Consumo: la clase media resiste pese a que pierde poder de compra

En Mendoza se necesitan entre $70.000 y $90.000 para cubrir los gastos de “una canasta digna”. Factores sociales y de consumo, hacen que el sector se sostenga en valores de la prepandemia.

Consumo: la clase media resiste pese a que pierde poder de compra
Las familias mantienen “consumos típicos” o de status, que les permiten considerarse de clase media, más allá de sus ingresos Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Tras un año devastador para la economía y con la tan esperada recuperación todavía en puerta, un estudio realizado por la Sociedad Argentina de Investigadores de Mercado y Opinión (Saimo) sostiene que la clase media se mantiene del mismo tamaño que tenía en 2019 (de acuerdo con el factor educativo). En Mendoza, según analistas consultados por Los Andes, las familias mantienen “consumos típicos” o de status, que les permiten considerarse de clase media.

De acuerdo con el índice de nivel socioeconómico que publica Saimo, diseñado en 2004 junto con la AAM y CEIM, la clase media tiene el mismo peso en la estructura social argentina desde hace nueve años. Entre 2012-2020, la economía cayó 13%, la inflación acumulada fue 1.438% y la pobreza pasó de 26% de la población al actual 42%. Aún así, 85% de la población se auto percibe como “no pobre” ni “rico”, sino de clase media, pese a que sus ingresos mensuales podrían señalar otra clasificación.

Clase media mendocina

El economista José Vargas, titular de Evaluecon, explicó que el análisis de Saimo incluye el aspecto educativo. Ahora bien, desde el punto de vista monetario, la pérdida de poder adquisitivo (de compra de los salarios) “es importante”.

El especialista indicó que “la clase media conservadora mendocina tiene consumos típicos, como telefonía celular, servicios de internet por cable, dos o tres salidas de esparcimiento al mes, vacaciones en verano y, mínimamente, alguna salida durante el invierno”, además de utilizar otros servicios como el pago de playas de estacionamiento, entre otros consumos particulares que la definen.

“Hemos visto que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios en los últimos cuatro años ha sido bastante importante. En 2018 y 2019 tuvimos porcentajes de inflación anualizados que rondaron 50%, y el año pasado 36%, con caída de la actividad económica (alrededor de 10% del PBI, y en Mendoza, del 8% del PBG). Los salarios no acompañaron, y, para 2021, se esperan actualizaciones de 30% en promedio, con una inflación que estará en el orden del 46%”, indicó.

Con el panorama planteado por el economista, se produjo una movilidad dentro de la misma clase media, dividida en tres estratos: clase media alta, clase media y clase media baja. “Quienes pertenecían a la clase media, mantienen algunos servicios tradicionalmente asociados a ese segmento para, al menos, conservar su status”, consideró Vargas.

El titular de Evaluecon destacó que se trata de “consumos específicos” que los mendocinos aún sostienen. No obstante, insistió en que, desde el punto de vista monetario, se ha visto un retroceso del orden de 40% o 50% para la clase media en la provincia de Mendoza, teniendo en cuenta zona urbana y rural.

Se mostró de acuerdo el economista Carlos Rodríguez, quien asoció esta situación con el aumento de los niveles de pobreza. “Los nuevos pobres son gente de clase media que, por la pérdida del poder adquisitivo, pasaron a ganar menos de una Canasta Básica Total. Sin embargo, es lógico que se sigan sintiendo de clase media, porque tienen herramientas para salir de esa situación. Es lo que se conoce como pobreza coyuntural”, apuntó.

Por otro lado, Rodríguez señaló que entre 2019 y 2020 la clase media aumentó su participación en la distribución de los ingresos (según datos de la DEIE). No obstante, aclaró que en el largo plazo, de 2010 hasta ahora, la clase media perdió dos puntos de participación.

Pobreza en Mendoza

El último año empobreció a la clase media y le quitó capacidad de consumo. De acuerdo con el Indec, la caída del poder adquisitivo de un hogar promedio fue de 11% en 2020, medida en pesos, y de 43%, medida en dólares. Además, la tasa de desempleo creció 2 puntos entre el cuarto trimestre de 2019 y el mismo período de 2020 (cerró en 11%). Programas sociales como el ATP y, hacia el final el Repro II, ayudaron a que la caída no fuera mayor.

De todas formas, el problema no es nuevo. En los últimos tres años (dos prepandemia), la provincia sumó más de 200 mil personas pobres y, en 2020, el índice de pobreza se ubicó en 44% (451.644 personas). En tanto, las personas indigentes, los que no llegan a tener ingresos para comer diariamente, pasaron de 4,2% en el segundo semestre de 2017 a 5,9% en el mismo período de 2020, o de 39.283 a 60.799 personas, 21.516 más en los tres años.

En detalle

La canasta “digna” de una familia tipo

El Centro de Educación Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac) realizó un estudio para conocer en qué gasta la llamada “clase media”. Se trata de aquellas familias que a la CBT le suman, además, el alquiler de una vivienda, un auto de 10 años de antigüedad, un abono de medicina privada, el costo de enviar a sus dos hijos a un colegio privado y pagar la cuota del club.

El análisis coincide con el trabajo que Evaluecon hace cada mes. Al cierre de marzo, estimaron que una familia tipo requirió de $69.630 para no percibirse pobre.

La Canasta Básica Total “digna” de la consultora consiste en: alquiler: $19.500; impuestos y servicios: $2.850; alimentos y bebidas: $30.100 (incluyendo elementos de limpieza y tocador); gastos varios: $1.900; indumentaria: $2.500; atención médica y gastos en salud: $910 (sin incluir tratamientos permanentes); transporte: $6.000 (sólo de colectivos); educación: $4.700 (sin cuotas de colegios, ni transporte escolar).

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA