Crédito por subsidio: el cambio del ATP que alerta a las empresas

Pandemia económica. Directivos de las cámaras empresarias mendocinas dicen que no están en condiciones de tomar préstamos para pagar sueldos.

Crédito por subsidio: el cambio del ATP que alerta a las empresas
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

El Gobierno nacional avanza sobre la quinta edición del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), para el pago de los salarios de agosto. Si bien añadió nuevos sectores críticos, que continuarán recibiendo un subsidio para pagar los sueldos de sus trabajadores, las empresas que hayan tenido un aumento de la facturación interanual de hasta 30% (muy por debajo del Índice de Precios al Consumidor) tendrán la opción de pedir un crédito blando para esta finalidad, con tasas que irán del 0 al 15%, de acuerdo al porcentaje de caída respecto de la inflación del último año.

La novedad -ya que la posibilidad de dividir a los posibles beneficiarios del programa nacional por zonas, rubros o nivel de facturación casi se aplicó en el ATP4, es decir para los sueldos de julio- es que se añadió un incentivo a la generación de empleo. Aquellas empresas que conserven su planta de trabajadores o la amplíen recibirán bonificaciones en las cuotas de cancelación de esos préstamos.

En Mendoza, según datos que presentó al Congreso el jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, 7.212 empresas mendocinas fueron incluidas en el programa, y Anses transfirió el monto correspondiente al 50 por ciento del salario (hasta dos sueldos mínimos vitales y móviles, o sea $33.750) a 58.456 empleados registrados del sector privado en la provincia.

Adolfo Brennan, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza, planteó que la situación de las empresas locales es diversa, según el rubro, tamaño e, incluso, localización. Por lo que el impacto del cambio de créditos a subsidios será también muy variado. Pero indicó que, en términos generales, es bastante difícil que muchas accedan a endeudarse para pagar sueldos en este momento crítico.

Brennan consideró que tomar un crédito es factible en la medida en que se espere un aumento de la actividad comercial y económica en general. Sin embargo, en la provincia se observa que las restricciones a ciertas actividades son el “mal menor”, ya que lo verdaderamente preocupante es que no se observa una reactivación del consumo. De hecho, la FEM ha registrado que las ventas en los comercios minoristas parecen haberse estancado en estos meses en un 30% de caída interanual.

Por otra parte, estimó bastante poco probable que se generen nuevos puestos de trabajo mientras no crezca el nivel de actividad, menos aun cuando se atraviesa un proceso de paritarias de Comercio, con expectativas del sindicato que las empresas difícilmente puedan cumplir, aunque las reconoció legítimas.

Daniel Ariosto, presidente de la UCIM (Unión Comercial e Industrial de Mendoza), mencionó que han solicitado al Gobierno nacional más detalles sobre las actividades a las que se les suspenderá el subsidio para el pago de la mitad de los salarios, ya que si bien el turismo está muy afectado por la cuarentena, también lo están la metalmecánica, la agroindustria y la construcción.

Ariosto planteó que, si la empresa no está facturando, no tiene forma de pagar un crédito, y manifestó que tomar un préstamo para pagar un sueldo es un “suicidio económico”. Por otra parte, señaló que un millón de personas perdió su empleo en lo que va de 2020 y alrededor de 45 mil empresas cerraron definitivamente.

Mauricio Badaloni, presidente de la UIM (Unión Industrial de Mendoza), planteó que el estímulo al empleo que incluye la nueva edición del ATP no tiene sentido, ya que si una empresa está en condiciones de generar nuevos puestos de trabajo no requeriría de la asistencia estatal. En realidad, indicó, uno de los problemas que tienen las compañías es la dotación excesiva de personal para el nivel de actividad.

A la mayor parte de las industrias, comentó, les está costando superar el 50 o 60% de ocupación de su capacidad instalada. Esto se debe, en parte, a que los grandes centros urbanos no están demandando productos. Y mientras la asistencia estatal se va reduciendo, las empresas siguen con un cierto grado de parálisis, que probablemente se agrave.

Badaloni manifestó que la preocupación es qué ocurrirá el día después de la pandemia, es decir, cuando se comiencen a ejecutar los pagos adeudados: créditos de bancos, impuestos no pagados, juicios en marcha. En esta línea, estimó que, cuando se levante la restricción para hacer despidos, las empresas reducirán por encima de un 15% sus dotaciones de personal y que en el mundo se está viendo que se necesitará aproximadamente un año para volver a las condiciones previas a la pandemia.

Las claves de la nueva etapa

Sectores críticos. A los de entretenimiento, turismo y hotelería se sumarán, a partir de setiembre, los de transporte de larga distancia, transporte escolar, gastronomía y jardines maternales.

Subsidio. El Estado seguirá aportando la mitad del salario de los empleados de empresas que, aunque no pertenezcan a sectores críticos, hayan tenido una caída en la facturación.

Créditos. Las que hayan tenido un incremento en su facturación de hasta el 30% podrán acceder a créditos blandos para el pago de los sueldos. La tasa de interés será de 0% para las empresas que hayan facturado entre 0 y 10% más que en junio de 2019, de 7,5% anual si la facturación creció entre 11 y 20%, y de 15% anual, si aumentó entre 21 y 30%.

Quitas. A modo de promoción del empleo, las firmas que hayan conservado los puestos de trabajo o que hayan incrementado su planta de personal tendrán reducciones en las cuotas; es decir, se les subsidiará parte del monto pedido.

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