Damajuanas: un clásico que resurgió con fuerza durante la pandemia

Los cambios de hábitos en las principales zonas del país y la buena relación precio-calidad, traccionaron la venta en envases de 5 litros. En los primeros seis meses del año creció 7,9%.

Damajuanas: un clásico que resurgió con fuerza durante la pandemia
El clásico envase está de vuelta con al pandemia. Imagen ilustrativa.

En el primer semestre de 2020, el consumo de vino en el mercado interno registró un incremento interanual de 6,9%. Este valor, según el registro del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), es uno de los más altos de los últimos años. De enero a junio, la damajuana fue una de las opciones más requeridas por el público y su incremento interanual fue del 7,9%. En los primeros seis meses del año se comercializaron 160.541 hectolitros de vino en los tradicionales envases de cinco litros (es decir 3.210.820 damajuanas).

Para el bodeguero Carlos Crotta, es evidente que el consumidor volvió al vino de todos los días en la mesa, a lo que suma al combo, el efecto bolsillo flaco. Es que desde la clásica bodega del “moscato, pizza y fainá” aseguran que el consumo en damajuana ha crecido pero que hay que dejar de ver al producto como el clásico de los 70/80 sino que hoy también bajo ese envase se venden varietales jóvenes y con roble, algo que hace un par de años era impensado y que evidentemente muestra un acercamiento al consumidor.

“Nosotros hemos crecido en la venta de damajuana pero con un techo. El problema está que con la pandemia, las cristalerías no nos pueden ofrecer una mayor cantidad de envases pero evidentemente el consumo está”, agregó Crotta. Desde la firma señalaron también que hay un mercado que siempre ha valorado este producto. Además de Mendoza, posicionaron su oferta en plazas como Buenos Aires, Mar del Plata, Entre Ríos y Córdoba. Se supo que recientemente han comenzado a exportar un Malbec Roble, de 5 litros, a los Estados Unidos.

Los números el alza

Entre los aspectos que el INV considera que influyeron para el consumo, señala la mayor cantidad de momentos compartidos en el hogar por parte de las familias; la elección del vino como buen socio para las comidas y como bebida más saludable respecto de otras alternativas con alcohol. De acuerdo con lo relevado por el INV, en junio comercializaron 915.280 hectolitros en el mercado local, un 25% más de vino que en el mismo período del año anterior mientras que, al hablar del acumulado -en los primeros seis meses- se vendieron 4.370.639 hectolitros.

Entre los fraccionados, de junio contra junio, se despacharon el año pasado 26.007 hectólitros en damajuana, lo que representó un 3,6 % del total de vino envasado. Este año, hubo un incremento del 59,9% en la demanda de los recipientes de cinco litros, alcanzando los 41.576 hectólitros, un 4,5% del total fraccionado. En otras palabras, en junio se 831.520 se fraccionaron en damajuanas. Claudio Ricciardi, Gerente Comercial de la La Íride, destacó que la bodega “actualmente vende un promedio de 7.000 damajuanas por semana, en el país”.

“Empezamos como una bodega boutique. Como los caminos de la exportación son difíciles, optamos por trabajar bajo este formato. Instalamos la damajuana con vinos de mayor calidad y siempre fuimos creciendo. Con la pandemia hubo un incremento en el consumo de vino pero éste se dio en todas las líneas que elaboramos”, sostuvo Ricciardi. El administrador agregó que el consumidor diario busca tanto la cantidad como la calidad del producto (damajuanas de 5 y 3 litros, Bag in box), mientras que el consumidor habitual opta por la botella.

Entre tinto y blanco

El nombre de esa botella grande envuelta en mimbre con un mango, que luego pasó a tener una canastilla de plástico, proviene del francés y llegó a América de la mano de los marineros del siglo XVIII. El Deme Jeanne (en referencia a una anécdota atribuida a la reina Juana I de Nápoles) derivó en la actual damajuana. El cliente de este envase tiene el hábito incorporado de descorchar y embotellar para el consumo. Emilio Giaquinta explica: “El consumidor sabe que hay que colocar el vino en botellas y cerrarlas con corcho, porque así tendrá el mismo vino hasta el final, El mayor enemigo del vino es el oxígeno”. El bodeguero tupungatino reconoce que hubo incremento de las ventas del vino en damajuana durante la pandemia y dice que esta suba es consecuencia de recuperar las comidas en familia; una situación que con el trabajo continuo se había perdido. “El aumento en la demanda fue del 20% en promedio, pero hubo picos que superaron el 25% también. Nosotros comercializamos nuestras damajuanas en el Gran Mendoza, el Valle de Uco y también en algunas zonas del Este”, detalló don Emilio. El empresario comentó que, según lo marcan sus ventas, en el Valle de Uco predomina la venta de los vinos tintos, mientras que en el Gran Mendoza tienen mayor rotación los blancos. Entre los tintos, lo más requerido es el malbec y entre los blancos, el torrontés. Al ser consultado sobre sus perspectivas, Giaquinta dijo: “Si el nivel del consumo se va a mantener, es una pregunta que en verdad me hago y no tengo la seguridad. Creo que las costumbres se adaptan en base a las circunstancias y uno aprende a tomar vino de acuerdo con el envase”.

Entre precios y demanda

José Luis Pellizzieri es propietario de la Vinería San José. Sobre los hábitos de consumo de sus clientes destacó: “Con el inicio de la pandemia aumentó el consumo de vino en damajuana, mientras que ha bajado la venta de botellas. Una de las razones del cambio son los menores costos. En proporción, una damajuana es más barata que una botella. El vino tinto varietal es el que más se consume y los precios varían de los $ 250 a $ 500 según la bodega y la calidad del producto. Entre los vinos tintos, el varietal más demandado es el malbec”.

En promedio el valor al público de una damajuana ronda los $ 400. Depende del tipo de vino porque los tintos son más caros que los blancos, que parten desde los $ 260. Por su parte los vinos reserva tienen un precio mayor, que ronda entre $ 450 y $ 500 según la marca y con una modalidad de envase retornable. Significa para las bodegas una importante logística en el sistema de distribución y en el envasado de las damajuanas, además de lo que significa una reducción de costo y de valores ecológicos.

Recordemos que en el contexto de la pandemia, el INV trabaja en un proyecto de vinos de cercanía donde podría habilitarse la opción de take away en las bodegas (como hoy funciona en Neuquén), aunque aún no ha sido confirmado para el resto del país. Sería llegar a la bodega con un envase, cambiarlo por otro lleno. Hace muchos años, con una damajuana, con mi abuelo Orlando hacíamos el mismo recorrido hacia la bodega cerca de casa. Como diría don Emilio Giaquinta, “las costumbres se adaptan en base a las circunstancias”.

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