¿Cuánto más puede caer la brecha cambiaria en base al dólar libre? La caída en el precio del paralelo durante las últimas semanas, además de reducir la brecha cambiaria, disminuyó las expectativas de devaluación en los mercados a futuro.
Estos hechos alimentaron la esperanza oficial de poder continuar reduciendo la brecha cambiaria en base al precio del dólar libre y a mantener el actual ritmo devaluatorio. La expectativa oficial toma mayor relevancia teniendo en cuenta que el precio no regulado de la divisa está actualmente bastante por encima de su promedio histórico.
Un informe de coyuntura del Ieral, volver a niveles de brechas compatibles con un funcionamiento más normal de la economía requiere, además de continuar devaluando el dólar oficial al ritmo de la inflación, un acuerdo con el FMI que aporte a una reducción de la prima de riesgo país.
“Por otra parte, una política monetaria más restrictiva, que suba la tasa de interés doméstica, sería también un factor de reducción de la brecha cambiaria a través de un menor tipo de cambio libre. Haciendo cálculos, esto requeriría además que el Banco Central continúe con la política de devaluar al ritmo de la inflación, una reducción de la prima de riesgo de Argentina al rango de los 900 puntos básicos y que la tasa de interés en pesos salte a niveles cercanos al 56% anual”, precisa el paper de la Fundación Mediterránea, que lleva la rma de Gustavo Reyes.
Remarcan que, si bien es factible que un posible programa con el FMI reduzca la prima de riesgo a niveles cercanos a los 900 puntos básicos, “no parece muy probable que el Banco Central aumente drásticamente la tasa de interés en pesos hasta niveles cercanos al 56% anual”.
Para el Ieral, esta movida complicaría el escenario de mejora en la actividad económica previsto por las autoridades económicas para el 2021, “al tiempo que afectaría la sostenibilidad de las cuentas del propio Banco Central, ya que aumentaría considerablemente el déficit cuasi-fiscal a través del mayor pago de intereses por las Leliq”.
Por lo tanto, concluyen que, si bien resulta necesario que el Banco Central evite atrasos adicionales en el tipo de cambio oficial en relación a la inflación y que, al mismo tiempo, el Gobierno presente un plan económico que permita alcanzar un acuerdo con el FMI, esas condiciones no parecen suficientes para reducir la brecha cambiaria hacia un nivel en el que se diluyan sus efectos distorsivos.
Salvo un cambio muy abrupto y favorable en el escenario internacional, para el Ieral resulta difícil que el gobierno pueda esquivar la disyuntiva de producir modificaciones significativas en la actual política cambiaria.