoamericanas que fomentan genuinamente la economía circular. Y ahora, son una de las dos argentinas que participan en una mesa de diálogo de Pacto Global Argentina, buscando posibles soluciones al cambio climático camino a Estocolmo +50.
Carlos Arce, uno de los fundadores de la empresa mendocina, comentó que están muy honrados de haber sido convocados a aportar en este espacio, como también de que los hayan reconocido como empresa de triple impacto, que promueve la economía circular. Explicó que no se inscribieron para participar en la mesa de diálogo, sino que fueron invitados por Pacto Global Argentina, a partir de la designación de la ONU.
“Los referentes gubernamentales y ambientalistas de todo el país están en este momento proponiendo posibles soluciones para el cuidado del ambiente, post pandemia”, detalló con entusiasmo. El encuentro se desarrolla como previa de la reunión internacional que se realizará en Estocolmo, los primeros días de junio, y en la que se conmemorarán los 50 años de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (de 1972), que convirtió a la acción ambiental en un asunto mundial urgente. En este nuevo encuentro global se analizarán las tres crisis planetarias que amenazan el futuro del mundo: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación y los residuos.
Madera Plástica fue creada por Carlos Arce, Leonardo Cano y Mauricio Pio De Amoriza, y funciona en el mismo espacio que la planta recicladora Junín Punto Limpio. Para conseguir los insumos, trabajan con ese municipio del Este y con los recuperadores urbanos, a quienes les compran los plásticos que no les interesan a otros recicladores, como las bolsas de supermercado, el sachet de leche o el pouch de mayonesa. Luego, comenzaron a utilizar las botellas de amor e, incluso, los residuos de los cauces de riego.
Lo primero que comenzaron a realizar fueron postes para los viñedos, ya que descubrieron que cada año se cambian unos 6 millones de palos de madera en las fincas, porque se pudren o se rompen. Ahora, han comenzado a pedirles el mismo producto los productores ganaderos, para el cierre de los campos, ya que son más durables e ignífugos.
Algunos municipios, como Godoy Cruz, utilizan plástico reciclado para mobiliario urbano y paradas de colectivo, o, en el caso de Capital, para colocar la señalización del Parque Deportivo de Montaña. Y Aysam les pidió las vallas naranjas que ubican en la calle o la vereda cuando están realizando una obra.
“Las empresas y los municipios le pueden dar trazabilidad a los residuos y demostrar que están siendo sustentables”, planteó Arce. Por el momento, están procesando por día el equivalente a los desechos plásticos que generan todos los habitantes de Junín en forma diaria, pero están intentando hacer acuerdos con otros municipios y cooperativas de recuperadores urbanos.
El emprendimiento arrancó con una máquina muy pequeña, que reciclaron de un basurero. Cuando ganaron la primera etapa del concurso Mentes Emprendedoras, en Cuyo, solicitaron un Fondo Semilla en la incubadora de la Municipalidad de Capital, que les permitió comprar otra. Y al ganar el certamen a nivel nacional, adquirieron más maquinaria para incrementar la producción. En 2020, Mauricio Pío De Amoriza ganó el premio Joven Empresario Mendocino (FEM) y luego se consagró Joven Empresario Argentino (CAME).
