En agosto, una familia típica mendocina necesitó $362.100 para alcanzar el valor de una Canasta Básica Total “digna”, es decir, para que ese grupo familiar no se sienta pobre o no perciba que está en niveles de pobreza. En julio ese importe había sido de $330.300, pero la suba evidencia el efecto del marcado aumento de precios el mes pasado, producto de la devaluación.
La consultora Evaluecon realiza un relevamiento mensual de los gastos promedio que tiene una familia de cuatro miembros -un hombre de 35 años, una mujer de 31, una niña de 8 y un niño de 5- y en agosto alcanzaron los siguientes importes:
- Alquiler: $160.000
- Impuestos y servicios: $16.000
- Alimentos y Bebidas $78.500 (incluyendo elementos de limpieza, tocador, etc.)
- Gastos varios: $16.000
- Indumentaria: $55.000
- Atención Médica y Gastos para la salud: $18.000 (sin incluir personas con tratamientos permanentes)
- Transporte: $16.800 (sin gastos de vehículo, sólo gastos de colectivos)
- Gastos educación: $1.800 (sin incluir cuotas a colegios privados, ni transporte escolar)
Según la consultora, una familia tipo necesita $2.617 por día para comer y por persona son necesarios $655 diarios como mínimo, en función de los requerimientos mínimos nutricionales (Canasta Básica Alimentaria). Por otra parte, una familia tipo necesita $12.070 por día para vivir y cada persona, $3.017 diarios como mínimo para vivir en condiciones dignas (Canasta Básica Total).
“Este mes de agosto fue ‘letal’ para el bolsillo de los consumidores de todos los sectores. Debido a que hubo un fuerte incremento de precios en todos los rubros de la Canasta Básica, y muy fuerte por cierto. Incrementos que se dieron por la inercia inflacionaria, por la devaluación oficial de más del 20%, por la fuerte suba de los dólares financieros y marginales, y por la incertidumbre generalizada”, plantea el informe de Evaluecon.
Y suma que todo esto explica el impacto en los ingresos de las familias, que han sido golpeados. De hecho, consideran que las medidas del Gobierno para atenuar este efecto -como los bonos- son licuadas por la inercia incluso antes de salir a la luz. “El panorama es sumamente complejo desde lo económico y desde lo social también”, concluye.
