A fines del año pasado, el presidente Alberto Fernández ya le había solicitado al titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, se revisara la ley de alquileres, porque consideraba que la normativa no estaba funcionando como se esperaba cuando se sancionó, en 2020. Ahora, en la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, volvió a insistir en la necesidad de una modificación de la normativa.
“Necesitamos reconocer que hay problemas con el valor de los alquileres. Pensando en todos los argentinos y argentinas que hoy son inquilinos, le pido al Congreso de la Nación que asuma la tarea de avanzar en los cambios que sean necesarios para mejorar la ley actual y generar un mejor acceso a la vivienda”, expresó.
En cuanto a los aspectos que podrían modificarse, la diputada Marcela Passo, que impulsará el debate legislativo, los principales son la modalidad de actualización de los alquileres, que hoy se realiza en forma anual, a través de la aplicación de una fórmula que combina en un 50% la evolución de la inflación y en otro 50% la de los salarios. Y que, en los últimos meses ha generado un ajuste que supera el 50% interanual. Y también, la duración de los contratos, que era de dos años y se extendió a tres cuando se aplicó la nueva ley.
Aunque aún no hay fecha prevista para el tratamiento de este tema, Infobae refleja que han comenzado las reuniones entre legisladores y referentes de los distintos sectores vinculados a los alquileres. Por otra parte, debe definirse si se va a conformar una comisión especial para analizar las modificaciones, como impulsa Massa o si se hará a través de las comisiones permanentes.
Desde el sector de los corredores inmobiliarios ya han planteado que la periodicidad de la actualización de los alquileres debería ser semestral y no anual, ya sea con el índice vigente o con otro, como el de la evolución salarial. También han manifestado que, para ampliar la oferta, se podría incorporar, cuando se trate la prórroga de la Ley del Blanqueo, que quienes declaren su dinero, puedan destinarlo a la compra de propiedades con destino a alquiler. Hoy, esta posibilidad sólo está disponible para la construcción.
Cuando se empezó a aplicar la nueva ley de alquileres -que fue aprobada en noviembre de 2019, pero sancionada en junio de 2020-, muchos propietarios retiraron sus inmuebles del mercado de locación y los derivaron el de compra-venta. Las principales objeciones fueron la duración de los contratos y la actualización automática con una fórmula, en lugar de por el porcentaje acordado entre las partes. También se sumó como obstáculo la obligatoriedad de registrar los contratos de alquiler en AFIP.
Esto provocó una marcada contracción de la oferta, a la vez que una suba muy importante en el precio de base de los alquileres; es decir, cuando se vence un contrato y el propietario define un nuevo monto mensual para la renovación. En tanto, sólo unas pocas propiedades fueron vendidas; aquellas que ajustaron a la baja su precio en dólares y se convirtieron en una “oportunidad” para los inversores.
